26/11/13

Dos vidrios y un espejo
-Una foto lo delató. Estaba de espaldas mientras el jefe le hablaba, lo cual era considerado de mala educación. Se salvó porque alegó que no correspondía darse vuelta si uno seguía siendo llamado por otro nombre después de seis años de vínculo laboral.
-Se encontró sin respuestas para un caso que antes resolvía fácil. Su amigo Angel le recordó la solución que solía aplicar. Se lo agradeció con la fórmula de rigor: "En diciembre del año que viene te pago un café".

Un episodio de Seinfeld se narra, escena por escena, de atrás para adelante. En tributo a esa piedra preciosa, debajo esta secuencia de un día lluvioso del derecho y del revés.

Prefirió no volver a tocarla luego de que cayera al pie de un árbol repleto de tordos. Sacó las cosas que llevaba en la mochila. Por la caída se le rompió el pantalón gris a la altura de la rodilla derecha. Se golpeó la cabeza. Estaba mojado. Atinó a agarrarse del caño de la parada de ómnibus. Resbaló. Apuró el tranco. Se le hacía tarde.
Se le hacía tarde. Apuró el tranco. Resbaló. Atinó a agarrarse del caño de la parada de ómnibus. Estaba mojado. Se golpeó la cabeza. Por la caída se le rompió el pantalón gris a la altura de la rodilla derecha. Sacó las cosas que llevaba en la mochila. Prefirió no volver a tocarla luego de que cayera al pie de un árbol repleto de tordos.

Estimado lector, ¿qué versión del espejo prefieres y por qué? ¿Y cuál de los dos vidrios superiores te resulta más cercano?
Tus respuestas son bienvenidas.
  

Amargate con placer
Alejandro Dolina dijo que hay goces amargos, entre los cuales citaba la lectura de la novela "Crimen y Castigo". Ver "Los girasoles de Rusia" deja una sensación semejante.
La película de Vittorio de Sica protagonizada por Marcello Mastroianni y Sofia Loren expone varias cuestiones de vida que atraviesan colores, temperaturas, sexos y épocas.
La lista incluye la contradicción, ilustrada en la frase "prefiero los escorpiones al matrimonio", que Antonio (el soldado interpretado por Mastroianni) pronuncia horas antes de cambiar de idea y casarse con Giovanna (la Loren).
El encono entre suegra y nuera es otro elemento notable, al igual que la tregua que ambas hacen cuando lo que está en juego es la localización del hombre que las desvela pues no tienen pruebas de que haya sobrevivido a la guerra en Rusia.
El poder del amor queda de manifiesto en numerosas escenas, por ejemplo:
-Aunque sea larga la lista de "niet" que recibe en la extraña Rusia a la que resuelve viajar, Giovanna sigue preguntando a las personas a su paso si conocen al hombre de la foto que les muestra.
-"Contigo no tengo miedo", le asegura ella a Antonio segundos después de sobrevivir a un bombardeo ruso en tierra italiana.
-"Siento que está vivo", afirma Giovanna en diálogo con la madre de Antonio. Sin más certeza que la del amor, sin más evidencia que una corazonada, sabe que la nieve, una de las armas rusas en la guerra, no pudo con su marido.
La trampa de la seguridad integra la nómina de inquietudes que despierta la película. Los protagonistas caen en ella, sin que decirlo implique juzgarlos. Quizás ambos estén "confortablemente adormecidos", tal el nombre de una canción de Pink Floyd. Y no es para menos tras zafar de la muerte por congelamiento en tierra extranjera o luego de notar que, por hache o por be, los profundos sentimientos mutuos pasaron a ser unilaterales.
La devastación de la guerra aparece, visible y subyacente, en las miles de tumbas de soldados, bajo los millones de girasoles que crecen sobre cadáveres y en los cientos de mujeres que, foto en mano, se vuelven de la estación con la pena de no haber visto bajar de los trenes a sus hombres.

23/11/13

Cantos terribles
"Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo", es uno de los estribillos de canciones de Cacho Castaña más llamativos, sobre todo en una versión en la que lo acompañan mujeres.
Es cierto que la pieza data de tiempos en los que la violencia de género no constituía una figura jurídica en la Argentina y la palabra femicidio sonaba tan raro como la generosidad en el infierno. Sin embargo, no deja de resultar extraño que mujeres le hayan prestado su voz al macho enojado que le avisa a su pareja: "Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo".
"Eramos tan pobres", acaso hubiera dicho el humorista Alberto Olmedo para explicar el porqué de la voz femenina entonando un tema musical semejante. Una cosa es el arte y otra las páginas policiales, podría argumentarse en favor de las coristas. Con ese criterio, nunca nadie hubiera interpretado a personajes siniestros como Hitler, es otra frase a favor de las chicas que, sonrientes y todo, le prometen a la infiel de la canción una paliza asesina.
Por otro lado asoman interrogantes aguafiestas: ¿cualquier cuestión es susceptible de un tratamiento superficial?, ¿a todo le queda bien un 'palmas, palmas'?, ¿qué diríamos de un docente de música que a los chicos del primario les enseñara rimas con la sentencia 'hay que entrar a matar gente, aunque sea quince o veinte'?
Quizás hoy Cacho Castaña no tendría segundas voces femeninas para su criminal cobarde "si te agarro con otro te mato, te pego una paliza y después me escapo". Es una de las bondades de los movimientos sociales y de los medios: instalar asuntos y promover reflexiones, de modo tal que algunas visiones naturalizadas sean sujetas al escrutinio, al pensamiento crítico, que por supuesto no garantiza la eliminación de equivocaciones.

16/11/13

Desafiná, ¿qué importa?
García no había estudiado locución, pero sabía hablar claro y desde adentro: "Muchachos, no se coman el caramelito de la inclusión. Que los aprobemos aunque no sepan escribir ni razonar una regla de tres simple no significa que los estemos preparando para progresar mediante el trabajo. Es más, esta suerte de formación les da grandes chances de quedarse afuera del empleo calificado. En otros términos, les damos un diploma mentiroso".
Lo preocupaba notar cada vez más cercano aquel ejemplo humorístico de Alejandro Dolina en el que un docente solo pedía a un alumno saber la tabla del uno para aprobar Matemática.
Lo rebelaba que se corriese cualquier límite. Que en el diccionario cotidiano, aprender fuera sinónimo de zafar. Que los signos de puntuación ya no importaran siquiera en Lengua Castellana, menos que menos en las otras materias. Que, en el nombre de la autoestima, algunas autoridades sugiriesen evitar el 1 como calificación al que había hecho todo mal.
Sentía que era demasiada confusión de funcionarios y docentes frente a pibes que necesitan guías, no palmaditas condescendientes.
Al fin y al cabo, García no corrió peligro de muerte por tener que empeñarse para cumplir con las 5 extensiones de brazos en la barra que solicitaba el profesor Gonella en la vieja Escuela Nacional de Educación Técnica. ¡Eso sí que es bueno para la autoestima! Ver que con esfuerzo y técnica es posible progresar resulta mucho más saludable que hacer de cuenta que nada es lo mismo que bastante.
García se daba manija mientras escuchaba música. Sonaba "Don't stop me now", con la formidable voz de Freddie Mercury. Pensaba entonces si los hijos de la escuela de la tabla del 1 cantarían así en caso de dedicarse a la música. La indudable respuesta era no.

13/11/13

Redonda medicina
Se quedó rumiando su inmenso fastidio. Odió que tanto esfuerzo terminara en derrota porque, más allá de los horrores del arquero, sus propias fallas habían tenido que ver con el resultado. Meneó la cabeza y mordió su labio inferior, característico de momentos en los que no quería creer lo creíble: sus humanas imperfecciones y las de quienes lo rodeaban.
Dos días más tarde seguía recordando jugadas, pero menos frecuentemente. Mucho había tenido que ver la relajación que le generó acostarse y escuchar a Norah Jones y a Beirut. A la cuarta canción estaba pensando que la malasangre por un partido con amigos era un privilegio que podía darse. Más tarde sintió que, otra maldita vez, la derrota le enseñaba en silencio; de pronto el entrenador contra el que despotricaba no era tan malo sino que padecía ausencias de jugadores decisivos, como su equipo el sábado. Amarga medicina el traspié en carne propia para entender los rendimientos de Boca bajo la conducción de Carlos Bianchi en el segundo semestre de 2013.
Un gol que marca final de partido y victoria ajena lo ayudó a comprender a extraños y le refrescó que frustraciones y otros dolores se aprenden a tolerar... a fuerza de práctica.

Callate, gil
"Nos vamos a equivocar, pero será por hacer", prometió el capataz. Dos días después la primicia se cumplía: la excavación rompió el caño de agua.
"Para eso hubiéramos dejado que la obra la siguieran los otros infelices", se quejó Antonio, presidente de la vecinal.
-Yo no soy ningún infeliz -cometió el error de replicar González.
-Tiene usted razón. Con el debido respeto, déjeme tratarlo desde la mayor sinceridad: usted es un formidable pelotudo -dijo Luis, quien de inmediato le estrechó su mano derecha y se presentó como "un ciudadano de Río Cuarto que paga sus impuestos pese a recibir malos servicios".
Acaso porque le había ido mal contestando o por el metro noventa y dos de Luis, González optó por el silencio.
Al verlo llegar a la tardecita, su esposa no le preguntó qué tal le había ido. Recordaba lo que también él evocó en segunda instancia: "No siempre que tengas razón es razonable hablar".
Solo tú
Se fueron todos. Lo que habías pedido. Hasta la luz se fue, de modo que te quedaste sin televisión ni radio.
Es cierto que tu anhelo refería a personas, que no estaba en tus planes permanecer en ese silencio que te inquieta. Pero ya ves -es un decir- que en ocasiones el destino pone una yapa aunque el cliente no la pida. Decí que al menos tenías el agua en el termo y que la luz del celular te permitió seguir cebando sin errarle al mate.
"Quedate tranquilo, Sergio, que cuando es necesario hasta un manco da abrazos", te hubiera dicho Milton.
"Ponete a recordar imágenes de tus buenos ratos y de paisajes que te gustan", hubiera sugerido la madrina Alcira.
El tío Héctor te habría contado el chiste en el que, también al oscuro, un personaje reclama: "¡Organicémonos!".
"Linda ocasión para dormir o para afeitarse", habría empezado el amigo Omar su monólogo de diez minutos en cuyo transcurso te hubiera preguntado dos veces "¿cómo andás?" sin darte tiempo a contestar.
Te entiendo, Sergio. No es lo mismo su legado que una persona, el recuerdo que su voz en vivo, sus guiños que los tuyos para imitarlos. Mirá si te entenderé que ahora me pasa a mí lo mismo que me contaste hace cuatro años.

7/11/13

Sonriente justicia
"El final de un canalla
" es una película en la que Kirk Douglas hace de todo con tal de escapar de una cárcel y en la que el calificativo le queda muy bien.
Décadas más tarde, un presidente que se debe haber creído aquello de "el gran capitán" por el Mundial ganado en 1978 echó a Matías Almeyda, el bombero que apagó con el ascenso el incendio más grande de la historia de River. Se acercaban los comicios y el presidente calculó que con Ramón Díaz conseguiría su deseada reelección. Passarella sabía de qué se trataba eso de fallarle a un hijo dilecto del club: antes había despedido por teléfono a Leonardo Astrada.
El viento riojano de Díaz se llevó a David Trezeguet por causas que mejor no ventilar, empeñó a River en la millonaria compra de Teo Gutiérrez, sacó del plantel y le volvió a dar entrada a Mora, no produjo un solo acierto táctico y, cual alumno buchón, hizo un gesto en la Bombonera de "yo no me fui a la B".
Al cabo, tal para cual. Díaz deja de ser riverplatense cuando de bancar un descenso se trata y Passarella se olvida de la lealtad -también de la inteligencia ya que Almeyda no estaba haciendo una mala campaña como DT- en aras de defender sus quintitas.
De poco le sirvió a Passarella, que abrumado por la realidad de las encuestas evitó postularse a la reelección. Similar suerte está corriendo Díaz.
Quizás les vendría bien en su tiempo libre ver aquella película de Kirk Douglas.

6/11/13

Gente que la hace fácil
"Pensá en el futuro". Las veces que habrá sonado esta frase entre padres e hijos...
Décadas, con suerte apenas unos años después, más de uno se da cuenta de que valía la pena seguir la sugerencia.
Quizás concientes de la dificultad de muchos adolescentes de obedecer propuestas de sus viejos, miles de padres chinos deciden imponerles el futuro a sus hijos desde los 3 años. Creer o reventar, es la edad a partir de la cual los obligan a empezar su carrera como pupilos en una escuela. El sitio de la BBC (www.bbc.co.uk) revela declaraciones de algunos biológicamente adultos que toman esta decisión en el nombre de la independencia que les ayudan a ganar a las criaturas. Un psicólogo replica que tales padres encubren tras esa linda palabra su verdadero deseo de preservar su propia independencia y que a los pibes los cuide otro.
Si no fuera cierto daría para reírse a carcajadas: una autoridad de este tipo de escuelas sostiene que, si bien los niños no tienen contacto con sus padres durante cuatro días, pueden mirar sus fotos en momentos de malestar.
Nadie podrá decir que a estos chicos no los preparan para cuando sus padres estén muertos.

5/11/13

¡¿Qué hay de comer?!
Clara Reinero y Juana Sar aceptaron hacer un trabajo aplicando contextos sociológicos y aprobaron con diez el práctico de fin de mes en cuarto año del colegio San Ignacio. El título y los errores de traducción del inglés al español son del editor del blog.

El contexto es la situación en la cual algo sucede, es el grupo de condiciones que existen, de modo que es muy importante porque influye directamente en la situación.
El contexto incluye no solo intenciones individuales, objetivos, conocimiento y experiencias, sino también categorías y creencias.
Cuando pensamos en cómo el contexto cambia el comportamiento de la gente en una situación de acuerdo con el tiempo, imaginamos la incidencia del contexto en una situación límite. Queremos mencionar un ejemplo real: el caso del "milagro de los Andes", donde un avión se estrella y 45 personas incluyendo un equipo de rugby, sus amigos y familia sobreviven por tres meses en un medioambiente sin vida con solamente nieve y sin comida, en un lugar que no estaba preparado para la vida humana.
La mayoría de ellos era muy joven, de clase social alta. Estaban acostumbrados a vivir con todo lo que necesitaban. Nunca tuvieron que esforzarse por nada. Vivían en un contexto muy confortable.
Pero después del estallido del avión el contexto cambió dramáticamente, ellos tuvieron poquita comida y ninguna fuente de calor en una condición severa. Los sobrevivientes tuvieron que variar sus hábitos.
En ese contexto, los valores, las creencias, el status social y la estabilidad emocional eran relativos. Ellos debieron crear nuevas normas donde las creencias y los valores fueron diferentes. El compañerismo y la solidaridad resultaron esenciales. Uno de ellos debía ser el líder del grupo porque la supervivencia era el único fin.
Todos eran católicos, pero como tenían poca comida para unos pocos días, una vez que se terminó resolvieron comer carne de los cuerpos de sus compañeros muertos. Esta decisión no fue tomada a la ligera, era el único medio de permanecer vivos.
El contexto en que vivían influyó sobre sus decisiones porque en una situación usual nunca tuvieron que practicar canibalismo. En este caso, el contexto cambió sus vidas para siempre. De pronto crecieron antes de tiempo.
Escenas de supuesta ficción
Se acordó de Jerry Seinfeld. Del capítulo en el que tiró a la basura el cinto, el cepillo de dientes y numerosos objetos por temor a que hubieran estado en contacto con algo sucio. Lo ligó a otro en el que descubrió que de sus ojos salían lágrimas y a uno en el que el personaje principal de la comedia se preguntaba si más allá de su propio mundo existía una comunidad.
Entendió Adrián Ramírez por qué le gustaba este programa de televisión. También pasó por su mente el episodio en el que George se enoja con Jerry al enterarse de que su amigo no se casaría al mismo tiempo que él. Semejante paso se tornaba gigantesco si debía darlo solo, lo que demostraba el escaso sentido que inicialmente le atribuía.
Cada tanto sonreía el muchacho con el glorioso Kramer que a todos decía calmo "Serenity now" (Serenidad ahora) frente a situaciones frustrantes... hasta que un día su ira acumulada lo condujo a gritar la frase y a romper doce computadoras de las que, fiel a sí mismo, no se hizo cargo. Acaso otra habría sido la historia si el vecino de pelos revueltos hubiera sabido lo que otro paciente sostenía: "Serenity now, insanity later" (serenidad ahora, insania después).
Recordó Ramírez al profesor de Matemática de cuarto año industrial que los instaba a valorar el relieve de las partes en el todo. Fue durante la emisión del Seinfeld en el cual George y Elaine, sin su amigo en común, se sienten muy incómodos compartiendo la mesa del bar. De inmediato se hicieron presente las palabras de hace 22 años: "Para que haya triángulo, los dos primeros lados necesitan del tercero". Sintió muy cercana la frase al repasar mediocampos de fútbol que se desvanecieron con la partida de uno de sus integrantes, ni hablar de tríos rockeros que perdieron lo mejor cuando se fue quien según el líder era el triste tercero.
Restringido su consumo de café a causa de la gastritis, evocó el capítulo en el que Kramer convida café hirviendo a un atleta que instantáneamente grita su dolor de garganta y pierde el liderazgo de la maratón.
El monólogo de Seinfeld sobre el efecto de las pulgas en el cuerpo provocó que Newman, a quien le estaba hablando, confesara que él se las había contagiado. Tanto pueden lograr sentencias relativas al ardor frente a quien lo está padeciendo. Parecido a la derivación del sermón que en 1987 dio la maestra de Lengua de sexto grado: a los tres minutos, ruborizado, Andrés admitió que había copiado en el examen.
¡Cuánta cercanía con la vida cotidiana de gente a miles de kilómetros de Estados Unidos! Seinfeld, una comedia a la que sus críticos rotularon como "show de la nada". Quizás hayan sido los que creen que existe una sola forma de grandeza artística o que es de tono menor lo que carece de costosos efectos especiales, ni cuenta historias de reyes, presidentes o empresarios exitosos.

El destino pinta cartas negras
¿Qué harías si..? La pregunta pone a prueba más los prejuicios que nuestras realidades. Alguien imagina que salvaría a un bebé del tren que viene y luego se queda quietito en el andén. O se supone sin el valor suficiente y al final se arroja a las vías y arriesga su vida por la ajena.
El sitio de la BBC, www.bbc.co.uk, recuerda que en 1996 una adolescente afroamericana protegió a un hombre blanco de una multitud enardecida que lo creyó simpatizante del racista Ku Klux Klan. La BBC considera que el acto de la chica fue de "coraje y benevolencia extraordinarios" y "aún sigue inspirando a la gente".
Fue en Michigan. Había una manifestación del Ku Klux Klan y una de afroamericanos. La policía evitó que los grupos chocaran. Lo que no logró impedir fue que entre los negros hubiera un blanco con un tatuaje de las SS y una bandera de los confederados, que en la guerra de secesión apoyaban la continuidad de la esclavitud. Tan pronto como lo vieron, los negros se le fueron al humo al grito de "¡maten al nazi!". 
Según consigna la cadena informativa británica, Keshia Thomas, que tenía 18 años y marchaba junto a otros afroamericanos, salió en defensa del nazi. Un fenomenal acto de valentía y de amor al prójimo.
Un autor ha notado que en algunas circunstancias tratamos a la gente con prevalencia de lo interpersonal y otras, en función de lo grupal. Ejemplo: un director y un empleado son amigos y, como tales, se supone que se consideran pares. Entonces Juan es Juan y Angel es Angel. En cambio, cuando tienen que discutir por cuestiones laborales, Angel se siente de cuello azul, más cercano a sus compañeros de mameluco que del Juan que solicita llamadas a su secretaria desde su sillón giratorio.
La chica que marchaba con otros negros por la reivindicación de sus derechos tenía altísimas chances de percibir al hombre con apariencia nazi como uno del grupo contrario, que los acosaba y los mataba. Es probable que haya sido educada en el rechazo a personas como ese muchacho con tatuaje de las SS, la criminal fuerza de choque de Hitler, y que hasta hubiera dicho "uno menos" si veía por el noticiero que lo mataban. Pero le tocó estar ahí, como al Tadeo Isidoro Cruz de Borges que una noche, en medio de una pelea, se da cuenta de quién es y pasa a pelear contra aquellos a los que instantes previos había estado atacando. Como si el destino le hubiera reservado a Keshia Thomas un día de 1996 para probarle que su libertad para amar era tan, pero tan grande, que ni una masa resuelta a aniquilar al indefenso rival la pudo contener.
Un ratito en el aula
El profesor pidió silencio por cuarta vez en 25 minutos y por primera vez sintió que no valía la pena. "No gastes pólvora en chimangos" fue una de las frases que lo acecharon. Se sentó, se llevó la mano derecha a la frente como si le quisiera poner un toldo a su mirada y se puso a completar el libro de temas, con lo cual se dio cuenta de que a veces la burocracia es un refugio. La rutina iba por la segunda línea correspondiente a ese día cuando escuchó:
-¿La cinco está bien así?
Casi en el mismo momento en que saboreaba el interés de esa alumna se oyó la enésima frase hiriente de un compañero a otro.
Sintió que son amargos algunos indicadores de la necesidad docente y se aprestó a seguir la clase, ya menos frustrado que tres minutos antes.