Los Tiempos Modernos de Jericles
“Tinder y la re…”, piensa la mujer que se ilusiona pues en la red social de encuentros había leído que el hombre con el que saldría era esbelto, bello, delicado y no un fiero granuja como el que ahora tiene a su lado.
“Tinder y la re…”, piensa la mujer que se ilusiona pues en la red social de encuentros había leído que el hombre con el que saldría era esbelto, bello, delicado y no un fiero granuja como el que ahora tiene a su lado.
“Salvemos las siete vidas”, dice la pancarta que porta un
gato.
“¡Cómo ha cambiado”, dice un guapo del novecientos a otro
respecto de un tercero, que sigue apoyado en el poste de un farolito, solo que
en vez de una chalina usa un pañuelo verde.
La mujer maravilla está preocupada porque no tiene pruebas
para denunciar por acoso al hombre invisible.
Un gaucho alienta a su hijo a contarle el secreto que lo
angustia. “Soy vegano, tata”, es la respuesta.
Alguien que toma los preceptos de Marie Kondo para usar bien
los espacios hogareños cuenta con satisfacción que desalojó a los abuelos.
Pasean entre los dibujos y los textos de Elder García
(Jericles) cuestiones que son parte del día a día argentino. La imagen que se
proyecta en Internet, a menudo muy distante de la verdadera identidad; el
debate por la legalización del aborto; la lucha del colectivo “Ni una menos”.
La muestra “Tiempos modernos” también despliega la ideología
que encuentra estorbos casi por doquier: tanto molestan camisas que hace años
no se usan cuanto personas que cuentan dolores. Quien haya visto la película
“Amor sin escalas” y recuerde al personaje de George Clooney recomendar desde
el escenario vaciar la mochila encontrará similitudes con la viñeta en la que
alguien se saca de encima a los abuelos.
Entre los 30 dibujos que ocupan la cartelera que divide el
pasillo principal de la Biblioteca Juan Filloy de las mesas de lectura de la
planta baja hay referencia al veganismo, que vaya si da a pensar en lo que
provoca el quiebre de las tradiciones. No en vano el fondo del diálogo entre
gaucho padre y gaucho hijo es rojo, como las placas del canal Crónica.
Otro remite al término “mequetrefe”, con el que coronel
Urbano Cañones fustigada a su sobrino Isidoro, el personaje de historietas que
se dedicaba a gastar la fortuna de la familia en viajes, mujeres, casinos y
caballos. La palabra, por cierto desusada, indica desde la óptica de Jericles
que el viejo Cañones era un precursor del lenguaje inclusivo.
Ilustrador del semanario universitario Hoja Aparte, de los
diarios Puntal, La Voz del Interior, El Tribuno de Salta, autor de libros y
docente de Humor gráfico en el Programa Educativo de Adultos Mayores, Jericles
sabe de qué se habla y qué se dice. Sujeto y predicado en pocos y agudos
trazos.
La exposición de parte de la prolífica obra del nativo de La
Carlota se puede visitar, de modo libre y gratuito, en la biblioteca del
campus. Forma parte del ciclo Arte entre libros, del Departamento de Arte y
Cultura de Secretaría de Extensión y Desarrollo de la Universidad Nacional de
Río Cuarto.