28/10/10

Una cuestión de elecciones

Con la consigna de hacer un cuento con personajes fantásticos, un conflicto por la tendencia sexual de una joven y condicionamientos expresivos, Melisa Godoy (sexto año IPEM 252 de Río de los Sauces) escribió:


Sólo el tic tac del péndulo se escucha en la sala. El reloj marca el mediodía. El gato duerme en la alfombra junto a la chimenea. Don Atilio en la cocina le da los últimos toques a una exquisita comida italiana. El perro corre presuroso hacia la puerta. Es Ana que llega del trabajo cargando las compras que hizo camino a casa. Al entrar, el perro salta festejando su llegada y le dice: “¡Qué bueno que llegás!”. Ella deja las bolsas en el suelo y lo acaricia tiernamente. El rostro de la muchacha reflejaba la preocupación de no saber cómo hacer para hablar con su abuelo de algo que hace un tiempo había modificado su vida.
Ana recoge las bolsas y se dirige hacia la cocina, donde Atilio la recibe con un abrazo y un cálido beso. El perro junto a ella le dice: “¡Quizás hoy sea un buen día!”. En ese momento el abuelo le alcanza la vajilla de porcelana blanca, la acomoda cuidadosamente sobre el mantel, aquel que hace tantos años bordaba su abuela con las iniciales de ellos dos entrelazadas con bellas flores. Atilio le pregunta: “¿Cómo estuvo su día, m’hijita? ¿Cómo le fue en el trabajo?”. Ella le cuenta con detalles su día en la oficina, mientras él escucha atentamente.
Terminan de almorzar y el abuelo se dirige hacia la sala, se acomoda en su sillón frente a la estufa donde a diario toman un café. Ana en la cocina termina de ordenar mientras prepara las tazas. El perro la mira fijamente, entonces ella le pide: “¡Dime, Simón! ¿Cómo hago para decirle? ¿Cómo hago?”. El perro le responde: “¿A qué le temes? ¿Acaso dudas de su amor?”. “No  es eso”, le responde ella. “El abuelo es todo para mí y no podría ser feliz si lo lastimo de algún modo”. “No reniegues de tus elecciones, si te hacen feliz él comprenderá”, le sugirió el perro.
Ana no puede evitar sentir que le romperá el corazón. Se dirige a la sala con las dos humeantes tazas de café, se sienta en otro sillón a su lado. El abuelo, mientras toma su café, reposa con la mirada en aquella fotografía en blanco y negro que cuelga sobre el hogar; las blancas puntillas, el fino velo de ella, el negro traje y el prolijo peinado a la gomina le traen recuerdos de la boda con su amada esposa.
Ana tomó coraje y dijo: “Abuelo, quiero contarte que hace un tiempo he conocido a una persona muy especial a la que amo mucho”. “¡Qué bueno, m’hijita! ¡Ya era hora!, no quisiera morir sin verte entrar a la iglesia vestida de blanco y sin conocer a mis bisnietos”, exclamó el abuelo. Ella interrumpe: “Esa persona es una mujer, su nombre es Victoria”.
-¿Cómo es eso, m’hijita?
-Abuelo, yo no soy como has soñado, lamento haber destruido todas tus ilusiones.
Al ver la angustia de la muchacha, el abuelo dijo: “Yo no entiendo de esas cosas, pero sepa que mi mayor sueño fue verle feliz, que haga lo que haga, y sean cuales sean sus elecciones, yo estaré con usted siempre”.

Magia en pocas líneas

Magia” es un cuento de Alejandro Dolina incluido en “El libro del Fantasma”. Quienes lo lean, disfrutarán de la redacción y los pensamientos del autor. Así lo hicieron alumnos de Periodismo en Río Cuarto y en cinco minutos armaron estas frases a modo de crítica brevísima.

“El mago Rizzuto persigue sueños que, aún lográndolos, no serán suficientes. No siempre sacar palomas blancas será garantía de alcanzar lo deseado. Muchos lo intentarán con otras artes y serán mejor considerados que aquellos que lo hacen de buena fe” (Diego López).

“A veces las necesidades llevan a la trampa. La creencia de cada uno lleva a hacer cosas admirables, a tal punto de conseguir que aparezca una paloma en una galera. Las trampas nunca van por un buen camino” (Martín Coy).

“El mago, el truco, la varita y la paloma. Y la magia de Dolina. ¿Es magia la magia? ¿Qué entendemos por magia? La perseverancia del mago que no creía en la magia” (Mariano Stroppa).

Magia, desde su humilde extensión, retrata a partir del ejemplo del mago Rizutto, su característica varita azul y su fallido truco, una metáfora increíble adscripta al contexto social argentino. La trampa parece ser, entonces, la norma social aceptada contrapuesta a las convicciones del mago que, al final de la historia, nos sorprende con un honesto milagro, lejos de las artes de prestidigitación de sus colegas. Un recomendable texto de Dolina” (Fabián González).

Con ganas de cruzar barreras

Por Anabella Romanelli, Programa Educativo de Adultos Mayores

La superación es una brisa de aire cálido que envuelve al adulto mayor sin pensar en la tercera edad sino en la vida… aún en la cercanía de “la vida más allá de la vida”.
La superación emancipada del adulto mayor es una prolongación de la edad madura, es sentirse eternamente bien.
Es sin querer… ganas de hacer, no para decir “yo puedo”, sino “yo quiero”, “yo estoy”, “yo soy”.
Es caminar hacia un canto, hacia la historia, hacia el pasado-presente a pesar del frío, del calor, la lluvia, los dolores; obstáculos que desaparecen de la mano de un ángel hacia el olvido: “No hace frío, no llueve, no me duele. Voy”.
Es el dulce cansancio de un día agitado, de un día de nervios, de un día feliz por haber hecho lo bueno, lo solidario, lo sabio… al dar y recibir paz. Un momento, una oración.
La superación libre del adulto mayor a la tercera edad es la voz y el reflejo de Madre Teresa de Calcuta, Ghandi, Juan Pablo II, Nelson Mandela, Nelly Omar o simplemente compañeros como Alberto y Zulema, que en el PEAM dejan sus experiencias a pesar de la diálisis o el dolor de rodillas o alguna otra nana.
Es subir una escalera dejando en cada paso un trabajo, un mensaje, una alegría, el orgullo, un pensamiento, un cariño compartido.
La libertad y superación del adulto mayor es enfrentar las contradicciones, es mantenerse firme ante un “Ya sos grande…”, “Hay un tiempo para estudiar…”. Pero también está la satisfacción ante el admirador, el que felicita o el que agradece al adulto mayor por el ejemplo, el canto, la oración que es liberación del alma y del cuerpo, del espíritu… de las ganas de vivir.

26/10/10

Noble error

Ojalá hubiera sabido antes. Cuántas veces hemos dicho esa frase y cuántas más la diremos. Es nuestra naturaleza, cometemos errores. Lo bueno es que, como canta Iván Noble, algunos errores son deliciosos y dan lugar a descubrimientos.
Quien es feliz tras haberse equivocado puede valorar lo que vive. Quien encuentra lo que había perdido cuenta con la impagable oportunidad de saborearlo como nunca antes.
Después llega el tiempo en que el reencuentro queda lejos y la fragilidad de los buenos sentimientos, cerca. El riesgo de la pérdida ya no está, fue reemplazado por la suposición de que bien da igual que Bien y que Bien!!!! es cursi.
Ojalá hubiera sabido antes.
Dos meses de lamento pasaron hasta que la frase cambió por Lo hecho, hecho está gracias a alguien a quien empezó a saludar en el colectivo rumbo a la universidad.

18/10/10

Las computadoras, los profesores y las enseñanzas

Estudiantes de tercer año del Colegio San Ignacio recibieron como consigna escribir acerca de si una computadora puede reemplazar a un docente, cuestión que surgió gracias a un artículo periodístico.
El lector puede sospechar que las reflexiones obedecen a que el texto era un trabajo práctico. Es cierto, pero para no condicionar tanto se trató de una tarea opcional.

Facundo Azócar produjo párrafos tales como estos:

Una computadora no tiene vida, por lo tanto no puede enseñar el curriculum oculto y esto es muy importante porque si no tenemos creencias ni valores sobre el mundo seremos como robots. La expresión "cómo vivir" no aparece en ningún diccionario o base de datos de ninguna computadora. Sólo nuestros familiares, maestros o amigos pueden enseñarnos cómo vivir.
Las computadores son cargadas con un tipo de información, un profesor tiene un montón de datos ¡y nunca se queda sin memoria! Además, como es un ser humano puede aprender día a día cosas nuevas que pueden ser enseñadas a los estudiantes.
¿Las computadoras proveen buena educación? Para nada, sólo bytes y bytes de información que en la mayoría de los casos no puede ser entendida por cuanto no pueden explicarla.
Pienso que una buena educación requiere al menos tres factores importantes: docentes, compañeros y familia. Los profesores nos dan conceptos esenciales para mejorar nuestras chances de vida y nuestros amigos nos enseñan de un modo indirecto cómo socializar.
Por otro lado hay quienes piensan que las computadoras deben reemplazar a los profesores porque dan información perfecta sobre las materias de modo tal que podamos mejorar nuestra inteligencia.
En conclusión, una computadora nunca reemplazará a un docente pues ellos son seres humanos que enseñan más que las materias de la escuela, nos ayudan a ver cómo es la vida.

Una síntesis de lo hecho por Luz Vázquez, a continuación:

Si todo fuera cuestión de leer, memorizar y aprender contenidos nuevos, y si no importaran el amor, los buenos modales enseñados por los docentes, por supuesto que podrían ser reemplazados por computadoras.
No pienso que sea la mejor solución porque los valores aprendidos en la escuela, que integra nuestra socialización secundaria, no se encuentran en cualquier lado. No seríamos las personas que somos hoy si no tuviéramos maestros que estuvieron y están junto a nosotros enseñándonos, no solamente los contenidos de cada materia sino también cómo comportarnos adecuadamente en la sociedad.
En mi opinión, los docentes son una influencia grande para todos los estudiantes. Aun cuando aprendiera los conocimientos básicos y específicos, un alumno no sería aceptado en un empleo en caso de no haber tenido una buena persona que le enseñara una manera correcta de actuar.
A modo de cierre, puedo decir que tanto el curriculum oculto (valores y creencias enseñados en la escuela) y la currícula nacional (los temas que el gobierno decide que deben ser estudiados en todas las escuelas) son muy importantes. Pienso que uno no es una persona completa hasta que tiene ambos conocimientos.

Rocío Caramuti propuso entre sus reflexiones:

Los profesores son capaces de dar información y explicaciones muy detalladas mientras que las computadoras no pueden. Ellos están a cargo de darles a los chicos su socialización secundaria, esencial para la vida del niño en la medida en que así desarrolla sus habilidades y se desarrolla como otra persona en la sociedad.
Las computadoras son máquinas muy inteligentes, dan un montón de información, pero por ejemplo si no entendemos lo que quieren decir, ¿quién nos va a ayudar y a explicar lo que no comprendemos en el momento en que necesitamos aprenderlo?
La socialización, como el proceso por el cual la gente recibe la enseñanza en cuanto a valores, está muy ligada a la educación. Si no somos bien educados, en un futuro no podremos saber qué valores son correctos y cuáles no, ni cómo comportarnos. Por ello, nuestras chances de vida decaerían.

14/10/10

Nada de secretos a los ojos de la diversidad

"El secreto de sus ojos", ganadora del Oscar a la mejor película extranjera, fue pieza de un ejercicio de crítica en el curso de Periodismo del Instituto Cervantes. Dio lugar a creer que lo bueno con lo bueno se junta.


El secreto salió a la luz
Por Fabián Burzio

En la Argentina de María Estela Martínez de Perón y José López Rega se desarrolla "El secreto de sus ojos", la última producción para la pantalla grande del director Juan José Campanella. Ese crucial momento del país, que antecedió al denominado Proceso de Reorganización Nacional, se ve reflejado en la película que tiene como protagonistas a Ricardo Darín y Soledad Villamil. Acompañan a la pareja Guillermo Francella que, sin su clásico bigote, sorprende en un papel distinto de los que nos tiene acostumbrados y Pablo Rago, quien hace del viudo de la mujer asesinada.
El policial de investigación, en el que se mezclan toques de comedia y drama, cuenta con historias de amor que van y vienen a través del recurso de elipsis que se usa mucho. La mayor parte de las escenas se desarrollan en tribunales y otras son rodadas en el Ministerio de Desarrollo Social y en el estadio de Huracán. El sello de calidad y profesionalismo de Campanella se aprecia en cada uno de los detalles: en los primeros planos, en el juego enfoque - desenfoque y en la espectacular toma cuando la cámara, desde una gran distancia, se acerca al estadio de fútbol. La capacidad narrativa del director y su habilidad en el manejo de los diálogos y el humor costumbrista permiten que cada espectador argentino viva la película, se sienta identificado y la traslade a la vida real en la que la corrupción, el mal uso de lo estatal y la violación de los derechos son moneda corriente.
Tranquilamente se puede equiparar la calidad de El Secreto de sus Ojos con cualquier producción hollywoodense. Y esto lo muestra a las claras el premio con el que la Academia distinguió a la producción argentina: el Oscar a la mejor película extranjera da fuerzas e impulso para seguir trabajando en busca de buenos logros.

Eternas rejas de vacío
Por Jorge Búfali

José Campanella trae a la pantalla grande una historia difícil de olvidar. Un drama combinado con suspenso que por ser argentinjo merece la distinción. De la mano de un gran elenco, con actores como Francella y Darín, entre otros de gran reconocimiento, colma a los espectadores de emociones y sentimientos más allá de la vida común y pasajera.
La injusticia y la impotencia de quien la sufre llevan a transmitir dichos sentimientos al público. El carisma y la gracia de Francella hacen de su personaje un recreo al suspenso, granizando la historia con copos de humor. "El secreto de sus ojos", un film de esos que no podrías dejar de ver.

En estado de amor puro
Por Diego López

"¿Vos viste lo que son sus ojos?", interrogó Espósito a Pablo. Sigue: "Están en estado de amor puro", refiriéndose a la sempiterna espera de Ricardo Morales en las estaciones de Once, Retiro y Constitución alternativamente, a la espera de que se presente el asesino de su esposa. Esta es una de las mejores escenas de "El Secreto de sus Ojos", una muy lograda mixtura entre los géneros del suspenso y del drama, un camino oscilante entre la investigación de un homicidio y una historia de amor a medio dar. Una joya del cine nacional.

Creé lo que quieras

En uno de los episodios de la comedia Seinfeld, su amigo George le dice a Jerry que una estrategia para simular laboriosidad es el gesto adusto.
La mirada de George es atendible. Interpreta a un especialista en vagancia rentada, al punto de haber mandado construir un escondite en el cual dormir bajo el escritorio cuando hacía de trabajador en el club  New York Yankees.
Tiene razón George. Así de poderosas son las apariencias.
Si lo dudás, ponete una mano en el corazón, hacé memoria o imaginá y pensá en tu respuesta a este múltiple opción.
a) Ves a un empleado público con un mate en la mano. Suponés que:
1. Le sobra tiempo para tomar.
2. Trabaja menos que su compañero que elige el té.
3. Tiene ganas de trabajar... justo los fines de semana.
4. Matea porque no le alcanzan las horas para almorzar como Dios manda.
5. Mientras toma, planifica las actividades de la próxima media hora.

b) Ves a un estudiante serio, algo sonriente, que cada tanto se pasa una mano por la mejilla, mira al vacío, su hoja y cada tanto enarca las cejas. Sospechás que:
1. No estudió para el examen y espera el recreo.
2. Lee el machete en la espalda de quien se sienta delante de él y escribe mientras el profesor no lo mira.
3. Evoca momentos felices y trata de entender por qué eran felices.
4. Lamenta una pelea con su mejor amigo, que iba a dictarle las preguntas difíciles.
5. Mientras no lo mirás, responde honestamente todo lo que le piden.


c) Una mujer de vestido rojo por encima de las rodillas mira al viudo durante el velorio. Tus pensamientos se parecen a:
1. Lo compadece, sus ojos dicen "te acompaño en el sentimiento".
2. ¿De dónde salió este ejemplar?
3. Pobre, no tiene plata para comprar un vestido más largo.
4. Si habrá querido a la muerta, se vino así con este frío.
5. Seguro que vino a cobrar una deuda.

d) El gobernador de la provincia viste jeans y pulóver. Tu primera impresión anda cerca de:
1. Si viviera en Bolivia, sería ministro de Evo Morales.
2. Se ve que es austero.
3. Tanto debe robar que se viste así para disimular.
4. Es de los que piensan que "el hábito no hace al monje".
5. Debe ser un chanta, de los que se pasa el día en el bar.


Apariencias... En otro episodio de Seinfeld, la madre de George viaja en auto junto a Kramer. De repente, una frenada brusca. Kramer, en uno de los pocos actos de caballerosidad en los 180 envíos de la serie, extiende su brazo para que la sesentona mamá de su amigo no se golpee. Consigue su objetivo a costa de tocar casualmente el canesú de la blusa de la señora. "Kramer se me insinuó", es lo que ella entiende y le cuenta a su esposo de vuelta en casa. Tanto creía que impactaba su nuevo color de ojos.

8/10/10

Tradición

Por Elena Moscone, Programa Educativo de Adultos Mayores

Todo se transmite: sentimiento, dudas, desconfianza, frialdad, humanidad, bajezas.

Algo que nunca entendió si era para bien transmitir, es la tradición.

Palabra que abarca lo querido, lo repetido, la costumbre, la leyenda, el sentir de un grupo social.

Se levantó esa mañana como de costumbre buscando afanosamente esa, la bandera, debía colgarla de la reja negra de su ventana.

No la encontraba, estaba desesperado. Sus vecinos verían que era la única casa sin embanderar ¿Qué dirían? Se sintió mal todo el día.

Al salir, la mañana siguiente, alguien le increpó sobre la ausencia del símbolo.

Era en ese barrio algo impensado el no colocar el emblema en las fechas patrias.

El había roto la más sagrada de las tradiciones, con ello el pacto entre vecinos, la alianza, la comunión entre todos. Se sentía el villano transgresor.

Con ese sentimiento de auto conmiseración permaneció aislado, retraído en su celda del olvido.

Había provocado a toda una comunidad, modificando una bonita costumbre.

Sintió de pronto en el fondo de su corazón el latido patriótico, el amor a su tierra, comprendió que lo que tenían acostumbrado hacer era un automatismo, sí, escudriñando su interior pudo darse cuenta de lo que verdaderamente era patriotismo y no una simple tradición.

7/10/10

Emancipación

Por Elena Moscone de Faricelli, del Programa Educativo de Adultos Mayores

El ser humano desde niño busca emanciparse, liberarse, romper las cadenas que lo atan a su imposibilidad de manejarse solo.


Primero lo hace temeroso, con cuidado de no caerse, trastabilla, hace balanza con sus brazos. Claro, su cabeza pesa mucho, lo que tiende a inclinarlo hacia delante.

Los brazos de su madre lo esperan ansiosos, llamándolo, dándole fuerzas, imprimiéndole a esa acción todo el afecto posible.

Algunos niños lloran, se sientan en el suelo, se niegan a caminar, hacen pucheros con su boquita.

Otros más valientes, dan el inicio y corren hasta alcanzar la meta: mamá.

El apuro por que caminen hace que sus padres no se den cuenta de que todos tenemos nuestros propios tiempos, nuestra propia madurez, un crecimiento que es desigual para todas las personas.

Cuando al fin algunos logran su objetivo, aplauden gozosas, orgullosas, festejando un triunfo que piensan es propio.

Lo mismo sucede con la emancipación en el sentido estricto de la palabra, todo pueblo quiere tenerla, liberarse. Sin pensar que solo la educación para disfrutarla la hará viable, ella será la que posibilite el camino a la tan ansiada libertad.

Con la educación no será sujeto manipulable, sabrá diferenciar entre publicidad y propaganda, no se impresionará con un discurso sin contenido, puro palabrerío.

Su oído cual violín afinado, se acostumbrará a apreciar el lenguaje pulido, bello, profundo, lleno de sentido. Así, podrá optar y disfrutar a pleno de su autonomía.

Eso devendrá en cultura, necesidad de cultivarse con bellas palabras, con bellas lecturas, con bellas personas, pero sin dejar de valorar a cada una de ellas por lo que es, sin soberbia, sin el resentimiento que da el no tener el preciado tesoro de la educación.