19/10/21

 

Vieja conocida

Por Emilio López, alumno del PEAM

Se llamaba De la Concepción. Nace junto a la Villa de la Concepción del Río Cuarto en 1786. Estaba enclavada donde actualmente es la manzana del Centro Comercial. Después se trasladó una cuadra al norte, donde hoy se la ve.

La villa contaba con un asentamiento de mil habitantes, casas de barro y paja, 49 manzanas, la plaza y una capilla.

Hacia 1861 era un descampado. Fue una defensa de los habitantes contra los malones de indios salvajes. Estaba alambrada con postes alrededor.

En 1881 se le cambia el nombre por Julio Argentino Roca, hoy tan cuestionado. Plaza llena de historia. Ahí se reunían los ciudadanos de la villa para tratar temas y elegir autoridades que los representaran, para festejos patrios también.

Hoy, la plaza está compuesta por jardines cuidados, floridos, bajo el manto verde de los árboles. Supo tener un carrusel, reemplazado por una fuente lumínica. Es punto de encuentro de personas de todas las edades. En una época se giraba en la vuelta del perro y así empezaron a nacer familias cuyos hijos y nietos hoy concurren a pasar lindos ratos. Ella guarda en su memoria cientos de hechos y recuerdos.

 

Un nuevo sol

Por Lidia Olmedo, alumna del PEAM

Quedan atrás meses de angustia, de salir lo necesario o no poder ver a hijos, nietos o alguna amistad, de no poder ir a hacer los talleres. Por suerte está la tecnología, que nos permite continuar con nuestro aprendizaje. Los profesores buscaron el modo de comunicarse con nosotros. Es muy lindo lo virtual, pero pasado un tiempo sentimos la necesidad de estar cerca. Eso pasa porque la persona necesita calor humano, hablar, compartir… cuántos momentos perdidos. Ahora estaremos felices en clase, eso sí, manteniendo la distancia y usando barbijo.

Después de un tiempo de mucho viento y frío que sufrimos doblemente por la pandemia, gracias a Dios todo se va normalizando. Para mayor placer, está entre nosotros la estación más esperada, la primavera. Es un tiempo para disfrutar y así olvidar lo pasado. Con ella regresan las plantas, las hojas, las flores multicolores que llenan el paisaje y con su aroma nos embriagan dulcemente. Para mí, la primavera es como un renacer. Nos da más vitalidad, deseos de hacer cosas al aire libre, realizar caminatas, abrir la casa para ventilar, vestirse con ropa más liviana y cómoda. Se podría aprovechar también para viajar, conocer nuestro país, costumbres y lo más atractivo de cada lugar.

15/10/21

Perfil crítico

Por Matilde Maffrand, alumna del PEAM

Freud identificó un sentimiento al que llamó oceánico, en el cual se percibe que se diluyen las fronteras entre uno y el mundo. Es como una ventana abierta a un mayor nivel de comprensión de la realidad. Nos desplazamos en un pedazo del mundo, en un una época específica cuyo entorno también nos configura.
¿Por qué algunas personas niegan lo que es evidente? ¿Por incapacidad para afrontarlo, por inconveniencia, por imposibilidad de cambiarlo? 
"Lo esencial es invisible a los ojos". Esta frase que leemos en El Principito es una reflexión sobre el verdadero valor de las cosas y nos invita a pensar más allá de las apariencias.
¿Si tengo que tomar una decisión en esto de ser uno con el otro debo mirar por esa ventana y pensar que a alguien no le gustará?
¿Lo personal es político?, como señala Simone de Beauvoir. Yo creo que sí.
Aquí me voy a referir al cambio y al conflicto en que nos vimos involucrados los alumnos de todos los niveles de enseñanza y el aprendizaje desde hace año y medio, casi dos años. ¿Estuvo bien administrado, bien dirigido? Me temo que no, que el sentido común nos lleva a entender que hemos negado lo que es evidente, que la socialidad no es natural del ser humano solamente sino más bien adoptiva y postiza, es decir se construye, es un producto. 
Según yo lo entiendo, cerrar las instituciones educativas es una catástrofe. ¿Salir de este encierro será nuevamente una decisión marcada por un DNU de urgencia donde el componente primario sea la ideología de unos pocos en detrimento del conjunto de la sociedad?
Para el cierre, una frase de Bertrand Russell: "Nunca moriría por mis creencias porque podría estar equivocado".

Esfuerzo colosal

Por Patricia Murphy, alumna del PEAM

"No se puede querer quedar bien con Dios y con el diablo", recuerda Patricia Murphy. Eso resuena en la cabeza cuando tenemos que tomar decisiones que causan alegrías y tristezas. Es que hay elecciones livianas, por decirlo de alguna manera, y otras que cambian en forma drástica, pero así es la vida, con claroscuros que le dan un valor agregado a nuestra existencia.
Tomar decisiones nos coloca en una vereda u otra y la calle al medio nos resulta demasiado ancha. Para dejar conformes a las personas que van a verse involucradas por nuestras medidas, hemos de tener claro cuáles serán los beneficios, las contras, las alegrías, las tristezas, las risas, los gestos adustos a los cuales nos enfrentamos. Muchos serán protagonistas, pero hay un solo director. En el recorrido de nuestras vidas adultas tenemos que tomar decisiones que consideremos correctas, tener argumentos para defender nuestra postura y que quien quede en desventaja comprenda nuestra elección. Tarea titánica.

14/10/21

Vuela, lectora

Lidia Olmedo, entusiasta lectora, invita a recordar la producción de un escritor que da nombre a una calle de Banda Norte: Roberto Payro.

-La popularidad no le llegó del club o del comité político en los cuales se fabricaban o destruían reputaciones, sino de una obra silenciosa y modesta, meritoria por sus retratos y sus anécdotas.

Las pequeñas ciudades del interior pobladas de aventureros ferales influyeron en la novela de Roberto Payró. Sintió los reclamos de la tradición pero no desoyó la voz de las costumbres. Entre otras, sus tres obras más representativas por la calidad literaria, Pago chico (1908), El casamiento de Laucha (1906) y Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira (1910) lo presentan como escritor admirable.

El pueblito de Mercedes enseña a Payró el arte de observar las cosas sencillas y descubrir un mundo animado por la credulidad y la emoción de las gentes. Allí, el escritor obtuvo un material lleno de colores localistas.

Después de la revolución de 1890 ingresó en la redacción de La Nación, en cuyas páginas aparecieron sus mejores cuentos. Siempre desplegó una lucha serena, casi ignorancia, de ideales permanentes. Ni la política ni los salones elegantes pudieron desviarlo de su profesión que practicó con honradez.

12/10/21

 Grandioso cielo en la tierra

Por Susana Carbonari, alumna del PEAM

Mamá: palabra pequeñita pero tan mágica, que encierra tanto significado.
Cuando era chica, me cantaba el arrorró. Se preocupaba por todos nosotros y lo sigue haciendo a los 99 años.
Su vida hemos sido nosotros, ha estado pendiente hasta de mínimos detalles.
Nos llevaba al colegio, nos traía, nos ha ayudado en lo material y lo espiritual. Presente en todo momento para ayudarnos, fuera en un examen, respecto de nuestra salud, en la contabilidad de mi papá en su carpintería... A todos nos ha ayudado cuanto pudo.
Es un amor. 
Dejó de hacer muchas cosas por nosotros. 
Cuando tuve problemas de salud, buscó y volvió a buscar un médico especialista para solucionarlos.
Al día de hoy, si voy a visitarla, me sigue diciendo que no vuelva tarde a mi casa.
Es maravillosa.
Quisiera dedicar este humilde homenaje a todas las madres que, como ella, ofrecen su vida por sus hijos. 
Para este jueves, un feliz cumpleaños para quien constituye un ejemplo de vida plena.

7/10/21

Pasado que ilumina

Emilio López, afanoso lector y tallerista de historia local y regional, guía este paseo:
-Cerca de Río Cuarto, como quien va por la ruta 8 a la altura de Paso del Durazno, unos cuatro kilómetros campo adentro, había un lugar llamado San Bernardo que pegó muy fuerte. Nació como un paraje, en las primeras décadas de 1700, en que las tropas hacían un alto antes de llegar a la Villa de la Concepción. Junto s aquellos ranchos, cerca del camino y del río, estaba la capilla de San José, que fue viceparroquia del curatado de Río Cuarto. Contiguo, un cementerio donde aún descansan los restos de muchos hombres, mujeres y niños que dejaron sus vida al lado del Camino de las Carretas. Entre esos restos estaban los de don Maestre de Campo Vicente Funes, abuelo de Dean Funes. Distinguido hombre de enseñanza.
San Bernardo existió aproximadamente hasta el año 1860 y desapareció por las invasiones de los indios. En ese lugar, y a partir de 1743, funcionó el primer puesto de aduana de la región, donde se cobraba el impuesto a la sisa a toda la yerba mate que transitaba del Paraguay hacia Mendoza y Chile en parte del Camino Real. 
El Camino de Carretas era unas venas abiertas que permitían la gran empresa de la conquista y la colonia de la época. Los carreteros fueron los grandes protagonistas y hacedores de esta historia. 
San Bernardo fue un punto importante de gran protagonismo. Hoy está desaparecido y sus ruinas, tapadas por grandes médanos, pero su rica historia jamás debe ser olvidada.
Las carretas pasaban siempre. Tomaban Villa de la Concepción hacia Achiras y llegaban a Mendoza. Llevaban vino, azúcar, cueros en trayectos que duraban meses. En las postas se cambiaban animales y se descansaba o se reparaba alguna carreta. 
La de San Bernardo fue una importante zona que ya pasó a la historia.

6/10/21

Las patas de los pretextos

Por Emilio López, estudiante del PEAM

En el transcurso de la vida se suelen presentar situaciones que se prestan al uso de pretextos o excusas para eludir una responsabilidad. Es el permiso que nos damos mentalmente para no hacer lo que debemos.
Hay que ser honestos: lo primero que corresponde es saber que un pretexto es una mentira. Una cosa es una enfermedad, otra es el engaño para no cumplir con las obligaciones.
La excusa es como una salvaguarda para la autoestima. Algunas personas se transforman en una suerte de artesanos de la mentira. No hay que poner excusas ante cualquier circunstancia de la vida porque la mentira, dicen, tiene patas cortas y después todo se sabe.

5/10/21

Ancla, no salvavidas

"Las consecuencias de las excusas usadas en una causa son negativas y van en detrimento del progreso y bienestar de las naciones". Elena Moscone, docente, recuerda que "los jóvenes con quienes me tocó compartir aulas siempre se manfiestaron con sinceridad, no usaban excusas; ante el incumplimiento de un deber, decían simplemente 'no lo hice".
Piensa Elena que varios padres "comenzaron con la elaboración de mentiras para justificar a sus hijos. Creo que ellos les enseñaron el uso de pretextos con el 'pobrecito, que no sufra, que goce de la vida, que no se aburra'. Así llegaron las primeras enseñanzas del pretexto, del ocultamiento. ¿Es que acaso no pensaron que con ello perjudicarían a sus hijos, a sí mismos y a la sociedad en general?".
La alumna del PEAM retoma a Jean François Revel, quien afirma que "la democracia no puede vivir sin la verdad y el populismo, sin la mentira". Sigue diciendo: "Las ideologías radicalizadas, aquellas que generan fanatismos, son siempre una mezcla de emociones fuertes con pensamientos simples. La impermeabilidad a la información de los fanáticos con vista a la protección de su sistema interpretativo es un axioma que puede verificarse cada día". Revel se pregunta: "¿Qué servicios presta esta ideología autoritaria?". Se responde: "Una triple dispensa intelectual, práctica y moral". Se retiene solo los hechos favorables a la tesis que se sostiene, incluso inventando unos y negando otros. Se suprime el criterio de eficacia, se fabrican explicaciones que exculpan. Y se decide abolir toda noción de bien y de mal para los actores ideológicos. Lo que es crimen o vicio para el hombre común no lo es para ellos. Añade que "la absolución ideológica santifica a su equipo y lo deja a salvo de la malversación, el nepotismo y la corrupción, permitiendo satanizar libremente al enemigo".
Considera la alumna del PEAM que las apreciaciones de Revel "nos hacen pensar en nuestro país, en los disfraces de la realidad en pos de originar la confusión entre lo que está mal y lo que está bien, haciéndonos a los mayores asombrarnos por tantas diferencias con nuestros valores y a los jóvenes los estimula a realizar toda transgresion, para atraerlos y tenerlos como cómplices amigos. Así, creemos conquistar sus voluntades y les estamos proporcionando un analgésico contra el camelo y la impostura".

Dichosas ramas 

Por Lidia Olmedo, alumna del PEAM

Hay muchas personas que no han tenido la posibilidad de estudiar cuando eran niños o adolescentes. 
Hoy en día tenemos una universidad que piensa en los adultos mayores y tomó la iniciativa de fundar la Casa PEAM, que nos brinda aprendizaje en muchos trabajos y materias. 
Eso nos benefició. Hay personas que hace más de 15 años que concurren al Programa Educativo de Adultos Mayores, incluso desde antes de la inauguración de la Casa PEAM. Es increíble cómo ha ido creciendo a lo largo y ancho de nuestra provincia, eso gracias a la información que se reproduce de boca en boca.
Es muy lindo ver a los adultos en clase porque, además de aprender, se distraen, dialogan y así pasan un momento ocupados y contentos.
Gracias a Casa PEAM hoy tenemos un lugar propio para los adultos mayores.

Asalto a la buena fe

Por Carlos López, estudiante del PEAM

Las excusas son el argumento que se utiliza para eludir una responsabilidad o cubrir un error en lugar de asumirlo. Cuando se hace consuetudinaria esta práctica, puede llegar a convertirse en un culto a la mentira. Se puede llegar a decir que es muy difícil vivir en esa situación, pues hay que agudizar el ingenio a cada momento y termina siendo una práctica de sorprender la buena fe de la otra persona y por lo tanto una falta de respeto.

 Escenarios

"Momentos como estos de la pandemia vienen al pelo para poner excusas", advierte Carmen Rodríguez. "A veces te cuesta decir 'no me gusta la gente con quien te juntas' y del otro lado preguntan '¿por qué?'.
"Las razones son muchas -agrega esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores-. Por ejemplo, cuando te defraudan como familia o amistades y te enteras de que detrás tuyo hablan, lo que yo hago es empezar a alejarme, tomar distancia. Uno actúa así por ser transparente y no soporta la mentira e indiferencia de nadie. En la vida, nadie es indispensable".

 Bellas hojas 

Por Matilde Maffrand, alumna del PEAM

Observando la fotografía, viene a mí una reflexión del Escritor José Saramago “La importancia que puede tener usar una palabra en vez de otra, aquí, más allá,

Un verbo certero, un adjetivo menos visible, parece nada y finalmente lo es todo”

Y me pregunto:

         ¿Si tuviera otra vida, amontonaría las hojas sueltas del otoño? las colocaría en una canasta pintada de amarillos luminosos, lilas y violetas, pasearía por mi niñez de la mano vigorosa de mi padre, me dejaría arrastrar por un viento interrumpido, hasta la puerta de la escuela, miraría por la cerradura a mis amigas que luego me contuvieron y escucharía sus voces lejanas llamándome.

          Valoro los años vividos, en ese difícil, ríspido camino transitado, aprendí a elegir, a ser responsable de mis errores y aciertos, aspirando a más. Pronto entendí que si cambias la forma de ver las cosas, las cosas cambian.

           Dónde hay un árbol, verás una sombra amiga.

           Donde hay un río, calmarás tu sed.

           Donde hay una cueva, verás un refugio.

           Donde hay una piedra, verás un soporte

          Un árbol, un río, una cueva y una piedra serán un pilar en los días sin luz.

 Luces y sombras

Por Susana Carbonari, alumna del PEAM

En esa casona rodeada de parque con plantas y flores, todo lo bello que hay en la naturaleza, vivía Elsa. Ella era una mujer joven, de 45 años, y vivía en las sombras. No hacía mucho que se había quedado viuda y tenía dos hijos, Juan y Estela, que vivían en la ciudad y solo podían ir a verla de vez en cuando.

Ella se había refugiado en la casona. No quería salir, no quería distraerse, ni leer, ni escuchar música. Vivía encerrada en sí misma. Se sumaba la pandemia, entonces estaba muy sola y deprimida.

Un día, pasa por ahí un señor, Roberto, quien le pidió ayuda para comunicarse con el Automóvil Club, ya que su auto se le había quedado en el camino y su teléfono no tenía señal. Ella lo hizo pasar y le prestó el teléfono. Desde ese día se hicieron inseparables. Él la iba a buscar para dar una vuelta, tomar algo, almorzar y ella accedió, salió de su sombra y se llenó de luz.

Él tenía 50, también hacía un tiempo que se había quedado viudo y también tenía hijos con quienes no se veía muy seguido.

Elsa empezó a salir del cascarón. Empezó a disfrutar de las cosas lindas de la vida, a escuchar música, viajar, leer.

Un día, como se llevaban tan bien, él le propuso matrimonio. Ella respondió que sí a ese señor que la sacó de la sombra y la llevó a luces multicolores.

4/10/21

 

Torre de pretextos

Las excusas revelan falta de deseo de hacer las cosas”, señala Ana Chevarría. Esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores sostiene que le pasó recientemente en una dependencia de gobierno: “No hacen las cosas bien porque somos muy tranquilos, muy pacientes, siempre tienen ellos la razón”. Las excusas surgen “por la falta de compromiso”. “Es más fácil poner una excusa que ir y hacer lo que corresponde, pero es el sistema que tenemos en la Argentina”, lamenta.  Añade que, en el contexto actual, “por todo se le echa la culpa a la pandemia”.

Sostiene Ana que en vez de excusas “hay que ir de frente, decir ‘no, esto no es para mí’ en lugar de apelar a expresiones como ‘no había nadie, le dejé un papel al vecino’ que encubren la verdad: la comisión no fue hecha.

Bellezas y desventajas de enclaustrarse

Por Elena Moscone, alumna del PEAM

La pandemia puso en relieve la importancia del costado humano: extrañamos el contacto físico, la intimidad, lo relacional. No hay reemplazo para estas cuestiones que estamos revalorando. Esta masificación se combina en algunos países con la denominada epidemia de soledad y está haciendo que exploten ventas del rubro sextech hasta unas almohadas con texturas personalizadas que simulan el contacto humano para dormir abrazados a la noche.

En el campo de la psiquiatría se habla de la otra pandemia, con relación al enorme costo que está teniendo el Covid 19 en términos de bienestar emocional.

Gustavo Adolfo Becquer dijo: “La soledad es muy hermosa cuando se tiene alguien a quien decírselo”. Nos hace pensar en la necesidad del otro.

Durante el aislamiento, suplimos la necesidad de alternancia con el otro mediante el apego a nuestras mascotas, al cuidado de las plantas, a algún arreglo hogareño. Ello no fue suficiente; se generaron problemas de miedo, soledad, animadversión hacia el Covid y, por qué no, hacia el prójimo. Herman Hesse plantea en un poema que “por cierto ninguno es sabio que no conozca las sombras que ineluctables, callando, de los demás nos apartan. Extraño andar al ocaso, la vida es soledad, nadie conoce a los otros, cada uno solo está”.

Debemos distinguir entre estar solos y sentirnos solos.

Puede gustarnos estar solos y disfrutar ya sea para leer un libro, reflexionar, meditar. Otra cosa es sentirse solo.

Algunas personas manifiestan que están más aburridas que una ostra. Se sienten aislados de todo contacto humano, ignorados por la gente, abandonados a su soledad.

Según dice Anselm Grün, la manera en que vivenciamos la soledad tiene que ver con nuestras experiencias infantiles. Si alguien fue dejado solo de niño con excesiva frecuencia, es probable que más tarde tenga sentimientos de desesperación parecidos a aquellos. Por otra parte, si un niño nunca aprendió a estar solo, a jugar solo, también le costará soportar la soledad.

El que no supo arreglárselas en este sentido en la niñez, de anciano vivirá la soledad como aburrimiento ya que nunca desarrolló la fantasía en su infancia y en la vejez espera que los demás proyecten y emprendan cosas para él.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer sostenía que la juventud debería poner empeño en aprender a soportar la soledad pues es una fuente de felicidad y sosiego. Una forma de manejarse bien consiste en dedicarse al mundo y a las personas en lugar de esperar siempre algo de ellas.

El individuo puede tener momentos de soledad, pero no vivir siempre en ella. El contacto con el otro llega a indagar, a ser estimulado por la aceptación o rechazo a nuestras opiniones o hechos. Como dicen los versos de Mario Benedetti, “la soledad no es solo una gayola, es tan solo un cultivo, una emancipación, un duro aprendizaje. La soledad no es una clausura, es un espacio libre, un césped sin historia, un crepúsculo púrpura, tampoco es cofre de seguridad; es una variación, un regocijo afluente, un llanto tributario. Después de todo, es verosímil, la soledad es un amparo, casi un ritual consigo mismo”.


Mal negocio

Por Lidia Olmedo, alumna del PEAM

Algunos niños deciden copiar, usar machetes en los exámenes. Pienso que la familia tiene la obligación de ayudarlos explicándoles que lo que hacen está mal, no los beneficia sino todo lo contrario: se convierte en una manía que tarde o temprano se descubre y lo amonestan.

El padre o la madre tienen que ayudarlos y controlar que estudien, tomarles la tarea.

Eso de copiar es lo mismo que hacer trampa y es muy feo. Los niños lo toman como un juego, pero a medida que pasan los años ya no hay forma de cambiar su manera de ser y se transforma en una trampa de la cual no pueden salir.