Por Artemio Corbalán
Cuando nosotros éramos niños, mediados de los ‘60 y principios de los ‘70 Ud. podía tirar un penal a colocar. Los arqueros no llegaban. Apenas si se estiraban un poco. Llegaban con los vaqueritos puestos, no hacían calentamiento ni nada. Derecho viejo al campo de juego. Venían de laborar, con las manos llenas de grasa u otros más finos con las uñas como señoritas porque trabajaban en oficinas. Eso sí todos eran manotones de oso, unos dedales que metían miedo y los nudillos…ni les cuento. Lucían una especie de poleras de hilo. Los pantalones cortos parecían hechos en la fábrica Grafa, si no estabas acostumbrados te lastimaban las piernas y te paspaban las bolas, un poco pero dolía hasta el pedo…
La preferida por la changada de los potreros, con arcos de palo de olmo y travesaños sostenidos por horquetas, era la polera amarilla. La popularizó Rubén Omar Sánchez, el arquero de Boca. Si todavía lo veo corriendo de atrás al “Puma” Morete. Y otros nombres que recuerdo de aquella generación son Spilinga, Leyes, Gay, Barisio, Anhielo, Rigante, Roganti, Errea, Buttice, el “Mono” Irusta, Montilla, Oscar Pezzano, la “Garza” Tocalli, Miguel Escudero, Juan García, Otilio Figueroa (Embalse Unido), “Tumbaculito” Martínez (Embalse Unido), el “Gordo” Luchini (El Pueblito Fútbol Club), el “Petiso” Rago, Malavolta, Dallovere, Ladislao Mazurkiewicz, “Chulengo” Reinoso (Club Sportivo y Biblioteca Villa del Dique-General Pistarini del Embalse), Aníbal Molina (Embalse Unido-General Pistarini y Fitz Simon de Embalse), el “Negro” Bazualdo (9 de Julio de Río Tercero-Acción Juvenil de General Deheza), Jan Jongloed, Felix, Leao, Palacios, Munutti, Fenoy, Falcioni, Medina, Quiroga, Carnevali, “Perico” Pérez y Rattín, no, éste no era arquero pero era más duro que una piedra, pateaba sin doblar las piernas, le decían el “Rata”, pero creo que era el “Pata de Palo”.
Los tiempos han cambiado, ahora los arqueros tienen una reacción bárbara, espectacular, terrible, juegan al achique y entrenan todo el día, hasta van a cabecear y hacen goles de tiros libre…Chila viejo nomás. Entrenan todo el día decía. Las piernas son unos resortes, son casi invencibles.
En estos tiempos los penales van fuerte y al palo como el “Diablo” Monserrat o puntazo al medio como el “Chivo” Pavoni.
El primero que recuerdo con esas reacciones como elásticos de atleta fue el “Gringo” Luraschi cuando jugó en la “B”.
Venía de Ferro y en la calle Arturo Orgaz lo entrenaba don Victorio Spinetto, en una excursión que se hizo por Córdoba. El “Mono” Ghibaudo fue otro que sorprendió. Pero el verdadero maestro de la reacción de piernas fue el “Pato” Filloy y el del achique fue el “Loco” Gatti, inspirado un poco por Amadeo Carrizo. Después vinieron buenas combinaciones como el “Mono” Montoya o el “Flaco” Comizzo. Claro que eran hiperprofesionales, nada había quedado del vaquerito. ¡¡¡Qué lástima!!!
Recuerdo al “Pepé” Santoro y el “Tano” Roma eran como una tortuga pero cómo atajaban. Parecía que no llegaban pero llegaban. ¡Como el Goyco! Por un momento las manos del Goyco fueron más “dulces” que las manos del “Pocho”. Las manos del “Pocho” se abrían y hacían vibrar la tierra y sonreía
Las manos del Goyco también son del pueblo y las arritmias cardíacas de millones de argentinos jamás te echaremos al olvido. ¡Qué arquerazo, papá!
PD: Falta Tomaszewski.