21/10/09

Sentimientos como para empezar

¡Dale!
“Decile a Chaca que te venga a defender”. El imperativo lo llevaba a la cancha, a momentos de distracción.
Sabía que en ocasiones no hay Chaca ni Chapulín Colorado.
“Que Dios me asista”, recordó de Pablo Gabriel.
Le sonó mejor, tanto porque Dios le despertaba más confianza como por la gracia con que lo expresaba su amigo.
Tenía además una larga lista de situaciones en las que su mala suerte había sido buenísima a la luz de los hechos subsiguientes. Temía que alguna vez la fortuna estuviera de su lado y no hubiera quién lo defendiese.
Sus cavilaciones terminaron en el intento que, más allá de la lógica, deseaba desde hacía un tiempo.

Letra fría
Le había escrito un papel. Lo pasó en limpio.
Lo hizo carta. Vio el resultado.
Se negó a creer que le pudiera ir así por unas palabras.
Sintió que le podía ir así pues unas palabras alcanzan para condenar a un hombre a cadena perpetua.
Decidió escribir todo lo que quería. Lo releyó y lo tiró.

Alternativas
“Morir con las botas puestas es morir”, escribió después de decidir que cambiaría su estrategia. Mantener los fines es una cosa, repetir caminos que conducen a la llegada es otra.
La concluyente expresión lo animó a esperar, a ser paciente sin pensar que estaba perdiendo tiempo. Ningún día se pierde si lleva al gran objetivo.
Esperó trazando garabatos. Asumió que tarde o temprano necesitaría de la paciencia y de la templanza. Perder no dependía de él; perder la cabeza, sí.

Pedidos y cavilaciones
“Si uno sabe lo que corresponde, va en su contra y pone todo en manos del destino, ¿no le está pidiendo demasiado al destino?”.
Julieta había puesto la frase a modo de encabezamiento en varias de sus hojas.
El día del parcial de Teoría del Aprendizaje, la falta de hojas la llevó a entregar una con el encabezamiento. No le sumó ni le restó puntos; sí le implicó un trabajo práctico adicional. “Responde en 20 líneas tu propia pregunta”, escribió la profesora.
El resultado fue una maldita siesta arruinada para entregarlo a tiempo.
Con el dolor de cabeza de quien tiene sueño y el fastidio de quien no puede dormir, hizo algo parecido a lo que otra vez, con la misma docente, le reportó un 7.
“¿Quién define lo que corresponde? La pregunta me hace acordar al proceso de orientación vocacional, cuando nos sugerían que fuéramos buenamente egoístas al elegir carrera, más allá de imposiciones sociales, familiares y laborales.
Si en esto defino yo, claramente corresponde avanzar. Si lo dejo en manos de todos los que me sugieren desde la experiencia y el amor, entonces tocará detenerme.
Detenerme es lo que no quiero.
Avanzar es seguir al corazón terco como su dueño. Una persona grande debe hacerse cargo de sus decisiones. O sea que me hago cargo de la falta y le pido al destino que me ayude.
Todo se facilitaría si el intento terminase antes de empezar. Pasa que estoy cansada de lo fácil. Y justo me acuerdo del personaje de Jeff Bridges en “Los Fabulosos Baker Boys”. Cansado de ganar buen dinero tocando el piano sin pasión, fue a un bar cualunque. Tocar no era una cuestión de tacto, de fortuna o de oído sino de sentido.

Estudiantes y docentes, un par inevitable

Estudiantes y docentes, un par inevitable
Por Josefina Sereno, colegio San Ignacio

El rendimiento de los alumnos está bajo la influencia de su interacción con los docentes simplemente por el hecho de que son los que tienen enfrente durante las horas de clase. Son la imagen presente en ellos cada vez que dudan respecto de hacer o no hacer un trabajo, o de esforzarse en un examen o no.
Si los profesores no se preocupan en lo que les muestran a los chicos y sólo se interesan en dar y terminar los temas propuestos por la escuela, probablemente los estudiantes adopten esta metodología y comiencen a ser tan mediocres como el adulto que les está enseñando.
Los alumnos pueden ser o, mejor dicho, deberían ser motivados por los docentes. Y los docentes deben trabajar en esto a través de la interacción con ellos. Pueden ayudarlos a rendir mejor en la escuela mostrándoles que estudiar no es imposible, que hay esperanza si encuentran un tema extremadamente difícil.
A pesar de esto, también hay una cuestión que puede influir y que a veces, más allá de la interacción con los profesores, es invariable. Es la incidencia de los padres y de toda la familia.
Aparte, pienso que el rendimiento escolar está fuertemente condicionado por la interacción con los docentes.

Como el grupo de pares es muy importante en la vida de un estudiante, influye mucho en sus expectativas y valores. En la niñez, la mayoría de lo que los demás piensan de nosotros es de suma relevancia. Ya sea como niños o adolescentes necesitamos saber que somos más o menos como los demás, que nos movemos en la onda que corresponde. En otras palabras, somos vulnerables. Cada observación de nuestros amigos sobre nuestra forma de actuar o pensar influye un montón. A tal punto que entonces nos preguntamos si deberíamos seguir haciendo las cosas del modo en que las hacemos.

Si yo fuera una estudiante muy dedicada a las tareas de la escuela y fuera algo así como una “nerd” para mi grupo de pares, posiblemente empezaría a pensar si vale la pena ser así o si es preferible prestar menos atención a los asuntos escolares.

1/10/09

Instrucciones para preparar pastelitos

Desde la admiración a las Instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight (Alejandro Dolina), en sexto año del IPEM 252 de Río de los Sauces surgió un ejercicio: texto instructivo acerca de la felicidad entre los pasos a seguir para preparar pastelitos. A continuación, lo que produjo Agustina Rivoiro.

1. Separa las tapas de pastelitos en la mesa...
Así como en la vida uno tiene que aprender a separar ciertas cosas: situaciones, problemas, alegrías, diversas emociones, etc. para no amargarse por lo que lo debe.

2. Vierta en un pocillo agua y proceda a remojar alrededor de cada tapa. Lo mejor es realizarlo con el dedo índice. Y volviendo al tema, ¿cómo cree usted que puede ser feliz? Le doy un consejo...

3. Pruebe con poner el dulce en el centro, deje de amargarse por tantas cosas, la felicidad es un estado muy lindo en el que el ser humano de vez en cuando debe transitar. Pero ojo; no es para siempre, cada camino tiene su cruce.

4. Coloque otra tapa encima de la que tiene el dulce en la misma posición; entonces disfrútela antes de que algo lo tape. Y cuando llegue ese momento, que no lo desanime. Piense usted que la noche es tan necesaria como el día.

5. Tome cada esquina de las tapas y frúnzalas hasta el tope del dulce. Y entonces allí se dará cuenta de que sigue habiendo cosas lindas en el centro; aunque no se pueda ver, se siente.

6. Caliente el aceite o la grasa, lo que usted prefiera, con grasa quedan más sabrosos. Hágase un permitido y deje de pensar cómo los otros lo ven.

7. Coloque los pastelitos a freír hasta que tomen el color que desee, lo recomendable son 5 minutos. A veces algunos se queman y las cosas se tornan oscuras, preocúpese, pero no se vuelva loco; si aun en el abismo o en lo más oscuro se suelen encontrar cosas lindas... En el centro sigue el dulce.

8. Los pastelitos están listos para sacarlos. En un recipiente, ponga servilletas para escurrir. Para la próxima le explicaré cómo se hace el almíbar, sólo tiene que esperar, lo dulce a veces tarda en llegar pero uno no debe desesperarse; si vive pendiente de todo no tiene "tiempo" (ésta es la clave, darse el tiempo aunque no lo disponga) para ser feliz.