Piedras visitantes, vergüenza ajena
Más de una vez se ha escuchado:
"Le dieron el alta porque detrás llegaba un paciente con mejor obra
social". Cuando esto pasa, la medicina recibe bofetadas de la codicia y
la salud se rinde es atacada por el engaño.
Sin un solo indicador de cambio favorable en el endémicamente violento fútbol argentino, hace un par de semanas se decidió que volvieran los hinchas visitantes a los estadios de la provincia de Buenos Aires.
El lunes 5 de octubre, un puñado de violentos de Lanús que fue con su equipo a Mar del Plata atacó a Pablo Lugüercio, futbolista de Aldosivi, la escuadra local. La sensatez perdió ante la demagogia electoralista. La seguridad cayó frente a una atrayente urna.
Total, la pedrada no fue a la cara del que tomó la decisión.
Sin un solo indicador de cambio favorable en el endémicamente violento fútbol argentino, hace un par de semanas se decidió que volvieran los hinchas visitantes a los estadios de la provincia de Buenos Aires.
El lunes 5 de octubre, un puñado de violentos de Lanús que fue con su equipo a Mar del Plata atacó a Pablo Lugüercio, futbolista de Aldosivi, la escuadra local. La sensatez perdió ante la demagogia electoralista. La seguridad cayó frente a una atrayente urna.
Total, la pedrada no fue a la cara del que tomó la decisión.