Emisores, recortes, verdades
¿Está bien decir una verdad incómoda de alguien que se dedica hoy a lo que uno realizó ayer?
Kareem Abdul Jabaar es el imbatido goleador histórico de la NBA. Con
buen ojo, apunta que Dirk Nowitzky, jugador de Dallas que hoy está entre
los diez máximos anotadores de todos los tiempos, tiene una sola
habilidad.
Por un lado, aplausos a quien le sacó a su única
destreza un provecho tan grande que lo llevó a ubicarse décimo entre
miles de basquetbolistas a lo largo de décadas.
Por otro, Jabaar marcó una realidad, incluso a riesgo de exagerar: su
colega actual defiende poco y no es conductor de acciones ofensivas.
Si Jabaar tira ondas de amor y paz (símil Quique Wolff en Simplemente
Fútbol), el receptor tiene derecho de quejarse por su corporativismo en
desmedro de la sinceridad.
Si el goleador retirado opta por hacer
que sus palabras respondan a los hechos, el jugador a quien refiere
probablemente se ofenda. O tenga el temple y la humildad, descontando la
inteligencia, para escuchar y mejorar.