Espejos y pulgas
Es doloroso quedarse frente a algunos espejos. Debe
ser por eso que más de una vez se prefiere mirar una pared u optar por
vidrios mentirosos.
El capítulo 38 de la segunda temporada de la
serie Vulnerables lo ilustra con maestría artística, a punto tal que se
goza con un terco.
Centurión (Norman Briski) teme que su hijo,
ahora que está de novio con Jimena, no le dedique más tiempo completo al
mantenimiento del hotelucho de papá. El hombre ve amenazados sus viajes a Rosario y sus múltiples ratos cotidianos con un salamín en una mano y un vaso de vino en la otra.
La escena en la que Jimena (la actriz Inés Estevez) lo enfrenta para
pedirle que deje elegir libremente al pobre Flavio (Rodrigo de la Serna)
expone la negación a admitir errores y su proyección a los demás.
-Escúcheme, Melina.
-Jimena.
-¡¿Por eso, qué digo yo?!
-Dijo Melina.
-¡Yo dije Jimena. Aparte, usted no se conduce con respeto!
Como el viento los amontona, al rato Centurión se junta a tomar el vino
de media mañana con María Elena (Leonor Manso), la madre de Jimena.
Ella empieza a criticar a su hija y él la acompaña afirmando: “Bien
testarudita la chica”.
La proyección y la ceguera a las propias
faltas provocan un daño equivalente al que sufre el perro por sus
pulgas, salvo por la lamentable diferencia de que el perro trata
tenazmente de sacárselas de encima.