1/6/17

¿Qué se dirá?
Una tentación es pensar cómo se leerá dentro de décadas de lo que se hace hoy.
1988. Primer año industrial. Un maestro del taller de ajuste aplica una sanción informal. "Capotón", dice y supone que los compañeros de Cristian le pegarán despacio. Dos minutos después, Cristian llora y el docente reclama porque "con animales no se puede".
El hombre no quería que el mal alumno de trece años se fuera lesionado de la clase. Confiaba en unos sopapos amigables y no sospechaba que en un grupo de 12 o 13 suele haber uno que se zafa aunque no se llame Judas.
El maestro de taller estaba cerca de jubilarse, pese a lo cual incurrió en una chiquilinada. Lejos de admitir que proponer "capotón" es una falta suya, califica de "animales" a los adolescentes que, por otra parte, eran educados para obedecer.
El hombre no era emblemático del colegio Industrial, aunque tampoco constituía una excepción.

1989. Un muchacho de 14 años manipula con torpeza un calibre, costosa herramienta de precisión. El maestro de ajuste II lo mira fijo y anuncia: "A vos te voy a capar".
Nadie se sorprendió. Se asumía que el alumno del taller debía prepararse para la fábrica, donde no circulaban chistes de Condorito ni se veía Los Pitufos.
El profesor que prometía capar al estudiante torpe mantenía su taller de ajuste tan limpio que parecía un quirófano. Hacía recitar en voz alta "cuando va, saca; cuando vuelve no". Así, los alumnos aprendían que se presiona para desgastar el material cuando se hace correr la lima hacia delante y hay que deslizarla de vuelta sobre la pieza sin más que un ligero rozamiento.
Antes, en aulas de primaria, era común escuchar el recitado colectivo de las tablas de multiplicar, con voces discordantes y todo.
Criticar a la luz de los progresos es necesario para superar errores, siempre y cuando se evite cargar las tintas por olvido del contexto de las prácticas. Si no, basta probar con el juicio de valor que haría alguien de siglos atrás frente a un aula compartida por varones y mujeres. O con el que ejecutaría más de un aldeano del siglo 21 que sueña con globalizar ISIS.
Quien quiera comentar, bienvenido. Ahora o dentro de unas décadas.