El fútbol se enloda aunque no llueva
La tribuna de Vélez hizo docencia gratuita. Este domingo 12 de mayo de 2019, expuso lo miserable que puede ser una multitud cuando conjuga odio e impaciencia. Tan grande era el deseo de repudiar a Mauro Zárate, exfutbolista del club que pasó a Boca tras decir que en la Argentina no vestiría otra camiseta, que miles de hinchas entonaron sus estribillos insultantes mientras la banda militar interpretaba el Himno nacional argentino.
Ni la canción patria se salvó de la intolerancia.
El sábado, la visita de Peñarol de San Juan a Victoria de San Luis estuvo cerca de terminar en tragedia. Hinchas y jugadores locales golpearon y persiguieron a los rivales, a quienes trataron como enemigos que merecían destrucción.
El gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saa, no arrojó piedras ni trompadas. Sin embargo, tuvo que ver. Había anunciado, como quien afirma que un día tiene 24 horas, que Victoria jugaría la copa Libertadores. Con el combustible del triunfalismo, avivó el fuego de los que creen que perder es deshonra. Y que sobornar a quien haga falta para ganar es un medio noble para obtener el dios éxito.