5/11/21

 

Prisma para sobrenombres

Por Elena Moscone, alumna del PEAM

Los apodos a veces son un acto de discriminación o que connotan una mirada de soslayo, desprecio o denuestos al otro. Es el caso de los rótulos tales como negro, gordo, tuerto, bizco, rengo, groncho, petiso. Quien los expresa busca molestar a la otra persona, al punto de incomodarla, de hacerla sentir inferior. Como si esas miradas externas inundaran al individuo y modificaran su ser humano.

Como contraparte, hay apodos cariñosos que se dan en el entorno familiar tales como bebé, gordito, titi, pupi y otros que sustituyen el nombre de pila, dándole un tinte cariñoso e íntimo.

Es difícil dar instrucciones de cómo se deben tomar tales modificaciones al nombre. Se supone que a la gente que es sana en nada las afecta.

Se trata de tener consideración por el otro, sabiendo que lo que nos afecte también puede afectar a nuestro prójimo.