5/11/25

El pobre tipo que quiere dar clase

¿Qué pasa cuando alguien siente que su palabra no es escuchada? ¿Si su impresión es que daría lo mismo su presencia que la de un maniquí? No se trata de la invisibilidad buscada por un observador encubierto, sino la indeseada por quien cree que sus propuestas caen en saco roto y advierte que, en vez de fertilizante lluvia de ideas, el pretendido trabajo en grupo lava la tierra.

¿Cómo se hace para establecer límites, para tener una palabra que tiempo atrás estaba concedida y hoy es otorgada a cuentagotas? 

¿De qué manera se puede vencer al desánimo si la sospecha es que no gustan las flores que se llevan en el ramo ni cuando se cambia de ramo? ¿En razón de qué preparar platos elaborados si a la primera de cambio los comensales piden panchos, se ponen el delantal y pasan a la cocina?

¿Cómo seguir jugando a las bochas si cada vez que se pide arrimar aparece alguien que tira como quien lanza la jabalina?

Alguien puede asumir que el profesor de las preguntas quiere alumnos a medida. No. Procura que el diálogo en el aula sea fructífero; para hablar caóticamente están la mesa de café y las tertulias futboleras tipo titanes sin el ring

Dar clase puede ser muy frustrante. Aunque no medie violencia física.

28/10/25

José Ingenieros, un diamante sobre la opacidad

Para algunos futboleros, José Ingenieros es el lugar donde Almagro juega de local. Otros lo asocian a una calle. Más de un psiquiatra, a un colega que vivió entre fines del siglo 19 e inicios del 20. Muchos, a su libro "El hombre mediocre", obra en la que plantea la relevancia de los ideales así como los daños ocasionados por evitarlos.

Algunos de los contenidos de la publicación, disponible en Internet, son:

-En cada momento y lugar la realidad varía; con esa variación se desplaza el punto de referencia de los ideales.

-La tentación del hartazgo ahoga todo afán de perfección.

-Lo poco que pueden todos depende de lo mucho que algunos anhelan.

-La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.

Pensar en los ideales de ciertos lugares y épocas conlleva alegría o amargura. Más de un padre fundador se levantaría ofuscado si viera en qué se convirtió su nación, su institución, su familia. En qué se transformaron palabras como libertad y verdad. Tal vez comprendería por qué muchos se hartan ante un río caudaloso de mediocridad.

Un ejemplo de los que se saturan de un sistema lo da el profesor Liftschuz en la entrañable serie Boston Public, que a inicios del siglo 21 narra la vida cotidiana de un colegio secundario público del noreste estadounidense.

El hombre, capaz de exabruptos y de sacarse de encima los prácticos de los alumnos más que de corregirlos, cuenta un día que de joven estaba lleno de inquietudes, de una vocación fogosa. La burocracia fue minando su deseo de brillantez y lo encaminó a contar los meses que le faltan para jubilarse.

16/10/25

Medios, libertad y segunda selección

Hablar de responsabilidad social de los medios es entrar en aguas profundas, tanto que a veces con suerte se logra apenas chapotear y en otras hay riesgo de ahogarse. Este texto quizás pase por ambas instancias.

Que los medios tengan en cuenta la repercusión de lo que dicen es clave a fin de que, en nombre de la libertad de expresión, no caigan en un manual de instrucciones para, por ejemplo, cometer atentados o robar sin ser capturado. ¿Alguien llamaría socialmente responsable a quien publicara libros de lectura de escuela primaria que indicaran cómo hacer bombitas de olor, romper sanitarios y aflojar tornillos de asientos de compañeros y docentes? ¿O a quien enseñara poesía con la rima “hay que entrar a matar gente/ aunque sea quince o veinte”?

La responsabilidad social atañe también a lo que se omite. ¿Es correcto que los medios oculten, callen, se tapen los ojos y los oídos y saquen de la agenda temas que la ciudadanía necesita conocer? ¿Qué tal si uno va de vacaciones a un lugar rotulado de seguro y no logra salir con vida? ¿O si los noticieros silencian evidencias de corrupción de un candidato o un gobernante?

Como suele ocurrir, lo que puede complicarse se complica. Ejemplo: la radio de una localidad que atraviesa una crisis económica, por eso mismo no cubre los costos con publicidad comercial. Llega el gobierno del lugar y aporta propaganda a cambio de anuncios tales como “dos nuevos cestos de residuos en la plaza. Gestión Pirincho”. “Nuestro río es de agua dulce. Gestión Pirincho”. “Sumamos un médico al dispensario. Gestión Pirincho”.

El día que en el pueblo sucede un hecho que daña las aspiraciones de reelección de Pirincho, ¿la radio comunica la noticia? La pregunta acaso sea retórica.

¿Será por eso que hay emisoras que solo pasan música?

Pirincho no aporta a la radio por amor a la libertad de prensa. Y supone que, aun viviendo en un pueblo chico y en tiempos de redes sociales, acallar los medios de comunicación masiva del siglo 20 es una opción conveniente. “No será suficiente para ocultarlo todo, pero achica el bochorno”, intuye.

Al escándalo de la corrupción le sumás el de la censura”, le replicaría un periodista. “Considerar eso es un lujo que no me puedo dar”, probablemente replicaría.

Pirincho no estudió comunicación, pero como casi todos los poderosos se afilia a la teoría de la aguja hipodérmica, de manera que asume que la audiencia da por cierto lo que consume en los medios. Que si escucha que comer hamburguesas es saludable, no importa que se le llene de grasa el paladar ni quede una capa blanca sobre la fuente: seguirá comiendo hamburguesas. Que si el intendente afirma por la radio que el pueblo está bien administrado, debe ser mentira que todos los empleados cobran el salario atrasado y fragmentado.

“Si no podés tapar el sol con la mano, comprá anteojos oscuros de segunda selección”, se lee en un papel que está entre la superficie metálica y el vidrio del escritorio de Pirincho.

 

 

24/9/25

Galardones equivocados

"A tal señor, tal honor", es una locución que no solo cae en desuso en la lengua española sino también en las prácticas. Alcanza con ver algunos nombres impuestos a espacios públicos para advertir que suele haber una distancia grande entre reconocimiento y reconocido. En una sociedad atravesada por la imagen y el afán de aparecer, más de una persona acepta subir a escenarios que no le corresponden. 

En algunos casos es razonable. Ejemplo: en una entrevista a alguien le dicen: "Gracias por venir, doctor Gómez, ganador del premio al mejor historietista de Cuyo". Gómez ha ganado el galardón de Mendoza, pero siente que corregir al aire a quien lo halaga constituye una ingratitud.

Distinto resulta que Gómez acepte si jamás ha escrito siquiera una viñeta.

En un episodio de "Blue bloods", serie emitida por Universal relativa a policías de Nueva York, recibe la medalla al valor un agente que no le salvó la vida a nadie. Lo hace ya que debe resguardarse la identidad del verdadero héroe, que trabaja encubierto en una banda criminal. 

Otro sería el caso si el premiado lo hiciera a sabiendas de que el tributo a su persona no es una estrategia para cuidar a un colega, sino simplemente un error de apreciación.


4/9/25

Saludos y consulta a la inteligencia artificial (2)


El sol es fuente de calor, aunque algunos días de invierno no se note. Lo mismo sucede con algunas ideas, que están sin que por ello se las aprecie. De todos modos, así como poco después del mediodía hace menos frío que a las 8 de la mañana, hay momentos en que se logra reparar en la sencillez de una charla gracias a la cual los rayos de sol se sienten. Falta para la primavera, pero el témpano ya no es lo que era.

3/9/25

 Saludos y consulta a la inteligencia artificial


Hoy te sentís mal. No podés estar distinto. Los que te rodean te ven así. Sufren por ello y te das cuenta. Peor te ponés. Preguntale a la inteligencia artificial cómo se hace para no sentir más peso del que ya cargás a tus espaldas. Por favor, pasame su respuesta. 

Por otro lado, ¿cómo te sentís si suponés, con altísimo grado de certeza, que la forma de que tus seres queridos estén más tranquilos es si vos aceptás hacer lo que te harta, te supera, te daña? ¿Qué hacer en casos así, en los cuales tu estilo de vida no cuadra con lo que ellos esperan y han aprendido a asumir como razonable? ¿De qué modo te librás de esa mochila? Porque está claro que, de tantos golpazos que sufrieron, ellos entienden que lo tuyo no es bueno y no van a cambiar de perspectiva. Tenés derecho a la felicidad, sin embargo percibís que ejercerla a tu manera ocasionará la desdicha de ellos.

21/4/25

Calor siberiano

“¡Olelé/ olalá/ no sé cómo vinieron/ sé que no se van!”. Los cánticos de la barrabrava siberiana fueron de mal agüero.

Está linda la cosa”, fue el comienzo de la charla técnica del entrenador de Defensores de Groenlandia.

Para el partido fueron designados solo 20 policías, dado que no se habían producido incidentes en el cotejo de ida. A la luz de los versos amenazantes y del sabotaje a la calefacción en el vestuario visitante se reparó en que tal vez resultasen escasos.

A los 13 minutos, supieron que alcanzarían: tres errores de los zagueros y el arquero de Groenlandia liquidaron el ánimo de sus compañeros y así se llegó al final sin sobresaltos. De hecho, en el entretiempo volvió a funcionar la losa radiante del camarín visitante.

Consagrado campeón, Siberia Fútbol Club jugará el Mundial de Clubes como representante de la Liga del Norte.

 

Groenlandia se hace fuerte

Defensores de Groenlandia recibía a Siberia Fútbol Club en la final de ida de la Liga del Norte.

El operativo policial, conformado por 26 agentes polares, comenzó media hora antes del partido porque no se esperaban disturbios entre los allegados locales; visitantes casi no habría pues estaban ocupados en la temporada alta de pesca.

El partido comenzó a las 12.30, tras quince minutos de trabajo de los operarios que quitaban la nieve, que siguió cayendo durante el entrenamiento precompetitivo y el primer tiempo.

El vendedor de café lo ofrecía caliente o helado, según se tomara del pico del termo o en vaso.

No hubo acciones de riesgo frente a los arcos en los minutos iniciales. El único peligro para los arqueros fue que no pudieron cerrar la boca después de bostezar, por lo cual fue necesario el ingreso de los médicos y del cafetero.

A los 33 minutos llegó el único gol: el 10 de Defensores de Groenlandia remató cruzado desde la izquierda y la pelota, luego de picar mal en un montoncito de nieve, descolocó al guardameta siberiano.

La revancha está prevista para el 20 de abril.

 

8/4/25

 Miedos dispares

¿Qué hacer ante una amenaza? ¿Qué resolver cuando se sabe que la expresión “vienen degollando” no es figurada? “Despiertos para siempre”, uno de los episodios de “Atreverse”, disponible en Youtube, aborda la cuestión desde seis perspectivas: la de un juez, un testigo y un protagonista de un hecho de corrupción, y sus respectivas parejas.

El juez, interpretado por Federico Luppi, reabre una causa por la que fue asesinado su antecesor. No lo intimidan las consecuencias que pueda sufrir él sino las que acaso afecten a su esposa (Susana Campos) y sus hijos. Asume que debe ir al frente, aunque le digan que una gota menos de agua salada no cambia el sabor del mar. Es de los que se hacen cargo de la gota que les toca.

El testigo, Juan  Leyrado, es la llave que puede abrir la puerta a la justicia… y a su muerte, de la cual también es avisado por llamadas anónimas. Su mujer, Graciela Duffau, le suplica que haga de cuenta que nada sabe. Que no quiere ser la viuda de un héroe.

El otro, Jorge Marrale, le pide a su pareja que adelanten para dentro de unas horas el viaje a Francia que tenían previsto. Ella (Selva Alemán) no le cree que sea por negocios, sobre todo al verle temblar el pulso. Él confiesa que tomó un dinero ajeno, niega que su fortuna sea a expensas de la pobreza de alguien y le pregunta si, de haber sido pobre, lo hubiera admirado tanto como lo hizo.

Las amenazas siguen. Los diálogos, atravesados por la angustia, la culpa y el dolor, también.

 

 

3/4/25

 

Alguien te está mirando

La mirada ajena es uno de los temas abordados por Vulnerables, unitario disponible en Youtube relativo a adultos que hacen terapia de grupo y emitió Canal 13 en 1999 y 2000.
Entre los momentos reideros y a la vez dramáticos de la primera temporada hubo un diálogo en el que Enzo, su hermano homofóbico, le pregunta a Roberto, con la delicadeza de un gorila enojado, si está seguro de que no tuvo sexo con otro hombre.
Las composiciones de Emilio Bardi, el inquisidor, y de Alfredo Casero, el interpelado, son una joya.
Enzo sospecha porque Roberto le había pintado los labios a una foto de Nick Nolte, su actor predilecto. Su sesgo discriminativo lo lleva para el lado de los tomates. Hablando dela película “El príncipe de las mareas”, película en la que al protagonista encarnado por Nolte lo violan en su niñez, Enzo dice: “Ésa es donde le gusta que le rompan bien el orto”.
Por eso, Roberto no le habla de su afecto por Gladys, travesti a quien conoció en los bosques de Palermo.

 

Visión selectiva

Dos gemelas confundidas hasta por el padre protagonizan la novela “Una imagen en el espejo”. Danielle Steele las hace vivir a inicios del siglo XX, con tanta semejanza física como disparidad espiritual. La una asume su rol de celosa cuidadora de su achacoso padre. La otra se enamora de alguien que le promete separarse pronto de su esposa y, luego de varios encuentros a solas, le dice: “¿Cómo es posible que me hayas creído? Vos fuiste un entretenimiento”.
El vecindario conoce la versión de él: “Esta indecente se me echó encima a sabiendas de que soy casado”. El padre de la joven asume que la mancha en su honor solo se lava con un matrimonio y la casa con un abogado al que ella no quiere, a diferencia de su hermana.
Al cabo de meses de infeliz convivencia, de besos escasos y un lecho más afín a la cama de un faquir que al de dos amantes, llega el pedido de auxilio: “Ya que a vos sí te gusta, ¿por qué no te hacés pasar por mí?”.
Al cabo de presentarse reticente, la hermana tímida acepta.
Pasan los días, ni se tocan. Cuando se rozan, se prenden fuego. ¿El cuñado no se da cuenta del cambiazo?
El hecho guarda semejanza con “Los pocillos”, cuento de Mario Benedetti en el que un día un ciego le dice a su esposa que le gusta cómo ha combinado colores de tazas y platos ese día.
Las dos historias remiten a una verdad de todas las épocas y geografías: la vista empieza en la voluntad.

 

Dudas en el camino

"A mí me cuesta la felicidad", afirma Jimena (Inés Estévez) tras un llanto que le brota mientras habla uno de sus compañeros.
"La felicidad le cuesta a todo el mundo", acota Roberto (Alfredo Casero).
Atribulada, Jimena comparte en la sesión grupal de terapia que pone primera y marcha atrás ante el noviazgo que le propone Dominichi (Carlos Portaluppi), quien el mismo día le regaló una rosa, bombones y un elefante de peluche.
-¿Por qué lo espantaste al tipo -le pregunta Cecilia (Soledad Villamil).
-Porque es casado.
La escena, del capítulo 32 de Vulnerables, sigue con la expresión del psicólogo (Jorge Marrale):
-¿Será que tu comodidad no te permite ser feliz? ¿Que estás dudando tanto siempre que no podés tomar una determinación?
-No sé, ¿ve? Otra vez estoy dudando -contesta Jimena.
No es el final de la escena ni de la serie, que gracias a Daniel Barone y Adrián Suar, entre otros, sigue ayudando al goce artístico y la reflexión, desde Youtube.

 

Sumisión asesina

La identificación de algunos empleados con sus empleadores puede ser devastadora. “Otros trataron de escapar de las llamas, pero sucedió lo impensable: el cierre de las salidas del centro comercial por los guardias mientras la gente -y ellos mismos- morían atrapados por el fuego que se expandía velozmente”, cuenta una nota de Infobae acerca de la tragedia en un supermercado en Paraguay en 2004 por la cual murieron 327 personas, según datos oficiales.
La premisa, difícil de entender ante el humo y las llamas que destruían vidas y mercancías, era que nadie se fuera sin pagar; ¡como si permaneciendo en el interior estragado el capital estuviera a salvo!
La obediencia a toda costa paga con esa moneda. Sobre todo porque el jefe no es infalible. Y porque dejar de pensar atonta tanto que suele matar.