Mugrosa tradición
Una arraigada costumbre es la de culpar a los
otros. Cuando se trata de la nación, el chivo emisario suele ser la
clase política.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver un dirigente con el
festejo por la graduación de alguien que consiste en esparcir mugre en
una plaza?
Los habitantes que asocian celebración con enchastre de
la vía pública, ¿ejercen la ciudadanía como es debido? No parecen pensar
en los demás; asumen que los placeros tienen no la obligación de mantener la limpieza sino también la de eliminar la suciedad provocada por... gente grande en circunstancias evitables.
Por supuesto, en acciones así no se pone en juego el acceso a créditos
internacionales ni la transparencia electoral, pero no deja de ser un
mensaje de desconsideración por lo que es de todos, de indiferencia, de
tradición poco generosa con el esfuerzo ajeno.