27/8/18

No siempre cambiar es innovar
Una de las paradojas más lamentables de algunos educadores es la facilidad con la que compran espejitos de colores. El esnobismo tira el centro y siempre alguien le pone la cabeza, ya que no la reflexión profunda.
Tiempo atrás, la multitarea ("multitasking", ya que consideran que usar el inglés prestigia las prácticas) marcó agendas de varias casas de estudio. Hasta que las investigaciones comprobaron que una cosa es caminar, masticar chicle y tararear una canción a la vez y otra es pensar si renunciar al trabajo o pedir licencia, anotar al hijo en una escuela de fútbol o una de atletismo y pagar el gas en una o dos cuotas, en caso de poder afrontarlo.
Después, el sonsonete fue "evitar la zona de confort". En su nombre y en el de la neofilia (obsesiva búsqueda de lo nuevo, como si fuera solución por sí mismo), se empezó a desestimar lo hecho anteriormente y a dar por malo el mantenimiento de prácticas. La pasión por la novedad imponía cambiar, aunque no se supiera si serviría.
Habría que informarles a sus portavoces que el Real Madrid que salió tres veces seguidas campeón de Europa tenía entre sus ejercicios físicos ¡subir y bajar escalones del estadio! Tan sencillo como eso. O recordar que los equipos que descienden de categoría también utilizan gps para medir cuántos kilómetros recorren sus jugadores. Dicho de paso, ¿merece respeto un director técnico que precisa de un gps para advertir si un futbolista suyo corre mucho?
La confusión avanza. El técnico de Boca, Guillermo Barros Schelotto, sale de la zona de confort y decide que es mejor desplazar a Ramón Ábila, sinónimo de gol, de hombre de área capaz de tolerar forcejeos y de convertir, y ubicar en su lugar al esmirriado y hábil Mauro Zárate. Resultado: Boca en cero para empatar con Huracán el domingo 26 de agosto y para perder 2-0 ante Estudiantes el lunes 20. ¿Para eso cambió?
Bien haría el entrenador en leer la nota "En defensa de la zona de confort" (La Nación, 27/8/2018). Su autor, Miguel Esteche, apunta: "Nuestra vida se ha plagado de lugares comunes que repetimos creyendo estar pensando. Uno de ellos es el planteo anticonfort que, así sostenido, nos transforma en gente ansiosa, incómoda, automática y que confunde el confort con la abulia y lo 'anticonfort' como algo de por sí inteligente, valiente, evolucionado".

¿Qué es la actividad?
A mitad del siglo pasado, el psicólogo Erich Fromm señalaba que puede ser más activo alguien que contempla un paisaje que quien se afana en correr, limpiar y barrer.
De acuerdo, una plaza no se asea desde la quietud y un deporte no se gana sin movimientos, pero de ahí a asumir que el ajetreo es un valor por sí mismo y que el reposo es mala palabra es desconocer investigaciones que reivindican la importancia del ocio para la creatividad. 
En su artículo, Esteche manifiesta: "Quedarse en casa, tranquilos, confortables, es 'pachorra' (vista como villana) y, en cambio, el andar agitado por la vida es un signo de inequívoca vitalidad".
Y así como existen futbolistas que corren en todo momento y casi nunca razonan, hay docentes tan ocupados en la novedad que olvidan lo obvio: preguntarse si realmente saben enseñar.

Las cosas en su lugar
Pedro Barcia, entre cuyos lugares bien ganados está la dirección de la Academia Argentina de Letras, dice al diario El Argentino (Gualeguaychú) que los elementos como el teléfono celular "no deben ser ya ayudantes de cátedra, sino sirvientes". Considera que "quien esté encandilado por internet es lo mismo que aquel que está encandilado por un destornillador. Es una idiotez. La tecnología tiene que ser nuestro sirviente y no al revés".

13/8/18

A veces freno
Por Martín Búfali
 
Sí, así es. A veces freno.
Y de repente me convierto en una película argentina. Apenas abierta la ventana, degusto un cigarrillo de esos que al apretujar la cápsula que contiene el filtro, se convierte en un episodio rodado en una plantación de menta; disímil y profundo. Evalúo cómo de modo lento -cual nube formándose en el cielo– se esparce el humo perdiéndose en la opacidad de la noche. No pienso en nada, o eso intento; quizá eso parece. En ese mismo instante un millón de pensamientos se apoderan del momento, pero no están ahí, son de esos que van quedando detrás de una y otra corteza mental. Vuelvo en mí, fueron apenas unos segundos; aun así me despojaron por un santiamén de las situaciones estresantes de la cotidianeidad.
Hay días en los que viajo más allá del universo, sin la menor necesidad de estupefacientes ni otras yerbas. Tan sólo con el resoplar de un viento y lo fresco de su brisa en las orejas, o con el enfoque visual a una luna que apenas deja observarse entre las chapas del techo corredizo de mi patio.
Casi como una locomotora que detiene su andar al toparse con un peatón que se ha entrometido en la vía; que puede demorar y hacer trizas al deambulante invocando que su bufido impida la catástrofe, o simplemente puede como yo, a veces frenar.
Sí, es así. A veces freno.

9/8/18

Sentimientos de película
"El amor menos pensado" deja varias cuestiones boyando en sus dos horas y veinte.
-Aunque se teja desde la ficción, la película bien podría ser un documental sobre vínculos en la Argentina del siglo 21.
-¿Estás preparado para responderle a tu pareja si la querés?
-Abrir diálogos sobre sentimientos entraña riesgos.
-¿Qué es lo que de veras nos enoja, paraliza, moviliza?
La obra expone con gracia y destreza verdades de perogrullo tales como:
-"Un clavo saca a otro clavo", salvo que se trate de amor.
-Los rejuvenecimientos nacidos desde sentimientos profundos son más duraderos.
-Da gusto ver a un viejo haciendo de viejo.
 -Engañar gusta, ser engañado no.
Se ha escrito y se sigue investigando acerca de las consecuencias del nido vacío o desequilibrio que a sus padres les ocasiona la partida de un hijo de su hogar. ¿Qué hacemos ahora que nos queda más tiempo para la relación entre nosotros?, es un interrogante que, como las consignas difíciles de un examen, se puede dejar para después, hasta que toca afrontarlo. A algunos, la prueba les sirve de gozosa oportunidad para desplegar creatividad y saber acumulado. A otros, entre ellos la dupla protagónica encarnada por Mercedes Morán y Ricardo Darín, el momento se les revela dramático.
Están los que, como Claudia Fontán - Luis Rubio, celebran aniversarios de vida juntos. No se separan si sienten que dejan de quererse; optan por mantener relaciones paralelas que aceptan para sí mismos, no para el otro.
Charlas entre amigos y de padres a hijos, junto a diálogos entre conquistadores y conquistados, hacen que los 140 minutos pasen rápido, entre risas y amargas paradojas tales como la que papá Norman Brisky le hace notar a su hijo Darín: te separás por no soportar rasgos de la vida en pareja y resulta que eso es lo que estás buscando ahora que estás solo.
El placer de ser deseado está presente, igual que la comprobación de que aquel a quien se elige es, aun con imperfecciones, mejor que la persona con la cual se intenta olvidarlo. Acaso el recorrido por las alternativas realce la apreciación por la primera opción, así como le pasaba a Woody Allen, quien contaba que tras hacer 20 tomas de una escena solía quedarse con la original.
También hay espacio para el fastidio por advertir que el ser a cuyo lado se vive luce mucho más pleno junto a otro.
Y para la constatación de que el amor no caduca, ni lo hace la vivacidad. Los personajes de Chico Novarro y Claudia Lapacó, al natural en su vejez, son un regio estímulo actoral.

7/8/18

Tapia, chiquito liderazgo de AFA
Años atrás, sumido en una de sus crónicas crisis, un club cordobés anunció que trataría de contratar un refuerzo millonario. Se imponía la pregunta "¿con qué plata?" y Víctor Brizuela disparó la respuesta, repleta de ironía y sapiencia: "Talleres es capaz de deber eso y mucho más".
La frase sintetizaba el despatarro: no había dinero para sueldos al día, pero alguien echaba a volar un globo repleto de plomo.
Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, afirma haber intentado traer a dirigir la selección a Pep Guardiola, campeón en Barcelona, Bayern Munich y Manchester City.
Mientras, en un carnaval invernal de impunidad, el tribunal de Apelaciones de AFA devolvió 2 de 3 puntos descontados a Newell's por "irregularidades en la declaración jurada y falta de pagos", según consigna el diario deportivo Olé.
¿Alguien podía creer que Guardiola, habituado a planes serios, vendría a ser mago o eventualmente chivo expiatorio de los desórdenes institucionales?
La incoherencia galopa y el jockey Tapia sonríe entusiasmado.

1/8/18

Encuentro con La muchacha del atado

Sabina López, estudiante de sexto año del IPEM 252, comparte sus miradas a una de las aguafuertes de Roberto Arlt. Los tres títulos para cada versión y la extensión de los textos responden a la consigna de la clase de Lengua

Cansadas o enfermas, trabajando siempre – A las cinco de la tarde – Un segundo de felicidad
Arlt en La muchacha del atado se dedica a describir una forma de vida servil, en la cual las protagonistas son las mujeres. Comenta que, desde el comienzo de sus vidas en lugar de estar jugando, como solíamos hacer, están cuidando a los hermanos. Durante la adolescencia en plena edad de desarrollo, de aprender, están trabajando, como esclavas sobre máquinas de coser. Más tarde llega el turno de casarse; sin importar mucho los pesares de la novia, continúa con sus labores hasta último momento. Comienza a tener hijos, a envejecer y siempre pensando en lo mismo, cómo llegar a fin de mes. No importó nada más que eso, nacieron con las tareas domésticas en su ADN, para su primer cumpleaños les regalaron una plancha para cumplir los deseos de los hermanos, a los catorce años comenzaron a cargar la ropa que debían coser sin parar, no tenían permiso de enfermarse ni de descansar. Muchachas que solo vivían para su familia, muchachas tristes, muchachas atadas a una generación esclavizada, pero con todo el pesar del mundo muchachas reales. Nada de lo contado por Roberto es mentira. Nos mostró una sociedad que vivía al compás del dinero, en la que no importaba nada más que eso. Lindo hubiera sido contar las sonrisas de las muchachas.

Muchacha obediente – Verdades – Hay que hacer economía
Roberto Arlt creó un escrito impresionante, en el cual cuenta la vida de las mujeres pobres. Cómo  pasan a las cinco de la tarde cargadas de ropa para remendar mientras las más pequeñas cuidan a sus hermanos, hasta que llegan al trabajo y se inclinan ante la máquina de coser por horas. Con el paso del tiempo llega el momento de casarse, nada cambia demasiado, las deudas son las mismas, el trabajo también; solo se le agrega un marido y unos cuantos hijos. Pero bueno, qué se le va a hacer, es la vida de la mujer pobre, la que dice “hay que hacer economía” y con suerte sonríe una vez por mes.