Creer y reventar
Alejandro Dolina señala que hay quienes sufren de bovarismo ascendente y
se creen mejores de lo que son. Las consecuencias son peligrosas y cada
lector ha de tener varios ejemplos al respecto.
Uno, al paso:
millones de futboleros argentinos, a babuchas de dos Mundiales ganados
en los lejanos 1978 y 1986, suelen asumir que por eso la selección está
condenada al éxito. Ni hablar si la integra Lionel Messi. No importa que
el mejor del mundo juegue con otros diez; con él alcanza y sobra.
Este tipo de pensamiento mágico -por no decir idiota- se hace trizaa con
realidades como la más reciente: el campeón de la última liga argentina
de fútbol, Racing, cayó por penales ante Boca Unidos, equipo de tercera
división.
Sigamos creyéndonos mejores. Mientras, otros lo son.