Medallones de merluza
Es sábado y Adrián Ramírez almuerza con su familia en el
Alto Palermo. Apura los bocados y se va mientras sus padres y su hermana siguen
disfrutando del encuentro. Son las 13.50 y debe llegar a las 15.30 a la cancha
de Los Andes, previos viajes en subte, tren a Lomas y colectivo.
Es la última fecha, en víspera del día del padre. Para zafar del descenso hay que ganarle a All Boys, que precisa sumar para entrar en el octogona para subir a Primera. La victoria no es suficiente: hace falta que Deportivo Italiano no derrote a Quilmes, otro que busca el ascenso.
Los trenes y el 542 se alinean y Ramírez está en la calle Santa Fe, a metros de las boleterías y de su entrada popular y a minutos de la cita con la angustia, mitigada por la ilusión y la sonrisa que se le dibuja al escuchar a los que ya estàn en la tribuna: "Ay ay ay ay/ qué risa que me da/ si no gana Los Andes/ qué quilombo se va' armar".
Es la última fecha, en víspera del día del padre. Para zafar del descenso hay que ganarle a All Boys, que precisa sumar para entrar en el octogona para subir a Primera. La victoria no es suficiente: hace falta que Deportivo Italiano no derrote a Quilmes, otro que busca el ascenso.
Los trenes y el 542 se alinean y Ramírez está en la calle Santa Fe, a metros de las boleterías y de su entrada popular y a minutos de la cita con la angustia, mitigada por la ilusión y la sonrisa que se le dibuja al escuchar a los que ya estàn en la tribuna: "Ay ay ay ay/ qué risa que me da/ si no gana Los Andes/ qué quilombo se va' armar".
"Con esta ascendimos", afirma un hincha mirando su
campera. La fila para conseguir la entrada avanza sin desorden. "No se va,
no se va, Lomas no se va", es el ruego a los jugadores y la esperanza que
se contagia entre los hinchas, uno de ellos el barbado que, al lado de la
boletería, pide una colaboración para entrar. Otros apelan a pagar menos
gracias al carnet de socio que arrojan desde la tribuna los que ya vieron salir
los equipos a la cancha.
Los Andes tiene clarísimo que solo le sirve ganar. Gol a los 3 minutos y 3-0 antes del entretiempo.
Barrabravas de All Boys arden y la policía montada sube algunos escalones de la tribuna visitante.
Descanso feliz. Italiano empata sin goles y Lomas se salva del descenso con los de Esteban Fuertes, Adrián Dezotti y tiro libre al ángulo de Gilmar Villagrán, el pequeño gran uruguayo ilustrado.
Los Andes tiene clarísimo que solo le sirve ganar. Gol a los 3 minutos y 3-0 antes del entretiempo.
Barrabravas de All Boys arden y la policía montada sube algunos escalones de la tribuna visitante.
Descanso feliz. Italiano empata sin goles y Lomas se salva del descenso con los de Esteban Fuertes, Adrián Dezotti y tiro libre al ángulo de Gilmar Villagrán, el pequeño gran uruguayo ilustrado.
Al pasado reciente pertenecía el festejo equivocado. No
había sido gol de Colón para condenar a Chacarita sino Funebrero para esquivar
el descenso.
En el estadio Eduardo Gallardón, la alegría se hace canción y grito de goles de Héctor González y Fabián Sánchez, esencial refuerzo de mitad de temporada. Los Andes sella el 5-0 y cumple su parte. Solo resta que Quilmes conserve el 0-0 en su visita a Italiano.
A poco de las 5 de la fría tarde del sábado 17 de junio de 1995, se abate una helada entre los hinchas locales por el gol de Italiano que iguala el promedio de Los Andes y obliga a un desempate para resolver quién mantiene la categoría.
Otra vez a sufrir.
En el estadio Eduardo Gallardón, la alegría se hace canción y grito de goles de Héctor González y Fabián Sánchez, esencial refuerzo de mitad de temporada. Los Andes sella el 5-0 y cumple su parte. Solo resta que Quilmes conserve el 0-0 en su visita a Italiano.
A poco de las 5 de la fría tarde del sábado 17 de junio de 1995, se abate una helada entre los hinchas locales por el gol de Italiano que iguala el promedio de Los Andes y obliga a un desempate para resolver quién mantiene la categoría.
Otra vez a sufrir.
No era para sorprenderse ya que solo en una de las
anteriores 41 fechas de la temporada Los Andes había alcanzado un promedio de
puntos que lo dejara por encima de los tres equipos que descenderían.
La desazón radicaba en sentir que ni siquiera un 5-0 a favor era suficiente para mantenerse en la categoría.
Un hincha de Los Andes, enojado por la derrota de Quilmes, decía: "Al final, esa amistad no sirve de nada", en referencia al entonces buen vínculo entre las barras de los clubes.
Otros se divertían cargando a un policía con kilos de más que miraba sonriente.
Alguien empieza a gritar. Otro lo sigue. Miles se suman. El defensor Elvio Vásquez es uno de los que acompañan desde el campo, ya consumado el triunfo Mil Rayitas. ¡Gol de Quilmes en tiempo de descuento! El empate condena a Italiano y eleva a Los Andes al cielo
La desazón radicaba en sentir que ni siquiera un 5-0 a favor era suficiente para mantenerse en la categoría.
Un hincha de Los Andes, enojado por la derrota de Quilmes, decía: "Al final, esa amistad no sirve de nada", en referencia al entonces buen vínculo entre las barras de los clubes.
Otros se divertían cargando a un policía con kilos de más que miraba sonriente.
Alguien empieza a gritar. Otro lo sigue. Miles se suman. El defensor Elvio Vásquez es uno de los que acompañan desde el campo, ya consumado el triunfo Mil Rayitas. ¡Gol de Quilmes en tiempo de descuento! El empate condena a Italiano y eleva a Los Andes al cielo
"¡Los Andes es Nacional!", dice jubilosa la voz
del estadio.
Los festejos se mezclan con la violencia desatada por los enfrentamientos de la barra que quería pasar a la cancha y policías que buscaban evitarlo.
Por la boca de salida se iban de la tribuna los hinchas que no temían al agente apostado con la cachiporra. Otros se quedaban esperando un mejor momento para retirarse ya que desde el último escalón se veían corridas en la calle.
Los barras que pasaron al campo de juego ingresaron en el vestuario local y quitaron pertenencias a los jugadores que acababan de salvarnos del descenso.
Como tituló Clarín dominical, "Los Andes fue una fiesta con incidentes".
Será por eso que, cada vez que en el comedor de la universidad le sirven medallones de merluza, Adrián Ramírez recuerda su menú en el Alto Palermo.
Los festejos se mezclan con la violencia desatada por los enfrentamientos de la barra que quería pasar a la cancha y policías que buscaban evitarlo.
Por la boca de salida se iban de la tribuna los hinchas que no temían al agente apostado con la cachiporra. Otros se quedaban esperando un mejor momento para retirarse ya que desde el último escalón se veían corridas en la calle.
Los barras que pasaron al campo de juego ingresaron en el vestuario local y quitaron pertenencias a los jugadores que acababan de salvarnos del descenso.
Como tituló Clarín dominical, "Los Andes fue una fiesta con incidentes".
Será por eso que, cada vez que en el comedor de la universidad le sirven medallones de merluza, Adrián Ramírez recuerda su menú en el Alto Palermo.