Condenas penales
Entre las paradojas de la vida, las del fútbol.
Luis Rodríguez, figura de Colón, clave para llevarlo a la final de la Copa Sudamericana, malogró un penal que podría haber achicado a un gol la desventaja ante Independiente del Valle a más de media hora del cierre del cotejo.
Artemio Corbalan, memorioso del fútbol de los setenta a los noventa, recuerda que Adolfino Cañete, estupendo diez del Ferro campeón de 1982 y del Mandiyú que subió a Primera e 1988, pasó por similar situación a la de Rodríguez, también en Colón.
Se disputaba el ascenso a la A en el estadio Córdoba. Colón, con el respaldo de más de 20 mil hinchas, enfrentó a Banfield. Empate y definición desde los doce pasos. Cañete, entre los mejor dotados para pegarle a la pelota, fue uno de los que falló. Los sabaleros, que pugnaban por regresar a la A de la que habían bajado en 1981, terminaron ese 1993 con una enorme frustración.
Fue uno de los futbolistas estelares de los campeonatos de Primera '83, Libertadores e Intercontinental '84. Su tranco largo, su criterio con la pelota y su don de mando en un mediocampo brillante compartido con Giusti, Burruchaga y Bochini hacían de Claudio Marangoni un volante especialmente útil para que Independiente retuviera la copa Libertadores en 1985.
Ardía el estadio la doble visera de Avellaneda. Dirigido por José Yudica, Argentinos Juniors le ganaba 2-1 y clasificaba a la final.
Sobre la hora, penal para Independiente. Toma la pelota Marangoni, toma carrera, dispara y ataja Enrique Vidallé.
Los aplausos de los hinchas consolaron al cinco de los rojos en un partido que, a juicio de su árbitro, Carlos Espósito, fue el mejor que le tocó dirigir.
Hizo dos goles, el segundo y el quinto (fuente: historiadeboca.com), en una de las noches más épicas de Boca en la copa Libertadores. Su año había arrancado con sequía, por lo cual las conquistas podían renovarle el crédito prontamente conseguido al marcarle a River en el 2-0 en el Monumental por la segunda fecha de la temporada '88/89.
Walter Perazzo necesitaba reencontrarse con su mejor versión en el xeneize y con sus años de gloria sin títulos en San Lorenzo. Meter dos goles, especialmente el quinto, en tiempo de descuento, era el pase al salón de los amados; Boca había perdido 2-0 en Paraguay y empezó igual la revancha de cuartos de final de la Libertadores en la Bombonera. Tenía que hacer cuatro goles, que se tornaron 5 por el tercero de Olimpia, para pasar de ronda. ¡Y los hizo!
Minutos después, en la resolución desde los doce pasos, Ever Almeida le atajó el tiro y Perazzo quedó a las puertas del cielo boquense en una noche en la que las emociones se mezclaron como pocas veces en la Bombonera.
Cuartos de final de México en 1986. Brasil iguala 1-1 con Francia y Zico, en el segundo tiempo, yerra un penal.
Van al alargue, continúa el empate y resuelven desde los doce pasos. Esta vez sí, gol de Zico, pero no alcanza y el 10 brasileño se va de los mundiales sin conseguir el cetro.
"Están llorando por mi culpa", lamentó un notable mediocampista, Matías Almeyda, según la crónica de revista El Gráfico tras que René Higuita le atajara su disparo en la semifinal de la Libertadores '95 en el Monumental. River fue eliminado. Avanzó Nacional de Medellín, al cual había vuelto Higuita luego de purgar una condena por cobrar recompensa de un particular al ayudar en el rescate de un niño secuestrado.