29/3/10

Favor de recordar

Jorge Luis Borges dijo que la guerra de Malvinas había sido la disputa de dos hombres pelados por un peine.
Jefes de estado que hicieron de los desatinos una marca de gestión resolvieron que la guerra era lo mejor para disimular lo peor. Leopoldo Galtieri de este lado, Margaret Thatcher del otro. Caras de una misma moneda que hizo del poder un leit motiv, de ningún modo una herramienta para engrandecer a la Argentina o el Reino Unido. El fin justificó los medios y allá fueron adolescentes a los que les cambiaron servicio a la patria por una utópica victoria que el tiempo decantó en trágica derrota.
A la vuelta, el desamparo, el olvido, las quejas de muchos de los triunfalistas que querían ganar algo, ya fuera un mundial de fútbol o una guerra. Y guarda con no vencer: la chapa de perdedor está siempre a mano.
Fue la gota que colmó la medida, sin alusión personal. La dictadura empezó a despedirse. Como no podía ser de otro modo, con la muerte como subproducto.