Estaba en otra
Una vez, el maestro uruguayo Oscar Tabárez recordó lo duro que le resultaba tratar de motivar a jugadores del Milan que ya habían saboreado la gloria nacional, europea y mundial a las órdenes de un entrenador italiano. Señaló que los escuchaba hablar más de sus propiedades, entre ellas costosísimas alfombras, que del equipo al que debían enfrentar el domingo.
"Tesis mil veces sustentada, y con acierto casi siempre, la de que la dureza y asperidad de la vida no hace sino acrecentar nuestro amor a ella y que el terrible taedium vitae nace en los hartos" (Miguel de Unamuno, en Glosas al "Quijote". Las causas del quijotismo).
El traje de Tabárez se lo han calzado infinidad de hombres y mujeres que sienten que la más leve brisa se lleva sus palabras lejísimo de sus receptores.
Frustración equivalente sentiría Jorge Corona si, al final de su andanada de chistes, un espectador que va al teatro por inercia le dijera: "Caballero, ¿por qué usa la corbata tan larga?".
Duro el camino del docente, del entrenador, del humorista... de cualquiera que se apasione por algo y trate de compartirlo con más de dos o tres personas de vidas distantes.
Notación: según quien los cuente, también es arduo escuchar relatos de quienes juran su entusiasmo por una actividad.