Sentimientos ajenos
En el cuarto año del colegio San Ignacio, Ernesto Jorba tuvo que responder desde conceptos sociológicos esta pregunta: ¿Podemos decir que está mal que alguien se ponga muy triste por una derrota de su equipo de fútbol? Acierta quien entrevé la experiencia de vida docente en el origen del trabajo práctico.
En
mi opinión, no podemos decir si lo que siente otra persona está bien o
mal, ya que todos tenemos diferentes formas de pensar, diferentes
sentimientos, gustos, etc. Por lo tanto, si una persona sufre decaídas o
lo que fuere por resultados de fútbol, y no compartimos el sentimiento,
no soy quien para opinar si lo que le pasa está bien o mal. De todas
formas, si lo que le pasa es muy exagerado al punto que afecta su salud,
sería bueno hablar con esa persona.
Por otro lado, en este
caso, la persona no rompe ningún valor mientras respete y no involucre a
las demás personas que lo rodean, en todo caso
nosotros estaríamos rompiendo valores al opinar sobre cosas que no nos
pertenecen y en las que no estamos involucrados.
La
socialización primaria y secundaria, como la educación y por lo tanto la
familia, tienen mucho que ver en esto ya que nuestra forma de vida
depende de las mismas. Además, este tipo de cosas nos llevan a tener
prejuicios, ya sean buenos o malos de esta persona, ya que si la persona
se pone agresiva porque su equipo favorito de fútbol perdió, vamos a
pensar que es una persona violenta y que por lo tanto no establezcamos
mas relación con la misma, pero a lo mejor es una persona muy tranquila
que solo reacciona así porque sus sentimientos y su pasión por el
deporte la ponen así.
Como conclusión, podemos decir que nos
sería apropiado opinar sobre si lo que le pasa a esta
persona está bien o mal. Cada uno tiene su identidad y los demás deben
respetarla, siempre y cuando no afecte a las demás personas.