Cuidado con la calesita
Malograr propósitos es sencillo. Lo sabe cualquiera por experiencia propia. Robert Skidelsky y Edward Skidelsky hacen notar cómo puede degenerar el pensamiento acerca de la salud en una obsesiva pasión por el mejoramiento incesante. Alcanza con dejar de lado lo razonable: estar bien de acuerdo con lo que la edad y las circunstancias lo permitan. Apuntan que las profundas ansiedades acerca del envejecimiento que aparecen una y otra vez en nuestra cultura son probablemente la señal más obvia al respecto. Aunque no lo dicen en estos términos, tal lo señalado por la revista Prospect Magazine, el efecto social de esta ansiedad es marginar y despreciar a los mayores en una varieda gama de formas, para alentar una serie de imágenes y estereotipos públicos que sugieren que la norma humana es de juventud e hiperactividad.
Malograr propósitos es sencillo. Lo sabe cualquiera por experiencia propia. Robert Skidelsky y Edward Skidelsky hacen notar cómo puede degenerar el pensamiento acerca de la salud en una obsesiva pasión por el mejoramiento incesante. Alcanza con dejar de lado lo razonable: estar bien de acuerdo con lo que la edad y las circunstancias lo permitan. Apuntan que las profundas ansiedades acerca del envejecimiento que aparecen una y otra vez en nuestra cultura son probablemente la señal más obvia al respecto. Aunque no lo dicen en estos términos, tal lo señalado por la revista Prospect Magazine, el efecto social de esta ansiedad es marginar y despreciar a los mayores en una varieda gama de formas, para alentar una serie de imágenes y estereotipos públicos que sugieren que la norma humana es de juventud e hiperactividad.
Podría entenderse, pues, que subirse a la calesita del
perfeccionismo es ver pasar la sortija al tiempo que crecen el mareo y la
frustración… y la venta de rejuvenecedores.