30/5/16

Le estamos errando
Claro fue el mensaje de los moderadores: aplausos, solo al final. Sin embargo, al promediar el debate de candidatos a intendente de Río Cuarto, partidarios de uno empezaron a batir palmas al cabo de un testimonio y otros los imitaron.
El Aula Mayor de la Universidad Nacional de Río Cuarto fue testigo de cuán fácil se rompe una norma inofensiva y de qué poco hicieron para que la cumplieran sus adeptos, varios de quienes aspiran al sillón de Mójica.
La situación de este lunes ayuda a entender, por ejemplo, por qué nuestro tránsito es insoportablemente anómico, caótico, indiferente a la ley.

Barras y llaves

En Feliz Domingo, programa de entretenimientos del Canal 9 de Alejandro Romay, uno de las formas de consagrar ganador era por cantidad de aplausos. Silvio Soldán acercaba el micrófono a la tribuna y la barra más sonora les daba el triunfo a sus compañeros de curso que habían actuado.
Parece que el método vale para la política. Candidatos a la intendencia de Río Cuarto poco y nada hicieron para que sus seguidores obedecieran la norma evitando aplaudir, acaso por suponer que la ciudadanía es un rebaño que sigue al pastor más ruidoso.
Así de similar al escenario de Feliz Domingo, ¿la buena gestión de la ciudad estará en el cofre de la felicidad, revuelta entre 24 llaves falsas?