18/11/16

Piojos resucitados
La semana le dio la razón a aquello de que el fútbol es muestra de una sociedad. La afirmación hace agua, aunque no por todos lados.
Uno de los casos en los que sí rige la idea fue el de la selección nacional.
De capa caída por el apabullante 3-0 sufrido ante Brasil, los futbolistas afrontaron el partido siguiente cabizbajos y leyeron por twitter la acusación: uno de ellos habría fumado marihuana mientras estaba de servicio, concentrado a la espera del choque con Colombia.
Bastó una victoria por 3-0 para que el equipo tomara la corporativa medida de no hablar más con la prensa.
Después se quejan del exitismo y de cómo una victoria nubla juicios de valor.
 
Semana de máscaras caídas
El boxeador Fabio Moli, otrora personaje en Show Match, dio nuevas muestras de su primitivismo al defender las carreras de galgos y violentarse contra Marcelo Tinelli, cuya hija Candelaria se opone a esta competencia en la que los perros alimentan a sus amos.
Los futbolistas de la selección argentina deciden fuera de la cancha parecido a como lo hacen dentro. Dado que Gabriel Anello, conductor del programa Súper Mitre Deportivo, acusó a uno de ellos de fumar marihuana, ellos resolvieron que no habrá más declaraciones al periodismo.
¿Cómo se sentiría Lionel Messi, vocero de la determinación, si a él no volvieran a convocarlo simplemente por compartir profesión y equipo con jugadores deficitarios en la selección?
Sancionar a todos y no solo al presunto culpable es injusto y estereotipa. Con otras formas, el mismo primitivismo de La Mole Moli.