17/11/17

¡La profesión, la profesión..!
Más de uno debe recordar cómo termina el cantito tribunero. Para quien no esté al tanto del original, vaya esta pista: los siguientes versos informan que se va a un lugar que rima.
Charlas con adultos mayores agudos ayudan a advertir la paradoja del bloque de "periodismo ciudadano" presente en varios noticieros. Alguien envía una foto de un bache o de una esquina donde la recolección de basura es apenas un recuerdo y un texto breve, a menudo mal escrito, y le alcanza para conseguir el ostentoso rótulo.
¿Cómo sería el espacio destinado a "psicología ciudadana"? Tal vez, un hombre que acaba de perder al ludo mandaría esta sugerencia: "Acabo de aprender que la derrota enseña... la sonrisa del ganador".
¿De qué forma reaccionaría el Colegio de Psicólogos?

Que un periodista resuelva que un mensaje relativo a omisiones preocupantes tales como la falta de arreglo de baches o de reparación de luminarias es un ejemplo de "periodismo ciudadano" es curioso. Los dichos de una fuente no la constituyen en periodista. Son valiosos, pero no dejan de ser informativos. Si no, un paciente que le contara al médico qué le duele podría reclamar un certificado de "médico ciudadano".
El periodismo es menos complicado de lo que podría pensarse, a juzgar por la fortuna que cobran algunos. Pero no es tan sencillo como para adjudicarle a cualquier vecino bienintencionado el rótulo por el solo hecho de transmitir una novedad o acontecimiento de hace mucho desconocido por la mayoría.