Negaciones
Guillermo Jaim Etcheverry señala que la mayoría de los padres asume hace
años que la educación argentina está en crisis, salvo en las escuelas
de sus hijos.
Tras una investigación relativa a medios de
comunicación y violencia infantil, David Buckingham concluye que los
padres tienden a expresar preocupación por los posibles efectos de la
televisión en otros niños, no en los suyos.
El investigador también
verifica que los propios chicos se quitan de sí los temores por las
derivaciones de la TV y se los adjudican a otros.
Asimismo,
Buckingham sostiene que los padres se inquietan más ante la chance de
que la televisión aterre o traume a sus hijos que frente a la
eventualidad de que ellos imiten sus contenidos violentos.
Juan Gilberto Funes padecía una severa insuficiencia cardíaca. Un médico
dio su visto bueno para que jugara en Boca, muy probablemente sobornado
por el empresario a cargo del pase del futbolista.
Como testimonia
la revista El Gráfico del 26 de noviembre de 1991, el doctor Alberto
Gallo obró con probidad, desaconsejó que Funes siguiera en el ruedo
profesional y Antonio Alegre, presidente de Boca en 1990, desistió de la
contratación del delantero.
El dinero llenó de mugre a dos personas
y casi mató a un deportista, salvado entonces por dos hombres de bien,
uno guiado por su honesto saber científico y otro conducido por su
sensibilidad, ajeno al rédito político de incorporar a un futbolista
carismático.