Caruso Lombardi y el periodismo
Hay personajes que saben estar a la moda. Ricardo Caruso Lombardi es uno de ellos. Sabe que el conflicto es factor de valor noticioso y lo aprovecha para tener presencias televisivas aunque lleve meses sin ejercer como director técnico.
Su compromiso es con el caos, no con la verdad. Por eso es capaz de denunciar box en la selección a miles de kilómetros y sin testigos que le sirvan de fuentes.
Allá él y su examen de conciencia, no muy distinto de tantos que esparcen lo que "dicen las malas lenguas", como si la de ellos no fuera una más.
El problemón de fondo es qué hace el periodismo con Caruso Lombardi. Porque el periodismo sí tiene el deber de constatar antes de publicar. Si no, su rol es llevar y traer versiones sin sustento y seguir con la producción de disputas. Que rinde, prueba de lo cual son los programas de la tarde que se activan ni bien empieza cada temporada de Showmatch, con la diferencia de que ellos están en el rubro farándula/ entretenimiento.
El lío está de moda en casi todas las vidrieras. El periodismo serio, apenas en algunas. Consumirlo es comer golosinas, no obstante algunos escriban en sus etiquetas "alimento sano y natural".