Que se repita, amigo
"Amores de herrería, dolores de herrería; amores de juguetería, dolores de juguetería". La idea formulada por Macedonio Fernández, a menudo citada por Alejandro Dolina, se comprueba por doquier.
Cada uno puede aportar sus ejemplos, como la recuperación de un preciado regalo que se había extraviado y el brillante florecimiento primaveral al cabo de un invierno pletórico de nieve y doloroso frío.
1994. El gozo por el ascenso al Nacional B se fue reemplazado por la preocupación creciente. Perder 0-2 ante Morón en Lomas era esperable: debut en la nueva categoría con un equipo en formación suele terminar en derrota. Caer 1-0 frente a Brown en el oeste fue injusto. El mismo resultado de local contra Gimnasia y Tiro de Salta fue harto preocupante.
Ir a Tucumán y volver con un 3-1 a cuestas era previsible, aunque indeseable. Repetir marcador para otro revés, ante Unión en Lomas de Zamora fue la gota que colmó la medida. Y el pobre técnico de Los Andes, Hugo Zerr, se tuvo que ir protegido antes de que los barras hicieran realidad la golpiza prometida desde los cantos.
A Zerr lo reemplazó Eduardo Anzarda. Quién te dice... técnico que debuta gana. Frase hecha, habrán concluido los hinchas Mil Rayitas al irse del estadio Eduardo Gallardón masticando la desazón por el 0-1 a manos de Godoy Cruz de Mendoza. Sexta derrota consecutiva, cuatro en casa, y promedio clavado en cero mientras los más cercanos estaban en 0,80. Encima, al descenso se iban no uno ni dos, sino los tres peores.
En la séptima fecha, Arsenal le empieza ganando 2-0 a Los Andes en Sarandí. No fue una derrota más en un sábado más; Esteban Fuertes metió un gol y forzó uno en contra y el cotejo terminó 2-2.
Por la octava jornada, entresemana, Los Andes dio cuenta 1-0 de Atlético Rafaela con gol del Chango Ibáñez.
Veinticuatro años después, la memoria de aquellos dolores y placeres de herrería salen renovados de la forja. Los Andes ha empatado 4 y perdido 4 de los ocho encuentros de la temporada. Y el próximo sábado recibe a Atlético Rafaela.
Un blog variopinto, con textos ligados a pensamientos, sensaciones, descripciones, narraciones, sentimientos, ocurrencias y reflexiones sobre temas periodísticos sin correr tras primicias. Miradas acerca de lo que nos pasa, lo que nos gustaría, lo que perdimos y lo que soñamos.
30/10/18
29/10/18
Feliz fin de lunes, gente
En la clase de Lengua Castellana, Adrián Ramírez tenía que distinguir hecho de relatos. Con la ayuda de Julieta García, presentó esto:
Una mujer da clases en segundo grado de la única escuela de un pequeño pueblo.
Sobre esta base, cuatro periodistas escriben:
a) Laura les da clases a doce niños.
b) Laura educa a los niños del pueblo.
c) Laura forja el futuro del pueblo a través de la educación.
d) Laura forma a quien será responsable de la intendencia del pueblo.
Entre los lectores de los diarios hay opiniones dispares. Hay quienes creen que el mayor salario le corresponde a la Laura que educa a uno que habrá de ser intendente, acaso por confundir probabilidades con certezas y el valor intrínseco de una acción con situaciones extrínsecas a ella.
Algunos sostienen que las cuatro versiones de Laura han de recibir igual sueldo, toda vez que la acción es la misma.
En una de las mesas del café, en una donde no era justamente café lo que se tomaba, uno gritó:
-¡Si los sueldos dependen de los destinatarios de las acciones, entonces el régimen se parece más a una monarquía que a una democracia; en vez de galardonar logros se premian apellidos!
-Tiene razón el pariente -agregó Omar-. Yo no quiero vivir en un pueblo donde haya sueldos para hijos y suelditos para entenados. ¡Vamos todos al paro! -completó antes de su tercer fondo blanco de ginebra.
Alguien apuntó que una cosa es modelar plastilina y otra forjar el futuro del pueblo, por lo cual el ingreso más alto le corresponde a la versión c de Laura.
El intendente no se expidió públicamente, pero a sus allegados les comentó que la maestra mejor paga debe ser la que le da clases a su hijo.
No falta quien piensa que Laura le preparó una torta y un capuchino deliciosos al primer periodista que la entrevistó, de lo cual surgió la frase c, y que para cuando la fue a ver el cuarto periodista estaba cansada y al cabo de cinco minutos de entrevista y de dos de redacción apareció que ella da clases a doce niños, sin siquiera un dato contextual.
En la clase de Lengua Castellana, Adrián Ramírez tenía que distinguir hecho de relatos. Con la ayuda de Julieta García, presentó esto:
Una mujer da clases en segundo grado de la única escuela de un pequeño pueblo.
Sobre esta base, cuatro periodistas escriben:
a) Laura les da clases a doce niños.
b) Laura educa a los niños del pueblo.
c) Laura forja el futuro del pueblo a través de la educación.
d) Laura forma a quien será responsable de la intendencia del pueblo.
Entre los lectores de los diarios hay opiniones dispares. Hay quienes creen que el mayor salario le corresponde a la Laura que educa a uno que habrá de ser intendente, acaso por confundir probabilidades con certezas y el valor intrínseco de una acción con situaciones extrínsecas a ella.
Algunos sostienen que las cuatro versiones de Laura han de recibir igual sueldo, toda vez que la acción es la misma.
En una de las mesas del café, en una donde no era justamente café lo que se tomaba, uno gritó:
-¡Si los sueldos dependen de los destinatarios de las acciones, entonces el régimen se parece más a una monarquía que a una democracia; en vez de galardonar logros se premian apellidos!
-Tiene razón el pariente -agregó Omar-. Yo no quiero vivir en un pueblo donde haya sueldos para hijos y suelditos para entenados. ¡Vamos todos al paro! -completó antes de su tercer fondo blanco de ginebra.
Alguien apuntó que una cosa es modelar plastilina y otra forjar el futuro del pueblo, por lo cual el ingreso más alto le corresponde a la versión c de Laura.
El intendente no se expidió públicamente, pero a sus allegados les comentó que la maestra mejor paga debe ser la que le da clases a su hijo.
No falta quien piensa que Laura le preparó una torta y un capuchino deliciosos al primer periodista que la entrevistó, de lo cual surgió la frase c, y que para cuando la fue a ver el cuarto periodista estaba cansada y al cabo de cinco minutos de entrevista y de dos de redacción apareció que ella da clases a doce niños, sin siquiera un dato contextual.
22/10/18
Lectura para padres
Una niña crece junto a padres que confunden educación en un colegio caro con esmero en su rol, falta de límites con amor.
La chica se hace adolescente y los riesgos ya no son que una tortuga aparezca en una lata de pintura. Las travesuras de sala de 4 son hostigamientos (bullying) contra un compañero y mentiras graves. El riesgo de dejarla sola en casa o con las llaves del auto es alto y algunas de sus consecuencias, terribles.
La abuela le compra su atención con dinero. Le importa más tenerla cerca que darse cuenta de que está criando un monstruito que pronto reclamará billetes hasta por respirar. Los padres ven pruebas una tras otra, sin embargo se niegan a aceptarlas. Los defectos se ven en la casa del vecino, no en la propia.
Papá se sigue lavando las manos, con la diferencia de que ahora lo hace junto a otra pareja. Mamá, que confiaba en su pareja aunque advertía que la engañaba, repite la historia con su hija.
A la par de la novela narrada en episodios, Ana María Shua expone un diario de cómo fue construyendo cada uno. La conjunción es poco común. Lo que encarna "Hija", bastante frecuente.
Una niña crece junto a padres que confunden educación en un colegio caro con esmero en su rol, falta de límites con amor.
La chica se hace adolescente y los riesgos ya no son que una tortuga aparezca en una lata de pintura. Las travesuras de sala de 4 son hostigamientos (bullying) contra un compañero y mentiras graves. El riesgo de dejarla sola en casa o con las llaves del auto es alto y algunas de sus consecuencias, terribles.
La abuela le compra su atención con dinero. Le importa más tenerla cerca que darse cuenta de que está criando un monstruito que pronto reclamará billetes hasta por respirar. Los padres ven pruebas una tras otra, sin embargo se niegan a aceptarlas. Los defectos se ven en la casa del vecino, no en la propia.
Papá se sigue lavando las manos, con la diferencia de que ahora lo hace junto a otra pareja. Mamá, que confiaba en su pareja aunque advertía que la engañaba, repite la historia con su hija.
A la par de la novela narrada en episodios, Ana María Shua expone un diario de cómo fue construyendo cada uno. La conjunción es poco común. Lo que encarna "Hija", bastante frecuente.
17/10/18
Blanco nieve
Por Sabina López, estudiante de sexto año del IPEM 252
¡Hola! ¿Hay alguien? Necesito poder liberar esto. Por favor. Soy yo, eso creo, era yo. Vine a liberarme. Si, sé que no se entiende nada. Basta chicos, la ansiedad mata. Déjenme hablar. Debo advertirles la presencia de un monstruo, pero este no es el que nos contaban de chiquitos. Es un caso serio. Algunos lo llaman nudo, pero si los nudos a veces son útiles, este no cumple con ese requisito. Los positivistas lo llaman cambio o nueva etapa, no creo en esto. Bueno, yo lo llamo blanco, sí señor, blanco es un color, blanco suena a vacío y es lo que le pasa a mi mente. Colapso de ideas, un colapso que no cae. Un cuarto sin nada, pero con todo. Una montaña sobrecargada que no se derrumba. Pero no desesperemos, todo llega, solo hay que respirar hondo y seguir, organizar las ideas, separar cada una en su archivo. No quiero decir que las avalanchas son malas solo que se tarda un tiempo para volver a avistar los pinos que dejó tapados. Por eso estoy acá, ahora, escribiendo, pensando en esto junto a usted, que seguro se imaginó esa pista de esquí tapada por la nieve pura y nítida, todos esos obstáculos se esfumaron a prisa, sin calma, pero parece costar el doble este recorrido. ¿Alguna vez escuchó que los desastres pueden ser hermosos? Bueno hoy lo confirmo, mi desastre existencial es tan desastroso que asusta, pero de chiquita me enseñaron a vencer los miedos, a superarme, a no dejarme caer y me lo prometí. Una vez más estoy frente a uno de esos miedos, espero que no sea el peor, me gustan los miedos, los desastres, los derrumbes, las crisis, las paredes enormes que se encierran en la terquedad de interrumpir mi camino siempre, no, no señor, no soy masoquista solo pienso que se puede aprender de ellos tanto como de una buena historia de vida. Basándome en esto dejo aquí que mi desastre caiga, no importa dónde, cómo solo que caiga sin más cerrojos. Me libero de mi monstruo, de mi blanco, sabiendo, obviando, que volverá a producir otras crisis existenciales, a crear un millón de preguntas, a generar dudas sobre mí, pero evitando que sean las mismas y buscando la forma de sortearlas, convertirlas en aprendizajes o mutarlas a nuevos monstruos. Éxitos en las próximas batallas y que los miedos no se conviertan en límites.
Por Sabina López, estudiante de sexto año del IPEM 252
¡Hola! ¿Hay alguien? Necesito poder liberar esto. Por favor. Soy yo, eso creo, era yo. Vine a liberarme. Si, sé que no se entiende nada. Basta chicos, la ansiedad mata. Déjenme hablar. Debo advertirles la presencia de un monstruo, pero este no es el que nos contaban de chiquitos. Es un caso serio. Algunos lo llaman nudo, pero si los nudos a veces son útiles, este no cumple con ese requisito. Los positivistas lo llaman cambio o nueva etapa, no creo en esto. Bueno, yo lo llamo blanco, sí señor, blanco es un color, blanco suena a vacío y es lo que le pasa a mi mente. Colapso de ideas, un colapso que no cae. Un cuarto sin nada, pero con todo. Una montaña sobrecargada que no se derrumba. Pero no desesperemos, todo llega, solo hay que respirar hondo y seguir, organizar las ideas, separar cada una en su archivo. No quiero decir que las avalanchas son malas solo que se tarda un tiempo para volver a avistar los pinos que dejó tapados. Por eso estoy acá, ahora, escribiendo, pensando en esto junto a usted, que seguro se imaginó esa pista de esquí tapada por la nieve pura y nítida, todos esos obstáculos se esfumaron a prisa, sin calma, pero parece costar el doble este recorrido. ¿Alguna vez escuchó que los desastres pueden ser hermosos? Bueno hoy lo confirmo, mi desastre existencial es tan desastroso que asusta, pero de chiquita me enseñaron a vencer los miedos, a superarme, a no dejarme caer y me lo prometí. Una vez más estoy frente a uno de esos miedos, espero que no sea el peor, me gustan los miedos, los desastres, los derrumbes, las crisis, las paredes enormes que se encierran en la terquedad de interrumpir mi camino siempre, no, no señor, no soy masoquista solo pienso que se puede aprender de ellos tanto como de una buena historia de vida. Basándome en esto dejo aquí que mi desastre caiga, no importa dónde, cómo solo que caiga sin más cerrojos. Me libero de mi monstruo, de mi blanco, sabiendo, obviando, que volverá a producir otras crisis existenciales, a crear un millón de preguntas, a generar dudas sobre mí, pero evitando que sean las mismas y buscando la forma de sortearlas, convertirlas en aprendizajes o mutarlas a nuevos monstruos. Éxitos en las próximas batallas y que los miedos no se conviertan en límites.
9/10/18
Esperá sentado, esperá confiado
Que Internet es la feria del desconcierto resulta por demás obvio. En algunos sitios, incluso especializados, se publican errores serios y en otros se miente al tranquito o al galope.
Adrián Ramírez suele bromear con sus estudiantes a cuento de la llamada teoría de la aguja hipodérmica, según la cual básicamente el receptor de un mensaje está a expensas de lo que los medios de comunicación masiva le ofrezcan. Así, si un nene de 2 años ve habitualmente Superman, más vale alejarlo de la ventana.
Uno está grande para tratar de imitar al superhéroe, pero no por eso es inmune a engaños.
Ejemplo: el 26 de marzo de 2000, el diario deportivo argentino Olé publica que ha muerto Martín Benito Noel, expresidente de Boca. Afirma que "si bien su mandato en el club de sus amores se inició con muy malos resultados futbolísticos, en 1981 contrató a Diego Maradona y no solo revirtió las malas campañas sino que también consiguió que el equipo que dirigía Silvio Marzolini se consagrara campeón ese año".
El hincha de fútbol estándar, mucho más proclive a opinar según resultados que a revisar el pasado reciente -qué decir si supera los diez años- acaso no lea el texto de Olé y, de hacerlo, muy probablemente lo considere correcto.
Craso error.
Martín Benito Noel no presidió "malas campañas" antes de salir campeón del torneo de Primera División de 1981. No pudo ya que este fue el certamen con el que debutó al frente del club. Ni siquiera una copa de verano de Mar del Plata disputó Boca.
Por si acaso el periodista hubiera hecho alusión a los amistosos de pretemporada previos al arribo de Maradona a Boca, debería haber evitado la expresión "malas campañas", toda vez que connota campeonatos oficiales.
A quien es muy xeneize y aficionado a la memoria ´de ciertas cuestiones del club, la equivocación salta a la vista. ¿Y el resto? A creer que Noel condujo torneos malos (sin que se indique desde qué año) hasta que en 1981 le tocó dar la vuelta olímpica. Igual que el nene de dos años a quien hay que protegerlo de emular a Superman.
Al menos al bebé un mayor lo cuida. ¿Pero quién cuida a los mayores de sitios, noticieros y otras publicaciones? Tal vez por eso, entre otros factores, tenga tanto sentido ejercitar la memoria, estudiar historia o las dos juntas.
Que Internet es la feria del desconcierto resulta por demás obvio. En algunos sitios, incluso especializados, se publican errores serios y en otros se miente al tranquito o al galope.
Adrián Ramírez suele bromear con sus estudiantes a cuento de la llamada teoría de la aguja hipodérmica, según la cual básicamente el receptor de un mensaje está a expensas de lo que los medios de comunicación masiva le ofrezcan. Así, si un nene de 2 años ve habitualmente Superman, más vale alejarlo de la ventana.
Uno está grande para tratar de imitar al superhéroe, pero no por eso es inmune a engaños.
Ejemplo: el 26 de marzo de 2000, el diario deportivo argentino Olé publica que ha muerto Martín Benito Noel, expresidente de Boca. Afirma que "si bien su mandato en el club de sus amores se inició con muy malos resultados futbolísticos, en 1981 contrató a Diego Maradona y no solo revirtió las malas campañas sino que también consiguió que el equipo que dirigía Silvio Marzolini se consagrara campeón ese año".
El hincha de fútbol estándar, mucho más proclive a opinar según resultados que a revisar el pasado reciente -qué decir si supera los diez años- acaso no lea el texto de Olé y, de hacerlo, muy probablemente lo considere correcto.
Craso error.
Martín Benito Noel no presidió "malas campañas" antes de salir campeón del torneo de Primera División de 1981. No pudo ya que este fue el certamen con el que debutó al frente del club. Ni siquiera una copa de verano de Mar del Plata disputó Boca.
Por si acaso el periodista hubiera hecho alusión a los amistosos de pretemporada previos al arribo de Maradona a Boca, debería haber evitado la expresión "malas campañas", toda vez que connota campeonatos oficiales.
A quien es muy xeneize y aficionado a la memoria ´de ciertas cuestiones del club, la equivocación salta a la vista. ¿Y el resto? A creer que Noel condujo torneos malos (sin que se indique desde qué año) hasta que en 1981 le tocó dar la vuelta olímpica. Igual que el nene de dos años a quien hay que protegerlo de emular a Superman.
Al menos al bebé un mayor lo cuida. ¿Pero quién cuida a los mayores de sitios, noticieros y otras publicaciones? Tal vez por eso, entre otros factores, tenga tanto sentido ejercitar la memoria, estudiar historia o las dos juntas.
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