14/8/09

De la música al papel

El ejercicio era armar textos aplicando conceptos sociológicos a partir de tramos de canciones de Andrés Calamaro, Fabiana Cantilo y Fito Páez.

Esto redactó Pilar Jerabek, de 3º año del Colegio San Ignacio:
Mi opinión sobre la expresión “Brindo por el futuro” depende de muchos elementos, tales como la edad, la socialización recibida, mi familia (socialización primaria), los medios y todos los factores que me influyen y ayudan a constituir mi identidad.
Como apenas soy adolescente no pienso ni me preocupo tanto acerca del futuro como los adultos o los jóvenes. Aunque a veces, comparada con algunos amigos, creo que pienso más que ellos al respecto. Por ejemplo, sé lo que quiero hacer cuando crezca o la universidad a la que quiero ir.
A veces sueño con la familia que quiero tener y los valores que quiero enseñarles a mis hijos e hijas. Y raramente pienso en lo rápido que pasa el tiempo.
Esta forma de ser, distinta de la de otros, está relacionada con mi familia, con lo que me enseñó, y con la cultura en la que vivo. Porque, por ejemplo, una mujer paquistaní probablemente no se imagine yendo a la universidad, sin que esto pretenda estereotiparlas.
Tampoco podemos olvidar el concepto de grupo de pares, que tanto influye sobre una persona. Nuestros amigos son realmente importantes, especialmente en la adolescencia. Esto sella a cada persona dado que durante este período uno va construyendo su identidad.
Como es sabido, la gente aprende de sus errores. Pero no puede hacerlo si no sufre sus consecuencias, sean aplicadas por el control social formal o informal. Por lo tanto es posible plantear que los controles sociales nos ayudan a construir la personalidad.
En cuanto a futuro, desde mis chances de vida creo que podré ir a la universidad mientras que un chico pobre –sin ánimo de estereotipar- quizás no piense así pues sus condiciones económicas influyen sobre sus expectativas y objetivos.
Acerca de los medios, inciden en nuestros conceptos y maneras de pensar. Por ejemplo, algunas novelas pueden hacernos pensar que la educación y el futuro no son importantes, que deberíamos vivir en presente, como si cada día fuera nuestro último día sobre la Tierra.
Finalmente, puedo decir que soy una persona que “brinda por el futuro”, y si bien no todos los días, a menudo piensa en su futuro y, antes de hacer algunas acciones, piensa en sus consecuencias. Esta forma de ser es el resultado de la socialización, el grupo de pares, la edad, la cultura en la que vivo, los medios, el control social, el status, etc.

Así escribió Francisco Eguren, 3º año del Colegio San Ignacio:
Pienso que la expresión “Estoy cansado de esperar” me representa porque me pasa en algunos situaciones de la vida diaria, por ejemplo cuando estoy esperando un regalo u otra cosa. Pero también creo que mi opinión se relaciona con conceptos sociales como familia, edad, etc.
Familia porque es la principal fuente de aprendizaje y la primera socialización, de modo que uno aprende de su padre o de su madre, por lo tanto el comportamiento que tenga en la escuela o en otros lugares de alguna forma refleja los pensamientos de mi familia.
También la edad es muy importante pues pienso que si me dan esta tarea dentro de unos años, escribiré una respuesta completamente distinta porque entonces tendré más experiencia y sabré más sobre la vida, aparte de un mayor conocimiento escolar y diferentes creencias.
La cultura también influye sobre el tema porque cuando pensás en diversas culturas estás considerando diferentes formas de vida, de comer, de creer, de comportarse, etc. Por ejemplo: un adolescente japonés escribirá una respuesta totalmente distinta ya que pertenece a una cultura distinta.
En conclusión, puedo decir que la expresión “estoy cansado de esperar” se presenta usualmente en adolescentes y niños, y puede ser raro encontrarla en los adultos porque tienen más experiencia y conocimiento y saben que si esperan tendrán lo que quieren. Claro que, como dice un amigo, “el que no llora, no mama”.