28/3/11

Grafiti resistente a los cambios

No a la heterosexualidad obligatoria”. Como tantos, el grafiti resiste el paso de los años. Meses después de verlo, Adrián Ramírez se acordó de un turista. El hombre vio subir al colectivo a un joven, lo invitó a sentarse a su lado y le preguntó en qué hotel paraba. Viajaba solo y hablaba en pasado de su esposa e hijas.
-Antes manejaba, ahora prefiero las excursiones -contó antes de afirmar “ha sido un gusto” también con la mirada.
En otra sociedad, ese hombre no se hubiera casado y tanto él como su familia se habrían ahorrado quién sabe cuánta infelicidad.
-También lo podrían haber matado como tantas veces pasa con tipos que se aprovechan de los que andan muy desesperados o buscando amor a tal punto que se meten con cualquiera –le dijo su tío, asiduo lector de las páginas de Policiales y Deportes-. Pensá que esa sociedad que le impuso heterosexualidad capaz que lo salvó de un crimen. Sin ir más lejos, todos pasamos por alguna obligación, desde andar vestidos hasta la ortografía pasando por la velocidad máxima y el prohibido estacionar. Ya sé que no es lo mismo una cosa que otra, pero siempre hay tendencias y no podés hacer de cuenta que no existen.
Adrián Ramírez estaba en contra del casamiento homosexual. “Quien elige distinto, que se haga cargo”, pensaba. Para él, un hombre que cede el lugar a una persona mayor en el colectivo esperando que otro lo deje sentar no era caballero sino especulador. Tampoco le gustaban quienes aman la independencia inmobiliaria al amparo en la mensualidad paterna.
Con todo, algo le decía que una sociedad en la que alguien tiene que gustar de mujeres o de hombres a contramano con su fuero íntimo es una mesa con mantel prolijo y un piso lleno de migas.

16/3/11

Del triste entonces al mañana esperanzador

Las fechas tientan a la confusión. Felizmente, el conocimiento esclarece. La tortura, el secuestro y el asesinato como forma de dirimir disparidad de pensamientos no empezaron el 24 de marzo de 1976. Cada año se renueva el llamado de atención a lo que puede resultar con lo que empieza como una democracia formal. También cada año, sobre todo en los medios de comunicación masiva, se escuchan voces –algunas de dirigentes políticos- que abogan por la mirada al futuro, por decirle basta al retrovisor. Más aun: proponen una analogía con las consecuencias de manejar en la ruta mirando para atrás. La comparación hace agua. Con ese criterio habría que dejar de enseñar Historia en las escuelas y universidades, habría que dejar de leer a los grandes y acaso el saber consistiría en tener el más nuevo entre los celulares.
Tampoco es alternativa el rencor. La venganza, menos que menos. Quien haya visto la película “Munich”, relativa a la masacre de atletas judíos en los Juegos Olímpicos de 1972, tal vez recuerde una frase sintomática de lo que implica la violencia como estrategia. “Nos estamos comunicando”, dice con una mueca de satisfacción uno de los justicieros enviados por el gobierno israelí respecto del toma y daca planteado entre ellos y los terroristas. Como invitaba a pensar una profesora de Historia, “el canibalismo no se resuelve contratando caníbales”.
El Estado de derecho es una idea demasiado buena como para lastimarla, por ejemplo, mediante guerras preventivas que en una cruel paradoja algunos despliegan en nombre de la paz.
Desde el futuro, una sonrisa: los estudiantes del secundario abren grande los ojos cuando escuchan que, durante gran parte del siglo 20, en la Argentina hubo más alternancia entre democracias y dictaduras que entre partidos políticos. La sostenida socialización en democracia abriga esperanzas de dejar atrás males terribles, lo cual requiere discernimiento, no olvido.

14/3/11

Educadores

Viva Perón y viva Groenlandia también!".
La maestra tuvo que seguir caminando en vez de entrar en el aula, tan tentada de la risa estaba. Reconocía la voz de Giménez, un pibe al que le daba pena sancionar porque era el que le ponía la voz a las tramoyas que le indicaban Rossi y Falero.
Además, sabía que el tutor de Giménez, su tío Adrián Ramírez, a menudo empezaba sus días en la sala de profesores entre vivas para ella inexplicables.

10/3/11

Traspié

-Son un saco ’e guano.
-¿Qué dijo el tío?
-Que los jugadores son un saco de guano.
-¿Y qué es eso?
-Que no sirven pa’ bosta.
-¿Y por qué el lo dice distinto?
-Porque… no sé, qué sé yo. Tu tío es un personaje. ¡Y los jugadores son unos hijos de puta! Habría que agarrar una pinza y… Bue, vamos que tu madre nos espera.
-¿El tío viene con nosotros?
-No, se queda en el bar del club a seguir hablando con otros hinchas. Pobre.
“Por eso, Lucas, si te casás, las broncas del fútbol se te hacen más cortas”, le faltó decir.

"Una semana solos": poderoso testimonio

Suena el teléfono de noche. Los chicos que se metieron en casa ajena no escuchan un mensaje amenazador ni salen corriendo. “Una semana solos”, con la dirección de Celina Murga, evita los lugares comunes.
Los protagonistas son niños y adolescentes que viven en un barrio privado. Como la película elude los estereotipos, no son todos iguales. Sus padres andan de viaje. Poco se sabe de ellos, que poco saben de sus hijos, tan capaces de ofrecerle plata a un vigilador por su silencio como de tomar chocolate de día y cerveza de noche.
“No me digas ‘querida’, a todos les decís así”, le reclama María (14 años, la mayor) a su madre en un diálogo telefónico de 50 segundos sin frases más largas. La obra documenta el vocabulario restringido de la edad y la época y elige inteligentemente palabras y otros hechos que ilustran el tipo de vínculos.
Los tres varones mayores aceptan que Juan, el hermano de la mucama Esther recién llegado de Entre Ríos, vaya con ellos a la pileta. Se reparten tres latas de gaseosa delante de él, hablan como si no estuviera y sólo reparan en su existencia al momento de acusar a alguien.
Sofía es distinta, capaz de conversar con Esther, de pedirle que cante y de quedarse a escucharla. Ya perdió parte de su inocencia y por eso sabe que un interrogatorio de los custodios dura menos de lo que cree el atemorizado Juan.
Ella y otros personajes a través de ésta y otras escenas se despliegan entre los silencios del aburrimiento y la virtual soledad.
Las dirección de cámaras –de los adultos, sólo a Esther se le ve la cara- y las tomas, sin el frenesí de un videoclip ni los clichés del suspenso, logran tensión. No hay muertos debajo de la cama ni serpientes en el jardín. “Una semana solos” se vale de sobresaltos tristemente más creíbles.

9/3/11

Clara visión

La vio a través de las lágrimas”, escribió Gabriel García Márquez en un cuento que llegó a sus manos gracias a un hombre generoso.
El recuerdo apareció rápido, como suele pasar en los feriados.
Aquel sábado al atardecer lloró amargamente su tendencia a impedirse la felicidad, su capacidad para negarse el gozo. Seguro que los vecinos escucharon; quizás sospecharon que era mejor no interrumpir ese desahogo. Lloró sentado en la silla y en el suelo.
Más tarde fue al cíber. Encontró un correo electrónico de su novia que lo retempló, le regaló bienestar.
Leer acerca de lágrimas posibilita una mirada de gratitud a la novia que pronto fue ex.


Botón de muestra

A las de costumbre, el estudiante agregó “perder” en la lista de malas palabras del profesor de Psicología.
El padre le mostró la hoja a su novia.
-Nahuel tiene claro dónde vive –escuchó. No le podés pedir a un chico de 13 años que tenga una mirada crítica del exitismo.
-¿Creés que es para preocuparse?
-No. En la medida que pueda tomar distancia de eso, está todo bien. Malo sería si él viviera como nota que viven los demás.
-Sí, en ese caso sería un problema.
De vuelta de la panadería con una palmerita, una pasta frola y 150 gramos de criollitos, Belén lo sintió preocupado; diez meses de convivencia le habían enseñado que el televisor y la radio apagados eran mala señal.
-Una vez escuché que un divorciado es un perdedor del matrimonio.
-También están los que dicen que las solteras son las perdedoras del levante. Hay que tratar de no dejarse llevar; se dicen muchas pavadas. ¿Qué implicaría ganar según esa gente: seguir casado infelizmente o engancharse con cualquiera?