9/3/11

Clara visión

La vio a través de las lágrimas”, escribió Gabriel García Márquez en un cuento que llegó a sus manos gracias a un hombre generoso.
El recuerdo apareció rápido, como suele pasar en los feriados.
Aquel sábado al atardecer lloró amargamente su tendencia a impedirse la felicidad, su capacidad para negarse el gozo. Seguro que los vecinos escucharon; quizás sospecharon que era mejor no interrumpir ese desahogo. Lloró sentado en la silla y en el suelo.
Más tarde fue al cíber. Encontró un correo electrónico de su novia que lo retempló, le regaló bienestar.
Leer acerca de lágrimas posibilita una mirada de gratitud a la novia que pronto fue ex.


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A las de costumbre, el estudiante agregó “perder” en la lista de malas palabras del profesor de Psicología.
El padre le mostró la hoja a su novia.
-Nahuel tiene claro dónde vive –escuchó. No le podés pedir a un chico de 13 años que tenga una mirada crítica del exitismo.
-¿Creés que es para preocuparse?
-No. En la medida que pueda tomar distancia de eso, está todo bien. Malo sería si él viviera como nota que viven los demás.
-Sí, en ese caso sería un problema.
De vuelta de la panadería con una palmerita, una pasta frola y 150 gramos de criollitos, Belén lo sintió preocupado; diez meses de convivencia le habían enseñado que el televisor y la radio apagados eran mala señal.
-Una vez escuché que un divorciado es un perdedor del matrimonio.
-También están los que dicen que las solteras son las perdedoras del levante. Hay que tratar de no dejarse llevar; se dicen muchas pavadas. ¿Qué implicaría ganar según esa gente: seguir casado infelizmente o engancharse con cualquiera?