Tampoco es alternativa el rencor. La venganza, menos que menos. Quien haya visto la película “Munich”, relativa a la masacre de atletas judíos en los Juegos Olímpicos de 1972, tal vez recuerde una frase sintomática de lo que implica la violencia como estrategia. “Nos estamos comunicando”, dice con una mueca de satisfacción uno de los justicieros enviados por el gobierno israelí respecto del toma y daca planteado entre ellos y los terroristas. Como invitaba a pensar una profesora de Historia, “el canibalismo no se resuelve contratando caníbales”.
El Estado de derecho es una idea demasiado buena como para lastimarla, por ejemplo, mediante guerras preventivas que en una cruel paradoja algunos despliegan en nombre de la paz.
Desde el futuro, una sonrisa: los estudiantes del secundario abren grande los ojos cuando escuchan que, durante gran parte del siglo 20, en la Argentina hubo más alternancia entre democracias y dictaduras que entre partidos políticos. La sostenida socialización en democracia abriga esperanzas de dejar atrás males terribles, lo cual requiere discernimiento, no olvido.