4/1/12

Gracias, Tetris
Que nadie se engañe: la gratitud no es por haber marcado un récord. El tributo es porque la dinámica del juego ayuda a comprender a los que se equivocan, es decir a todos. 
El Tetris es un rompecabezas que no da como resultado un paisaje, un animal o el cuerpo humano, sino líneas horizontales que conforme se logran desaparecen. Cuanto mayor cantidad de veces se consigue cubrir los diez cuadrados del eje de las x sin acercarse al tope vertical de 20 cuadrados, mejor se juega. Tal cual recomiendan los teóricos del aprendizaje, la dificultad es creciente; a medida que se avanza, entre la caída de una pieza y la siguiente el tiempo es cada vez menor, hasta que en un momento no hay más remedio que insultar.
La versión del sitio oficial hace las delicias de los docentes de Planeamiento. Muestra a la vez la forma en que irá hacia abajo la pieza inmediata y las cinco siguientes, de tal forma que la elección esté regida por el corto plazo y por el mediano también.
Una entrevista al inventor -tal vez la haya en Internet u otros medios- ayudaría a saber si al construirlo pensó en finalidades educativas. A riesgo de que a esta nota le suceda lo que a Blas Pascal, que se pasó años razonando lo que otros habían descubierto, van estas hipótesis:
-El Tetris ayuda a notar que lo que ya mismo pinta bien a menudo es contraproducente después.
-La observación o experiencia conlleva la aplicación de los recursos en función del contexto; una pieza puede resultar magnífica al lado de, por ejemplo, A, poco provechosa junto a B e inconveniente a la par de C. De ahí a pensar en asociaciones para equipos de fútbol y ubicación de estudiantes en el aula media un paso.
-Cuanto más se sabe, fruto del aprendizaje y sus ineludibles errores, mayor es la cantidad de resoluciones que se puede tomar con más tiempo, lo cual genera un círculo virtuoso.
-Sin embargo, tarde o temprano la vida acomete con circunstancias incómodas y hay que tomar determinaciones en poco tiempo.
-Hay voces que son estimulantes al comienzo y suenan falsas cuando se madura. El "good job" ("buen trabajo") que alienta en las primeras intentonas es igual al de las sesiones mejor jugadas, de tal modo que la conclusión "a todos les decís lo mismo" es indiscutible.
-Un profesor o un entrenador que elogia de la misma forma distintos rendimientos corre peligro de no ser creído.