16/6/12

Es para creer en el destino
Era 11 de septiembre cuando Sergio Kun Agüero metió un gol para poster, playstation o manual, expresiones que más allá de hábitos y épocas significan golazo.
Esta obra de arte futbolera en el 4-0 de Independiente a Racing por el Apertura 2005 fue posible gracias a la habilidad del pibe, ya que no cualquiera gambetea tres veces en la misma maniobra a un rival experimentado durante un clásico. También fue la consecuencia de la caballerosidad deportiva de Diego Crosa, el defensor de Racing al que le tocó pasar a la historia como el que se comió los tres amagues del Kun ese mediodía.
Unos eligen pensar que Crosa que no le cometió infracción porque no pudo. Otros, los que saben del don de gente de ese pelado ex Newell's y Boca, eligen afirmar que no hizo foul porque no lo sentía.
Agüero por su genio, que en 2012 le dio un título histórico a Manchester City en la Liga Inglesa, y Crosa por su mansedumbre frente a la destreza sufrida en carne propia se recibieron ese día de maestros.