Atención criticones
Con la premisa de recoger contenidos para cerrar la
transmisión del día con un mensaje radiofónico que despertara dulces sueños,
Emilio López, estudiante del Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Río Cuarto, compartió “Las lenguas hechizadas”, de Pedro
Pablo Sacristán:
Hubo una vez un brujo malvado que una noche robó mil lenguas en una ciudad, y después de aplicarles un hechizo para que solo hablaran cosas malas de todo el mundo, se las devolvió a sus dueños sin que estos se dieran cuenta. De este modo, en muy poco tiempo, en aquella ciudad solo se hablaban cosas malas de todo el mundo, “que si este había hecho esto, que si aquel lo otro, que si este era un pesado y el otro un torpe”, etc... Y aquellos solo llevaba a que todos estuvieron enfadados con todos, para mayor alegría del brujo.
Al ver la situación, apareció el gran mago y decidió intervenir con sus mismas armas, haciendo un encantamiento sobre las orejas de todos. Las orejas cobraron vida, y cada vez que las lenguas empezaban sus críticas, ellas se cerraban fuertemente, impidiendo que la gente oyera. Así empezó la batalla terrible entre lenguas y orejas, unas criticando sin parar y las otras haciéndose las sordas.
¿Quién ganó la batalla? Pues con el paso del tiempo, las lenguas hechizadas empezaron a sentirse inútiles: ¿para qué hablar, si nadie las escuchaba? Y como eran lenguas, y preferían que las escuchasen, empezaron a cambiar lo que decían. Y cuando comprobaron que diciendo cosas buenas y bonitas de todo y de todos volvían a escucharlas, se llenaron de alegría y olvidaron para siempre su hechizo.
Y aún hoy el brujo malvado sigue hechizando lenguas por el mundo, pero gracias al mago ya todos saben que lo único que hay que hacer para acabar con las críticas y los criticones es cerrar las orejas y no hacerles caso.