19/7/14

Mañana duplicada

Esquina variopinta
El muchacho, de unos veinte años, se saca la bufanda y el buzo azules, que se suman a la campera negra que ya está en el cajón de arriba. En los de abajo hay papas, naranjas, zanahorias. Fuerza sobre la manija del carro en el cordón de la vereda y todo listo para cruzar la calle.
Al instante, un joven con capucha roja, otro de campera negra, mate y termo en mano, a la par de una chica de blazer rojo. Antes de los cinco minutos, un veinteañero con gorrita negra y capucha dobla rumbo al sur. Una chica camina rumbo al congreso, de boina, cartera y zapatos negros.
La escultura tipo Atlantes que soporta el balcón del comedor de enfrente mira en silencio el tránsito de tipos distintos de trabajo.

Luces del centro
Dos semáforos en el caño: el de abajo indica simultáneamente rojo y verde; el de arriba, rojo. Por mayoría de votos, los autos y motos pasan desde hace días.
Transcurren segundos. En el inferior, rojo, amarillo y verde brillan a la misma vez. Cuando solo queda en verde, el semáforo superior se apaga. ¿Será para que crucen menos vehículos? ¿O un peligroso homenaje en Avenida de Mayo y Salta a las tres luces del semáforo de la Balada para un Loco?