Hidalgos rivales
En la primera rueda de la temporada '85/86, Independiente superó
3-0 a Boca en la Bombonera. La diferencia se estableció en el primer
tiempo y pudo aumentar de no mediar atajadas de Hugo Gatti. El final fue
con la hinchada xeneize demostrando su amor "aunque ganes o pierdas".
Tan grande fue el aliento que Hugo Villaverde, recio zaguero central de
Independiente, se detuvo a aplaudir al público. Siendo un hombre poco
afecto a dar declaraciones, expresó a la revista El Gráfico que los
cánticos lo habían conmovido.
El gesto cobra más valor si se
contempla que Villaverde no era un tierno. Años después, en una
entrevista con la misma publicación, Carlos Enrique, lo recuerda como a
uno de los compañeros a quienes no convenía hacerle bromas por lo mal
que las tomaba.
Heroico gesto
Rubén Insúa jugaba en Estudiantes de La Plata cuando arriesgó su
pellejo para salvar a adversarios de los ataques de embravecidos hinchas
de su equipo. Fue una tarde de 1987 en la que Boca, dirigido por César
Menotti, visitó a los platenses para completar un partido suspendido a
fines del año anterior, también por incidentes.
Menotti, enemigo de
Carlos Bilardo, técnico de la selección argentina y emblema
estudiantil, fue recibido entre bombazos de agua y golpes
en lo que tiempo después pasaría a conocerse como "zona liberada". Por
negligencias o inocencias increíbles en el operativo, el plantel xeneize
se vio expuesto rumbo al vestuario a barras locales que hicieron foco
en Menotti, quien sacó un arma que quedó en la leyenda: testigos afirman
que era de fuego, pese a que fue de juguete la que se encontró en el
allanamiento al vestuario .
Por detalles del incidente, vale la pena leer imborrableboca.blogspot.com.ar o revisar un ejemplar de El Gráfico.
Lo que desde aquí se enaltece es el gesto de Insúa. A lo mejor se metió
a defender porque junto a Menotti iba el delantero Jorge Rinaldi, amigo
suyo desde que jugaban en San Lorenzo. O lo hizo para socorrer a quien,
en minoría, padecía un abuso de poder que bien podía costarle muy caro.
No pensó Insúa que su intervención acaso implicaría ponerse en contra a
la barra de su club.
Minutos después, Boca se impondría 3-1 para
trepar al primer puesto. Mientras tanto, el gesto de Insúa empezaba a
quedar en el bronce.