Vestigios de gloria del diez
Se ofrece como asesor del técnico de la selección olímpica justo
él, que no quería que nadie le sugiriese cómo hacer asados (por cierto,
se le quemó el que intentó preparar en la Copa de Sudáfrica 2010).
Consumada la eliminación en los Juegos Olímpicos, criticó la conducción
del entrenador Julio Olarticoechea, compañero suyo como futbolista en
tres mundiales. Y eso que el Vasco nada dijo cuando los fracasos de
Maradona frente a los planteles de Mandiyú y Racing, por no hablar del
histórico 1-6 padecido por Argentina ante Bolivia con Diego como
entrenador.
Olvidar todo lo que hizo Diego Armando Maradona como
futbolista es una herejía. Pasar por alto su colección de desatinos es
una complicidad acaso derivada del miedo a la libertad de expresión que
lucha entre la tenaz intolerancia de los fanáticos.
Un blog variopinto, con textos ligados a pensamientos, sensaciones, descripciones, narraciones, sentimientos, ocurrencias y reflexiones sobre temas periodísticos sin correr tras primicias. Miradas acerca de lo que nos pasa, lo que nos gustaría, lo que perdimos y lo que soñamos.
30/8/16
Maradona: patético viajante
Un hombre con el pasaporte vencido no puede salir del país. Es la normativa, pero como la atribución de sentido que hace Diego es distinta se trata de una maniobra del "traidor" Alejandro Granados, intendente de Ezeiza y mandamás de Tristán Suárez, otrora bien visto por Maradona. El diez también critica al presidente de la Nación: intuye que la prohibición a embarcar es una venganza de Macri por su adhesión a Cristina Fernández y recuerda que Mauricio es el continuador de una dinastía que "desde Franco" roba. Fiel a su prédica de odio sin fin, Maradona se ratifica "Cristinista hasta los huevos". Curiosas vueltas las que da este hombre que se cree con derecho a todo: no era así de afín a Cristina Kirchner cuando el voto "no positivo" de Julio Cobos, a quien felicitó horas después del decisivo giro del entonces vicepresidente de la Nación respecto de la circular 125.
Maradona ilustra lo lamentable de sumar años y restar sensatez. Envejecer sin madurar es posible. Gracias, Diego, por demostrarlo tan a menudo.
Un hombre con el pasaporte vencido no puede salir del país. Es la normativa, pero como la atribución de sentido que hace Diego es distinta se trata de una maniobra del "traidor" Alejandro Granados, intendente de Ezeiza y mandamás de Tristán Suárez, otrora bien visto por Maradona. El diez también critica al presidente de la Nación: intuye que la prohibición a embarcar es una venganza de Macri por su adhesión a Cristina Fernández y recuerda que Mauricio es el continuador de una dinastía que "desde Franco" roba. Fiel a su prédica de odio sin fin, Maradona se ratifica "Cristinista hasta los huevos". Curiosas vueltas las que da este hombre que se cree con derecho a todo: no era así de afín a Cristina Kirchner cuando el voto "no positivo" de Julio Cobos, a quien felicitó horas después del decisivo giro del entonces vicepresidente de la Nación respecto de la circular 125.
Maradona ilustra lo lamentable de sumar años y restar sensatez. Envejecer sin madurar es posible. Gracias, Diego, por demostrarlo tan a menudo.
21/8/16
Procesos
"A Diego (Maradona) le llevó dos meses adaptarse a primera". Lo dijo Adrián Domenech, compañero suyo en Argentinos Juniors.
La frase de la rica entrevista de Hugo Balassone en Radio La Red ilustra cuánto importa la paciencia para desarrollar procesos.
Enzo Francescoli, goleador del River campeón 1985/86, referente en la obtención de la Copa Libertadores 1996, necesitó para madurar de un año de adaptación -para colmo, 1983, cuando el equipo fue penúltimo, en parte afectado por largas huelgas de sus profesionales.
Martín Palermo pasó ocho partidos de sequía hasta empezar a meter goles en Boca. Luego se convirtió en el máximo anotador del club en su historia.
Antonio Alzamendi marcó el gol que le dio a River la Copa Intercontinental en 1986. Nada que ver con su producción cuatro años antes, en su primer ciclo en los millonarios.
Conviene no caer en la tentación de descontextualizar y criticar a quienes en la actualidad esperan menos. Nos rodean mensajes de texto que llegan mil veces más rápido que una carta expreso, nos acompaña como un cubierto más el control remoto, de manera que ya no hay que levantarse de la mesa para subir el volumen o cambiar de canal. El acceso de los niños a la información acorta el tiempo de vida del mito de la cigüena.
Peligro
El entorno exitista es un acelerador pisado a fondo en una zona poblada.
Un viejo sabio tiene grabada la imagen de plateístas del club que seguían los pasos de Jorge Almirón cuando era técnico de Independiente y lo insultaban desde el inicio mismo de cada partido. Se fue y en su siguiente experiencia, si bien desplazó del plantel a Fritzler, jugador referente de Lanús, no se topó con semejante resistencia.
Es cierto que lo ayudó haber ganado los tres primeros cotejos. Tanto como que la paciencia de hinchas y directivos de Lanús lo respaldó. Ocho meses después, dos campeonatos nacionales son la dulce recompensa.
"A Diego (Maradona) le llevó dos meses adaptarse a primera". Lo dijo Adrián Domenech, compañero suyo en Argentinos Juniors.
La frase de la rica entrevista de Hugo Balassone en Radio La Red ilustra cuánto importa la paciencia para desarrollar procesos.
Enzo Francescoli, goleador del River campeón 1985/86, referente en la obtención de la Copa Libertadores 1996, necesitó para madurar de un año de adaptación -para colmo, 1983, cuando el equipo fue penúltimo, en parte afectado por largas huelgas de sus profesionales.
Martín Palermo pasó ocho partidos de sequía hasta empezar a meter goles en Boca. Luego se convirtió en el máximo anotador del club en su historia.
Antonio Alzamendi marcó el gol que le dio a River la Copa Intercontinental en 1986. Nada que ver con su producción cuatro años antes, en su primer ciclo en los millonarios.
Conviene no caer en la tentación de descontextualizar y criticar a quienes en la actualidad esperan menos. Nos rodean mensajes de texto que llegan mil veces más rápido que una carta expreso, nos acompaña como un cubierto más el control remoto, de manera que ya no hay que levantarse de la mesa para subir el volumen o cambiar de canal. El acceso de los niños a la información acorta el tiempo de vida del mito de la cigüena.
Peligro
El entorno exitista es un acelerador pisado a fondo en una zona poblada.
Un viejo sabio tiene grabada la imagen de plateístas del club que seguían los pasos de Jorge Almirón cuando era técnico de Independiente y lo insultaban desde el inicio mismo de cada partido. Se fue y en su siguiente experiencia, si bien desplazó del plantel a Fritzler, jugador referente de Lanús, no se topó con semejante resistencia.
Es cierto que lo ayudó haber ganado los tres primeros cotejos. Tanto como que la paciencia de hinchas y directivos de Lanús lo respaldó. Ocho meses después, dos campeonatos nacionales son la dulce recompensa.
17/8/16
Honor a la grandeza
Apreciar atributos en la derrota se facilita cuando no se es fanático. Se respeta un liderazgo en el básquetbol que acaso en el fútbol que apasiona se reprocharía.
Emanuel Ginóbili vio a un compañero amagando ensuciar un partido virtualmente imposible de ganar y, lejos de sumársele, lo instó a dejar la bravata y perder con la frente en alto.
Un hombre que ha aunado talento, esfuerzo y caballerosidad jugó el 17 de agosto (¡vaya fecha!) de 2016 su último cotejo con la selección argentina de básquet. La película fue realista y justa: la Argentina cayó ante Estados Unidos, Ginóbili dijo adiós con los mejores de testigo: un final a su altura.
La mejor victoria
Emanuel Ginóbili estaba perdiendo. El exitismo, destructor de la razón, podría haberlo llevado a vender cara la derrota, a arruinar el festejo a Estados Unidos. Acostumbrado a las victorias (4 veces campéón en la NBA, oro olímpico en 2004, entre muchos otros títulos), aceptó irse de la selección argentina de básquet con un revés deportivo.
Su imagen del final, con abrazos de afecto y respeto de compañeros y rivales, es una postal de triunfo vital, perenne. Un deportista de elevado espíritu nos enseña a quienes trazamos gruesas y desprolijas rayas para distinguir vencedores y vencidos que la mano puede ser distinta. Y que hay premios más allá de las estadísticas.
Apreciar atributos en la derrota se facilita cuando no se es fanático. Se respeta un liderazgo en el básquetbol que acaso en el fútbol que apasiona se reprocharía.
Emanuel Ginóbili vio a un compañero amagando ensuciar un partido virtualmente imposible de ganar y, lejos de sumársele, lo instó a dejar la bravata y perder con la frente en alto.
Un hombre que ha aunado talento, esfuerzo y caballerosidad jugó el 17 de agosto (¡vaya fecha!) de 2016 su último cotejo con la selección argentina de básquet. La película fue realista y justa: la Argentina cayó ante Estados Unidos, Ginóbili dijo adiós con los mejores de testigo: un final a su altura.
La mejor victoria
Emanuel Ginóbili estaba perdiendo. El exitismo, destructor de la razón, podría haberlo llevado a vender cara la derrota, a arruinar el festejo a Estados Unidos. Acostumbrado a las victorias (4 veces campéón en la NBA, oro olímpico en 2004, entre muchos otros títulos), aceptó irse de la selección argentina de básquet con un revés deportivo.
Su imagen del final, con abrazos de afecto y respeto de compañeros y rivales, es una postal de triunfo vital, perenne. Un deportista de elevado espíritu nos enseña a quienes trazamos gruesas y desprolijas rayas para distinguir vencedores y vencidos que la mano puede ser distinta. Y que hay premios más allá de las estadísticas.
14/8/16
Memorable día del niño
Hay errores que nunca se olvidan. Para el día del niño de 1987, la iglesia Santa Rosa armó un torneo de fútbol a la misma hora en que Alberdi recibía a Estudiantes por un minicertamen clasificatorio al Interligas de Córdoba.
Adrián Ramírez optó por quedarse a jugar. Sus compañeros ocasionales no llegaban y se hacía la hora de empezar. Pasó a otro equipo y mientras avanzaba su encuentro fueron acercándose los atrasados, que le recriminaban haberse ido a otro bando.
Alberdi se lucía con lo que podía: garra y fervor. La multitud que llenó la cancha estaba satisfecha y vivió su fiesta peronista con la presencia de José Manuel de la Sota, cuyo agregado artificial de pelo se veía con nitidez desde el quinto escalón de la tribuna.
La celebración fue histórica pues Alberdi superó 1-0 a Estudiantes y fueron los pobres quienes no pidieron permiso esa vez para gozar.
Entretanto, el improvisado equipo de Adrián Ramírez perdía 2-0 y era eliminado del torneo infantil. El repunte alcanzó para igualar 2-2 y forzar la definición por penales. Fiel a su estadística anterior y posterior, Ramírez falló el suyo y minutos después trataba infructuosamente de despejar su amargura viendo la imitación que un integrante del grupo juvenil de la iglesia Santa Rosa hacía de Minguito en el club El Sol.
Al rato, en su casa, supo de la maravillosa tarde que hubiera vivido de haber ido con su padre a ver Alberdi- Estudiantes. Aprendió Ramírez que elegir y errar son verbos a menudo superpuestos.
Hay errores que nunca se olvidan. Para el día del niño de 1987, la iglesia Santa Rosa armó un torneo de fútbol a la misma hora en que Alberdi recibía a Estudiantes por un minicertamen clasificatorio al Interligas de Córdoba.
Adrián Ramírez optó por quedarse a jugar. Sus compañeros ocasionales no llegaban y se hacía la hora de empezar. Pasó a otro equipo y mientras avanzaba su encuentro fueron acercándose los atrasados, que le recriminaban haberse ido a otro bando.
Alberdi se lucía con lo que podía: garra y fervor. La multitud que llenó la cancha estaba satisfecha y vivió su fiesta peronista con la presencia de José Manuel de la Sota, cuyo agregado artificial de pelo se veía con nitidez desde el quinto escalón de la tribuna.
La celebración fue histórica pues Alberdi superó 1-0 a Estudiantes y fueron los pobres quienes no pidieron permiso esa vez para gozar.
Entretanto, el improvisado equipo de Adrián Ramírez perdía 2-0 y era eliminado del torneo infantil. El repunte alcanzó para igualar 2-2 y forzar la definición por penales. Fiel a su estadística anterior y posterior, Ramírez falló el suyo y minutos después trataba infructuosamente de despejar su amargura viendo la imitación que un integrante del grupo juvenil de la iglesia Santa Rosa hacía de Minguito en el club El Sol.
Al rato, en su casa, supo de la maravillosa tarde que hubiera vivido de haber ido con su padre a ver Alberdi- Estudiantes. Aprendió Ramírez que elegir y errar son verbos a menudo superpuestos.
8/8/16
Después de rendir
No se oía nada. Había que esperar. Se suponía que estaban hablando, pero ni siquiera un murmullo se sentía. Sucede cuando son muchos más los que aguardan un resultado que los que deben darlo.
"Pasá, por favor", dijo Delia mientras su cara adelantaba el pesar por una mala nota. Era una profesora estándar, o sea que no se complacía en entregar un 2 en la libreta. Alfredo, su compañero de cátedra, le dio a Adrián Ramírez los fundamentos.
Hubo dos apretones de manos y sonrisas casi rectas, cortas, de tristeza ante el que sufre más.
"En setiembre se rinde de nuevo, dale con fe", le dijo Julieta y Adrián sintió un hermoso breve alivio.
No se oía nada. Había que esperar. Se suponía que estaban hablando, pero ni siquiera un murmullo se sentía. Sucede cuando son muchos más los que aguardan un resultado que los que deben darlo.
"Pasá, por favor", dijo Delia mientras su cara adelantaba el pesar por una mala nota. Era una profesora estándar, o sea que no se complacía en entregar un 2 en la libreta. Alfredo, su compañero de cátedra, le dio a Adrián Ramírez los fundamentos.
Hubo dos apretones de manos y sonrisas casi rectas, cortas, de tristeza ante el que sufre más.
"En setiembre se rinde de nuevo, dale con fe", le dijo Julieta y Adrián sintió un hermoso breve alivio.
7/8/16
Los guapos del comité
La justicia ha vuelto a ser burlada. Los atletas paralímpicos rusos no podrán participar a consecuencia de la sanción del comité organizador por el "corrupto" sistema de su país, no de ellos, según aseveró Philip Craven.
Rusia es una nación grande, aunque no tanto como para tener dos sistemas de preparación, de modo que si la organización de los Juegos Paralímpicos la excluye de la competencia por su deshonestidad ligada a personas con alguna discapacidad, cabe preguntar por qué no hizo lo mismo con los otros atletas rusos.
La respuesta, triste, se cae de maduro: al chivo expiatorio se lo elige pues se lo considera débil, capaz de soportar golpes sin devolverlos. Además, el dinero en juego de los paralímpicos es notoriamente menor que el de los olímpicos.
Quedate tranquila, FIFA, no eres la única multinacional deportiva que causa vergüenza ajena.
La justicia ha vuelto a ser burlada. Los atletas paralímpicos rusos no podrán participar a consecuencia de la sanción del comité organizador por el "corrupto" sistema de su país, no de ellos, según aseveró Philip Craven.
Rusia es una nación grande, aunque no tanto como para tener dos sistemas de preparación, de modo que si la organización de los Juegos Paralímpicos la excluye de la competencia por su deshonestidad ligada a personas con alguna discapacidad, cabe preguntar por qué no hizo lo mismo con los otros atletas rusos.
La respuesta, triste, se cae de maduro: al chivo expiatorio se lo elige pues se lo considera débil, capaz de soportar golpes sin devolverlos. Además, el dinero en juego de los paralímpicos es notoriamente menor que el de los olímpicos.
Quedate tranquila, FIFA, no eres la única multinacional deportiva que causa vergüenza ajena.
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