Memorable día del niño
Hay
errores que nunca se olvidan. Para el día del niño de 1987, la iglesia
Santa Rosa armó un torneo de fútbol a la misma hora en que Alberdi
recibía a Estudiantes por un minicertamen clasificatorio al Interligas
de Córdoba.
Adrián Ramírez optó por quedarse a jugar. Sus compañeros
ocasionales no llegaban y se hacía la hora de empezar. Pasó a otro
equipo y mientras avanzaba su encuentro fueron acercándose los
atrasados, que le recriminaban haberse ido a otro bando.
Alberdi
se lucía con lo que podía: garra y fervor. La multitud que llenó la
cancha estaba satisfecha y vivió su fiesta peronista con la presencia de
José Manuel de la Sota, cuyo agregado artificial de pelo se veía con
nitidez desde el quinto escalón de la tribuna.
La celebración fue
histórica pues Alberdi superó 1-0 a Estudiantes y fueron los pobres
quienes no pidieron permiso esa vez para gozar.
Entretanto,
el improvisado equipo de Adrián Ramírez perdía 2-0 y era eliminado del
torneo infantil. El repunte alcanzó para igualar 2-2 y forzar la
definición por penales. Fiel a su estadística anterior y posterior,
Ramírez falló el suyo y minutos después trataba infructuosamente de
despejar su amargura viendo la imitación que un integrante del grupo
juvenil de la iglesia Santa Rosa hacía de Minguito en el club El Sol.
Al rato, en su casa, supo de la maravillosa tarde que hubiera vivido de
haber ido con su padre a ver Alberdi- Estudiantes. Aprendió Ramírez que
elegir y errar son verbos a menudo superpuestos.