Por Sabina López
Es inútil frustrarse al tomar una mala
decisión, ya que es un indicador de que tal vez, la próxima sea la correcta.
La vocación surge de un descarte entre
gustos y disgustos, no esperemos que esta no conlleve ningún desagrado.
De los errores se aprende, se corrige y a
veces se crean las obras de arte más atesoradas del mundo, errar es natural,
permítete fallar para así comprenderte y acertar.
Hay un mundo de carreras, tecnicaturas y
cursos para un mundo de personas indecisas, que nadie intente reducirlo. Las
decisiones, tareas u objetivos más difíciles son los que valen la pena.
Pedir ayuda para conocernos suena absurdo,
pero es la forma más simple de investigar este universo que nos comprende.