Grandeza
"El miedo al fracaso o la dicha por el éxito. Una pregunta acompaña nuestros sueños, proyectos, encrucijadas, crisis y experiencias de todo tipo", plantea Elena Moscone. Sabe esta alumna del PEAM que en el camino "confiamos, tememos, nos entusiasmamos, pero no podemos adelantar la respuesta".
El camino y la posada
Lectora de Sergio Sinay, es consciente Elena de que la vida termina con la muerte y que "esta certeza nos impulsa a buscar garantías para el mientras tanto. Que nos digan que reencarnamos como reyes o reinas, que nos espera el paraíso. Pedir y soñar no cuesta nada, pero en el fondo el final no cambiará, es inapelable".
Conviene, pues, "cambiar el final que podemos" y asumir que la mira puesta en un futuro lejano acaso "nos arrebate del presente, que es donde las cosas ocurren y demandan participación, compromiso, esfuerzo, responsabilidad".
Elena acota que tras cada uno de los muchos finales felices que puede haber, "la vida, empecinada, vuelve con sus preguntas desde la experiencia cotidiana: ¿cuál es el sentido de tu existencia, qué huellas estás dejando, para qué haces lo que haces, cómo vives tus valores, qué aprendes de tus frustraciones, para qué te ocurre lo que te ocurre? Suponiendo -sigue- que hayas llegado a la conclusión de que nada tiene sentido, ¿harás algo para darle sentido al sinsentido? Si la respuesta fuere afirmativa, debe hacerse en el presente. O sea, ir viviendo en el presente para una mejor vida futura".
Prever y preocuparse tienen la misma inicial, pero sus finales suelen diferir. Elena cita datos: "Una de cada cuatro personas padecerá a lo largo de la vida un grado de ansiedad o preocupación bastante grave".
El cerebro tiene un complicado sistema que nos moviliza para responder al peligro. Mientras unos son dañinos, otros tipos de temor y un razonable nivel de preocupación pueden ser ventajosos, dice el Dalai Lama en su libro Cómo superar los obstáculos.
Vocación
Elena añade que, particularmente en tiempos inciertos como los actuales, "la persona debe apostar a un futuro de educación siguiendo su verdadero sentir, su verdadera vocación, para emprender algo nuevo. Hay que arriesgar para tratar de ganar y prometerse que ese futuro que soñamos va a ser sustancioso y con resultados positivos para nuestra vida".
Acechan eventuales catástrofes por armas nucleares o desequilibrio ambiental -sospechan Anthony Giddens y Gabriel Tocatlian- a causa de "las enceguecidas dirigencias de las naciones que parecieran dispuestas a probar su supremacía a expensas del valor sagrado de la vida".
Con todo, concluye Elena, "las personas debemos seguir y procurar grandeza. ¿Por qué no pensar en la humanidad y no tan egoístamente en uno mismo por temor al fracaso?".