21/4/25

Calor siberiano

“¡Olelé/ olalá/ no sé cómo vinieron/ sé que no se van!”. Los cánticos de la barrabrava siberiana fueron de mal agüero.

Está linda la cosa”, fue el comienzo de la charla técnica del entrenador de Defensores de Groenlandia.

Para el partido fueron designados solo 20 policías, dado que no se habían producido incidentes en el cotejo de ida. A la luz de los versos amenazantes y del sabotaje a la calefacción en el vestuario visitante se reparó en que tal vez resultasen escasos.

A los 13 minutos, supieron que alcanzarían: tres errores de los zagueros y el arquero de Groenlandia liquidaron el ánimo de sus compañeros y así se llegó al final sin sobresaltos. De hecho, en el entretiempo volvió a funcionar la losa radiante del camarín visitante.

Consagrado campeón, Siberia Fútbol Club jugará el Mundial de Clubes como representante de la Liga del Norte.

 

Groenlandia se hace fuerte

Defensores de Groenlandia recibía a Siberia Fútbol Club en la final de ida de la Liga del Norte.

El operativo policial, conformado por 26 agentes polares, comenzó media hora antes del partido porque no se esperaban disturbios entre los allegados locales; visitantes casi no habría pues estaban ocupados en la temporada alta de pesca.

El partido comenzó a las 12.30, tras quince minutos de trabajo de los operarios que quitaban la nieve, que siguió cayendo durante el entrenamiento precompetitivo y el primer tiempo.

El vendedor de café lo ofrecía caliente o helado, según se tomara del pico del termo o en vaso.

No hubo acciones de riesgo frente a los arcos en los minutos iniciales. El único peligro para los arqueros fue que no pudieron cerrar la boca después de bostezar, por lo cual fue necesario el ingreso de los médicos y del cafetero.

A los 33 minutos llegó el único gol: el 10 de Defensores de Groenlandia remató cruzado desde la izquierda y la pelota, luego de picar mal en un montoncito de nieve, descolocó al guardameta siberiano.

La revancha está prevista para el 20 de abril.

 

8/4/25

 Miedos dispares

¿Qué hacer ante una amenaza? ¿Qué resolver cuando se sabe que la expresión “vienen degollando” no es figurada? “Despiertos para siempre”, uno de los episodios de “Atreverse”, disponible en Youtube, aborda la cuestión desde seis perspectivas: la de un juez, un testigo y un protagonista de un hecho de corrupción, y sus respectivas parejas.

El juez, interpretado por Federico Luppi, reabre una causa por la que fue asesinado su antecesor. No lo intimidan las consecuencias que pueda sufrir él sino las que acaso afecten a su esposa (Susana Campos) y sus hijos. Asume que debe ir al frente, aunque le digan que una gota menos de agua salada no cambia el sabor del mar. Es de los que se hacen cargo de la gota que les toca.

El testigo, Juan  Leyrado, es la llave que puede abrir la puerta a la justicia… y a su muerte, de la cual también es avisado por llamadas anónimas. Su mujer, Graciela Duffau, le suplica que haga de cuenta que nada sabe. Que no quiere ser la viuda de un héroe.

El otro, Jorge Marrale, le pide a su pareja que adelanten para dentro de unas horas el viaje a Francia que tenían previsto. Ella (Selva Alemán) no le cree que sea por negocios, sobre todo al verle temblar el pulso. Él confiesa que tomó un dinero ajeno, niega que su fortuna sea a expensas de la pobreza de alguien y le pregunta si, de haber sido pobre, lo hubiera admirado tanto como lo hizo.

Las amenazas siguen. Los diálogos, atravesados por la angustia, la culpa y el dolor, también.

 

 

3/4/25

 

Alguien te está mirando

La mirada ajena es uno de los temas abordados por Vulnerables, unitario disponible en Youtube relativo a adultos que hacen terapia de grupo y emitió Canal 13 en 1999 y 2000.
Entre los momentos reideros y a la vez dramáticos de la primera temporada hubo un diálogo en el que Enzo, su hermano homofóbico, le pregunta a Roberto, con la delicadeza de un gorila enojado, si está seguro de que no tuvo sexo con otro hombre.
Las composiciones de Emilio Bardi, el inquisidor, y de Alfredo Casero, el interpelado, son una joya.
Enzo sospecha porque Roberto le había pintado los labios a una foto de Nick Nolte, su actor predilecto. Su sesgo discriminativo lo lleva para el lado de los tomates. Hablando dela película “El príncipe de las mareas”, película en la que al protagonista encarnado por Nolte lo violan en su niñez, Enzo dice: “Ésa es donde le gusta que le rompan bien el orto”.
Por eso, Roberto no le habla de su afecto por Gladys, travesti a quien conoció en los bosques de Palermo.

 

Visión selectiva

Dos gemelas confundidas hasta por el padre protagonizan la novela “Una imagen en el espejo”. Danielle Steele las hace vivir a inicios del siglo XX, con tanta semejanza física como disparidad espiritual. La una asume su rol de celosa cuidadora de su achacoso padre. La otra se enamora de alguien que le promete separarse pronto de su esposa y, luego de varios encuentros a solas, le dice: “¿Cómo es posible que me hayas creído? Vos fuiste un entretenimiento”.
El vecindario conoce la versión de él: “Esta indecente se me echó encima a sabiendas de que soy casado”. El padre de la joven asume que la mancha en su honor solo se lava con un matrimonio y la casa con un abogado al que ella no quiere, a diferencia de su hermana.
Al cabo de meses de infeliz convivencia, de besos escasos y un lecho más afín a la cama de un faquir que al de dos amantes, llega el pedido de auxilio: “Ya que a vos sí te gusta, ¿por qué no te hacés pasar por mí?”.
Al cabo de presentarse reticente, la hermana tímida acepta.
Pasan los días, ni se tocan. Cuando se rozan, se prenden fuego. ¿El cuñado no se da cuenta del cambiazo?
El hecho guarda semejanza con “Los pocillos”, cuento de Mario Benedetti en el que un día un ciego le dice a su esposa que le gusta cómo ha combinado colores de tazas y platos ese día.
Las dos historias remiten a una verdad de todas las épocas y geografías: la vista empieza en la voluntad.

 

Dudas en el camino

"A mí me cuesta la felicidad", afirma Jimena (Inés Estévez) tras un llanto que le brota mientras habla uno de sus compañeros.
"La felicidad le cuesta a todo el mundo", acota Roberto (Alfredo Casero).
Atribulada, Jimena comparte en la sesión grupal de terapia que pone primera y marcha atrás ante el noviazgo que le propone Dominichi (Carlos Portaluppi), quien el mismo día le regaló una rosa, bombones y un elefante de peluche.
-¿Por qué lo espantaste al tipo -le pregunta Cecilia (Soledad Villamil).
-Porque es casado.
La escena, del capítulo 32 de Vulnerables, sigue con la expresión del psicólogo (Jorge Marrale):
-¿Será que tu comodidad no te permite ser feliz? ¿Que estás dudando tanto siempre que no podés tomar una determinación?
-No sé, ¿ve? Otra vez estoy dudando -contesta Jimena.
No es el final de la escena ni de la serie, que gracias a Daniel Barone y Adrián Suar, entre otros, sigue ayudando al goce artístico y la reflexión, desde Youtube.

 

Sumisión asesina

La identificación de algunos empleados con sus empleadores puede ser devastadora. “Otros trataron de escapar de las llamas, pero sucedió lo impensable: el cierre de las salidas del centro comercial por los guardias mientras la gente -y ellos mismos- morían atrapados por el fuego que se expandía velozmente”, cuenta una nota de Infobae acerca de la tragedia en un supermercado en Paraguay en 2004 por la cual murieron 327 personas, según datos oficiales.
La premisa, difícil de entender ante el humo y las llamas que destruían vidas y mercancías, era que nadie se fuera sin pagar; ¡como si permaneciendo en el interior estragado el capital estuviera a salvo!
La obediencia a toda costa paga con esa moneda. Sobre todo porque el jefe no es infalible. Y porque dejar de pensar atonta tanto que suele matar.

 

Angelitos de la guarda

Tienen distintas formas. Los hay altos, morenos, rubios, bajos, de pocas palabras, sonrientes, etc.
Ven a alguien que no sabe qué colectivo tomar ni dónde bajar para llegar a un hotel e indican y hasta acompañan.
En algunas callejuelas de barrios antiguos amurallados, oscuras porque a sus costados, arriba y al frente hay paredones, despiertan la sospecha: ¿y si es un ángel caído? Pero no, no hay robo y sí acceso al hotel.
Otros arriman imágenes del menú cuando el comensal no entiende el idioma nativo. Algunos saludan al cliente conocido el día anterior como a un amigo. Hay quienes dejan de hacer su tarea a fin de buscar en el celular la forma para que el turista arribe a un sitio.
"Pungas, mecheras, descuidistas, mostaceros. No los ves, pero están ahí", le dice el personaje interpretado por Ricardo Darín al que encarna Gastón Pauls en la película Nueve reinas. Claro que están, igual que los angelitos de la guarda.

 

Mundiales imágenes rioplatenses

Veleros y cañas. El río de la Plata y los peces les sirven de base, entretenimento y comida. Las clases sociales convergen en el puerto de Olivos. Ya sobre el curso del agua, una plataforma alrededor de un árbol es el lugar sombreado donde familias comen sandwiches, toman mates y gaseosas.
Metros más allá, calles y calles de casas con plantas, copas altas, techos a dos aguas, esquinas con garitas de seguridad y ni un solo negocio: para eso están las avenidas Maipú y Libertador.
En 2024 vino a la Argentina. Sigue en el país; con más de veinte caras desde su mocedad beatle, Paul Mc Cartney está en el museo Covent Garden, en el paseo La Plaza, Corrientes al 1600. Su talento singular hace juego con el lugar que lo aloja, un centro comercial a cielo abierto poco común uno de cuyos otros negocios es la librería Orsai, que muestra frases como "el niño que llevo dentro siempre me hace quedar mal" y "sé que te debo una explicación, ¿te puedo pagar con excusas?".

 

¿Para qué decirlo?

"A Colón lo dirige el árbitro polémico que tuvo que tratarse con un psicólogo", dice un título de diario El Litoral en pleno siglo 21.
La referencia es a un referí capaz de ver dentro del área una falta cometida casi un metro fuera, y cuya carrera ha estado siempre más cerca de ser mala que excelente.
El propio juez contó que tuvo que hacer psicoterapia tras equivocarse feo en una final nacional, por lo cual miles de personas lo rotularon de ladrón e inútil. O sea que no miente el periodista de El Litoral.
Sin embargo, ¿cuál es el objetivo de apuntar el tratamiento psicológico al que debió apelar el árbitro?
La afirmación estigmatiza. Supongamos que un presidente de Colón, Juan García, además joyero, hubiera dejado al club en la ruina. Titular "el joyero Juan García fundió a Colón" sería una sentencia lesiva contra esta ocupación. Al cabo, el daño al club lo habría cometido como conductor de la institución y no como vendedor de alhajas.
En un ámbito como el fútbol, aun reticente a contemplar la dimensión mental del juego, de nada sirve aparear la psicología a un árbitro mediocre. Apenas si es útil para notar qué bajito vuela quien escribió la nota.

 

Bonita página argentina en Youtube (1)

Entre informativos de agendas previsibles según el canal de pertenencia, llenos de periodistas que miran con un solo ojo, la televisión del ayer es la casita de los viejos.
"La abandoné y no sabía" es uno de los episodios de La bonita página, unitario semanal que ATC emitió en 1988 con historias, de la comedia al drama, basadas en una canción de nuestra música.
Gracias a Youtube y el archivo de Radio Televisión Argentina, quien quiera reir, recordar, reflexionar y revisar puede hacerlo en menos de 50 minutos.
Un taxista interpretado por Guillermo Francella corta abruptamente con su novia (Alicia Zanca). Para ella, ni qué decir de su padre, Marcos Zucker, la acción es devastadora.
Al mes, el personaje de Francella, que se engancha con pasajeras cual lana en alambrados, se entera de que su ex no se ahoga en sus propias lágrimas y esto lo desconcierta.
El relato, así como su contenido, es ameno y reconocible.

 

Bonita página argentina en Youtube (2)

Verlo enojado a Ulises Dumont es una eficaz estrategia para reir. En un envío del unitario La bonita página, de la vieja ATC, su personaje se enamora del de Georgina Barbarossa.
¿Por qué habría de estar contrariado un hombre con mariposas en la panza?
Baste decir que el episodio se inspira en el tango "Chorra", en el cual el dueño de un mercadito, a la vuelta de cheques librados a su nombre por el suegro, se lamenta diciendo: "He sabido que el guerrero que murió lleno de honor/ ni murió ni fue guerrero/ como me engrupiste vos".
También provoca carcajadas la actuación de Carlos Carella, el suegro "malandrín y estafador", en especial cuando confunde los nombres de los novios que, luego de la atracción por su hija, acaban desguazados.

 

¿Y la autocrítica de gobierno? (1)

Una columna de Ernesto Cherquis Bialo publicada en El Gráfico del 29 de mayo de 1984 ilustra un mal incurable de la dirigencia: culpar al mensajero.
La nota tiene una ilustración de Maicas en la que un jugador dialoga con su terapeuta:
-Me siento perseguido por el periodismo. El domingo, por ejemplo, hice dos goles y me dieron con un caño.
-Cuénteme cómo fueron los goles.
-En contra.
El título del texto de Cherquis Bialo, "¿Qué hay detrás de todo esto?", ilustra la mala fe atribuida a quien informa, aunque sus dichos sean ciertos. Así, al locutor que lee el termómetro y dice "la temperatura es de 2 grados" se lo acusará de estar arreglado con los vendedores de pulóveres y camperas.
Es risible. Pero pasa por doquier.

 

¿Y la autocrítica de gobierno? (2)

Es difícil marcar errores. Lo saben padres, maestros, directores técnicos, 

policías de tránsito, médicos de guardia, etc.

Cuesta recibir algunos diagnósticos. Sin embargo, no hay aprendizaje posible si falta consciencia de las propias equivocaciones, como lo enseñaba la profesora Gisela Vélez. 

Esa consciencia cada vez escasea más en culturas tribales, polarizadas como la nuestra, donde la exposición es a muchas voces todas parecidas. 

"¿Qué hay detrás de todo esto?", nota de Cherquis Bialo de la edición 3373 de la revista El Gráfico, data de 1984 y se ajusta también al presente.

En uno de sus párrafos se lee: "Un hincha de Racing agrede a uno de nuestros hombres. Al tiempo, un dirigente aborda el vestuario de un árbitro (...), un grupo de fanáticos agreden a nuestra publicación de palabra y piden la cabeza del cronista en tono subido y amenazante, se equivocan y destruyen otra cabina pegándole a un señor que nada tiene que ver con nosotros. Publicamos cada cosa a su tiempo con las dimensiones que cada episodio requería y recibimos una carta de Racing, respetuosa y dolorida, donde nos insinúan '¿Qué hay detrás de todo esto?".