¿Y la autocrítica de gobierno? (2)
Es difícil marcar errores. Lo saben padres, maestros, directores técnicos,
policías de tránsito, médicos de guardia, etc.
Cuesta recibir algunos diagnósticos. Sin embargo, no hay aprendizaje posible si falta consciencia de las propias equivocaciones, como lo enseñaba la profesora Gisela Vélez.
Esa consciencia cada vez escasea más en culturas tribales, polarizadas como la nuestra, donde la exposición es a muchas voces todas parecidas.
"¿Qué hay detrás de todo esto?", nota de Cherquis Bialo de la edición 3373 de la revista El Gráfico, data de 1984 y se ajusta también al presente.
En uno de sus párrafos se lee: "Un hincha de Racing agrede a uno de nuestros hombres. Al tiempo, un dirigente aborda el vestuario de un árbitro (...), un grupo de fanáticos agreden a nuestra publicación de palabra y piden la cabeza del cronista en tono subido y amenazante, se equivocan y destruyen otra cabina pegándole a un señor que nada tiene que ver con nosotros. Publicamos cada cosa a su tiempo con las dimensiones que cada episodio requería y recibimos una carta de Racing, respetuosa y dolorida, donde nos insinúan '¿Qué hay detrás de todo esto?".