A partir del cuento "Los dos reyes y los dos laberintos" (Jorge Luis Borges, en El Aleph), Valeria Caballero, Rodrigo Oviedo, Pablo Amiot Gaspio escribieron críticas que viajan por bellas estaciones de la reflexión.
Ojo por ojo
Por Valeria Caballero
Hay maneras implacables, simples y directas para vengarse de aquellos rebuscados y complejos discursos sociales que confunden al común de la gente y se jactan de ser intelectuales.
Esta es, en esencia, la enseñanza que Jorge Luis Borges plasma en el cuento "Los dos reyes y los dos laberintos" perteneciente a su clásica obra "El Aleph".
Mediante una parábola que narra la historia de dos reyes de la antigüedad, Borges expresa, con agudeza y perspicacia, la inexorable naturaleza que habita en el arte de la venganza.
Un cuento breve para aquellos amantes de la prosa inteligente, que gustan de los textos carentes de idiotez.
Exquisita puñalada
Por Rodrigo Oviedo
Se dice que una novela es como una muerte lenta y que un cuento semeja a una certera puñalada. En este brevísimo cuento, se llama la atención sobre la imprevisibilidad del hombre, en apariencia, pequeño; el odio y la desproporción de su correspondencia; y, por supuesto, el ineludible tema de la venganza, todo esto en una exquisita y amarga puñalada, gentileza del maestro Jorge Luis Borges.
El que ríe último...
Por Pablo Amiot Gaspio
El cuento "Los dos reyes y los dos laberintos" de Jorge Luis Borges describe una historia que se suscribe al poder que ostentan dos personas en Medio Oriente.
La visita de uno de los reyes a Babilonia motiva que el restante lo obligue a pasar por un laberinto. El personaje sortea el escollo después de sufrirlo, vuelve a sus pagos y toma venganza utilizando un criterio similar: captura al rey, destroza su pueblo y lo entrega a "su laberinto", que no es otra cosa que el desierto o, si usted lo prefiere, la muerte en persona.