Dedicado a una persona especial
Morir es inevitable, pero el dolor se puede mitigar desde un merecido buen recuerdo
Por Carmen Rodríguez, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores
Estos sentimientos son dedicados a una personita muy especial para mí, es mi tío Panchito, a quien perdí. Tengo los mejores recuerdos de él, como tío, como esposo y como padre de familia. Fue honesto, comprensivo, auténtico y con unos valores increíbles.
Por ser una de sus sobrinas me alegro de haber expresado todo lo que me dejó y de tomar todos los mejores conceptos de la vida. Son muy pocas las personas que dejan valores intachables, Aquí, los mejores de mis recuerdos para él. Esto y mucho más se merece ya que fue auténtico y muy perseverante en la vida.
Gracias, Panchito, por darnos a cada integrante de tu familia tu Amor incondicional. Gracias una vez más.
El agua de la tristeza
Todavía me acuerdo. Tal vez me equivoque. Camisa azul con pintitas blancas. No recuerdo haberle prestado el abrigo en la fría madrugada.
Todavía me acuerdo. Lloré. Ya lo creo. Hay victorias que no tapan malas nuevas.
Todavía me acuerdo. Me quedé al costado.
Todavía me acuerdo. El promotor me avisó de la muerte de mi amigo justo el día de mi egreso, días después del cual me fui de vacaciones y vi su imagen en el agua del río que se me iba una y otra vez.
(Basado en lo que sufrió Víctor Galíndez en su noche más grande como boxeador, cuando tras su épica victoria sobre Richie Kates se enteró de la muerte de su amigo Oscar “Ringo” Bonavena)