26/2/10

La realidad de los dichos

La mona, aunque la vistan de seda, mona queda” es un dicho que solía representar la invalidez del maquillaje. A la larga, la esencia negativa salía a escena, por lo cual no tenía sentido fingir.
¿Habrá llegado la hora de dar de baja el dicho? Más de un país ha resuelto que una buena educación se construye desde las notas, no sobre la base de los procesos, dando por 4 un 2 y elevando la cantidad de aprobados.
En un artículo sumamente reflexivo, Melanie Phillips plantea esta situación y agravantes tales como la asignación de recursos a las escuelas conforme a la tasa de estudiantes eximidos. “Mentime que me gusta” viene a cuento.
La lógica subyacente permite pensar en otro refrán: “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. En este plano, si no puedes con la ignorancia, únete a ella.
Quien quiera creer, que crea. Algunos alumnos sostienen sin tentarse ni pestañear que estamos en el siglo 18, que el toro es el marido de la vaca y que los ex presidentes argentinos Domingo Faustino Sarmiento y Raúl Alfonsín eran amigos.
Quien quiera creer, que crea. Los muchachos aprueban y, según la perspectiva gubernamental, por eso mismo son gente que sabe.

24/2/10

Así de fácil

Zulma Lobato es conocida por su aspecto, por su voz, tan desafinada como la de la mayoría que canta en el baño, y porque aparece cada dos por tres en Crónica y América TV. Apenas uno de los tantos casos de gente sin habilidades especiales aparte de la facultad escandalosa, ilustra cuán atrayente es el conflicto para quienes ven TV, es decir, la gran mayoría de seres humanos.
¿Nada nuevo hasta aquí? Gracias por tu sinceridad, lector. A modo de recompensa, una perla a cargo de Harriet Ryan y Adam Tschorn, del Chicago Tribune, a cuento de las chicas Kardashian, más experimentadas en historias que en historia, y de por qué personajes así están tanto tiempo a la vista. Ryan y Tschorn sostienen que la programación televisiva, especialmente por cable, está crecientemente dependiendo de celebridades creadas más que de las establecidas. Convertir a un don nadie, o virtual don nadie, en estrella de reality es más barato que contratar a alguien que realmente sea alguien.
Más de uno quizás piense “claro, es obvio”. Y lo es, tanto como es obvio que la fruta de segunda clase resulte más barata que la de primera. Ahora bien, como decía una sabia docente universitaria, “muchas cosas son obvias, pero hubo alguien que las vio antes que uno”.


Mensaje bravo
“Te saludo por esta vía con el deseo de que estés bien. Te cuento que me fui a Malasia caminando”.
Después borró este comienzo. El email quedó reducido a: “Mario, la verdad que no puedo escribir nada. Por suerte me conocés. Cualquier cosa llamame o date una vuelta”.

17/2/10

Escala de grises

Allí donde hay personas existen posibilidades y amenazas. Los delitos recurrentes son amplificados por los medios de comunicación masiva en tanto uno aparece en varios canales, radios y diarios, dada la competencia informativa, y numerosas veces a lo largo del día, ni hablar los fines de semana, en las señales noticiosas de TV cable.
En otras palabras: tiene razón la autoridad gubernamental de turno cuando manifiesta que los medios contribuyen a magnificar la sensación de inseguridad. También la tienen las víctimas, que reclaman con muertos en la mano.
Hechos y percepciones, la vieja historia. Capacidad de los medios para instalar temas en el presente social (agenda setting, tal su nombre original) o habla cotidiana de la ciudadanía. Miradas en función de status, intereses y condicionamientos derivados. En el medio, slogans del orden de “sólo la verdad” y “sólo los hechos”, mezclados con “Nosotros informamos primero” y “Nosotros informamos mejor” se disputan el oído masivo desde el deseable capital de la credibilidad.
Como cualquier otra agencia de socialización (familia, grupo de pares, religión, entre otras), los medios despliegan el control social a fin de mantener un deseable estado de situación mediante premios y sanciones. Ello implica el riesgo de mencionar algunas palabras en función de tabúes –la gente le suele ganar al cáncer y morir de una larga enfermedad. Asimismo son peligrosas, y por ende evitadas, temáticas en ciertos medios; ¿alguien imagina en diario Clarín una nota periodística que desconfíe de la procedencia de los hijos de la señora Ernestina Herrera de Noble, propietaria del grupo empresarial? Información y poder suelen ser excluyentes.
Este texto no tiene por objetivo trasuntar el pesimismo; autores varios, concientes de las limitaciones que cada firma impone a sus empleados, sugieren que la libertad de prensa o diversidad de voces se construye desde las parcialidades que los diferentes medios eligen publicar.
A través de este recorrido por conceptos sociológicos se procura estimular la discusión en cuanto a miedos, que difieren según el contexto de cada sociedad, y potencialidades de la acción humana; respecto de lo instituido y lo instituyente. Está demás afirmar que las chances de vida son una carta importante en cuanto a qué puede expresar cada quien.
Hay periodistas con capacidad económica de dar portazos mientras otros muerden sus labios en vez de darse gustos. En otras palabras, no todos cuentan con la misma viabilidad de provocar cambios, de instituir nuevas reglas. Al fin y al cabo, hay más admiradores que héroes.
Para el cierre, un apunte sine qua non para que la sociología tenga el sentido razonable y no el de las malas películas en las que los buenos son perfectos: quien haya visto “El perfecto asesino” habrá comprendido que nadie es absolutamente bueno ni absolutamente malo y que, en diversos status de su vida, la misma persona es capaz de causar rechazo y ternura. Esto ayuda a entender por qué conviene oponerse a la pena de muerte, aunque eso sería tema para desplegar en otro artículo.

15/2/10

Multiplicación

La profesora de Filosofía preguntó si dos por tres era igual a seis. A coro le respondieron que sí.
-¿Están seguros?
Los alumnos ya sabían que la repregunta significaba que la respuesta había sido incorrecta.
-¿Y da lo mismo decir “cada dos por tres” que “cada seis”?
-No.
-Ahora pinta mejor.
Minutos después, la clase estaba escribiendo para entregar al final de la hora. Julieta fue de las que eligió justificar por qué 2 x 3 no era lo mismo que 6.
“Dos por tres involucra un par de elementos, mientras que seis es uno solo. Dos por tres es una multiplicación, no así seis. Dos por tres es una operación; seis, su consecuencia.
Además, todos sabemos que hay cuestiones en las que nos referimos al resultado y no a las instancias que le dieron lugar, razón por la cual decimos ‘tengo 23 años’ y no, por ejemplo, ‘tengo 11 más 12 años’. Nadie ignora que alguien de 23 ha vivido los años de a uno, pero no por eso dirá que tiene 1 más 1 más 1 y así sucesivamente hasta totalizar 23.
Por otra parte, hay que pensar que 23 años no son la consecuencia de la misma suma en las personas. Hay quienes llegan a los 23 al trotecito (digamos 1 más 1 más 1…) fruto de vidas sin sobresaltos, ni hambre, ni dolor más allá de desengaños con novios o novias. Otros se chocan los 23 por hechos o condiciones de vida como la muerte de un ser querido, el desempleo de los padres, la maternidad o la guerra (en este caso, la suma podría ser 11 más 12, 15 más 8, 6 más 17, entre otras formas).
Ni hablar si pensamos dos por tres y seis en términos de relaciones de pareja. Hay gente que vive disuelta en el 6 mientras otros son felices llegando a 6 sin dejar de ser 2 y 3”.

10/2/10

Alrededor

Después de todo, hay otros que están peor”.
Claro que era una verdad grande como una casa, pero su egocentrismo no le daba margen a esa mirada.
Claro que era una verdad grande como una casa, pero perder una final sobre la hora no es pavada.
Claro que era una verdad grande como una casa, pero una separación al cabo de tan hermosa búsqueda y permanencia es ardua.
Claro que era una verdad grande como una casa, pero semejante rutina desgastaba y cómo.

Planeamiento

No había estudiado. Fue a rendir y se enteró de que la titular de la mesa no estaba. A los diez minutos se fue desaprobado.

Al vacío
-Sobre todo fijate en las condiciones.
No hubo forma. La prudencia se lleva a las patadas con el enamoramiento.
“Nada más. Gracias”, fue lo último que se escuchó.

¿Otra vez?

Hay quienes entienden de recaídas aunque no caigan. Comprenden la debilidad.
Algunos caen sin saberlo y condenan las recaídas. No saben quiénes son.
Otros recaen, sufren y ayudan. Conocen el dolor y tratan de aplacarlo.
Más de uno busca compañeros de desgracia. Tienden zancadillas.
También hay atletas exitosos. Corren sin caer ni detenerse.

Obsesión

Suponía que no alcanzaba. Maldita sea. Estaba harto de esa sensación, que de tan frecuente le pesaba cual hecho indiscutible.
Lo estimulaba saber que había superado otras sensaciones. “Eran más simples de superar”, pensaba cuando no se decidía por el optimismo y la saludable autoestima.
Semanas. Meses. Años. Un día se animó a tocar un gato. Entre miedos, evitaciones, esfuerzos y constancia, siente que no le va a dar toxoplasmosis y que el ronroneo es como una carcajada.

Trabajo de cambio

El propósito estaba tan claro que había que ser muy distraído o llegar de otro lado para no advertirlo.
Al tercer día, Julio estuvo al tanto de la lógica de la oficina. Pasó de la ignorancia al conocimiento y de allí al desasosiego. Recordaba a Esteban, el personaje de Luis Brandoni en “La Tregua” y se reflejaba en ese pesimismo ante el sombrío futuro: tenía seguridad económica, también certeza respecto de lo que sentía por la tarea.
Conversaba y escuchaba comprensión. Hacía catarsis, la misma que habían dejado de hacer sus compañeros años atrás.
“Es así el sistema”, lo consolaba Omar, uno de los empleados de mayor antigüedad. El alivio duraba poco. No aspiraba a florecer todos los días, asumía que eso era tilinguería. Tampoco lo contentaba sonreír sólo una vez al mes.
Al cuarto año sus cavilaciones se espaciaron.
A los veinte años le dieron una medalla y se emocionó al recibirla.