Visión esencial
Sobre la base de un proverbio oriental, “sólo se tiran piedras al árbol cargado de frutos”, Cintia Arighini produjo un texto con la copa llena de reflexiones.
No hay que dejarse embaucar por esos que siembran pesimismo, que son 8 de cada 10 hombres. Mientras más hagas, más te critican, pero eso demuestra que uno existe, corre el riesgo de ser. Sólo Dios puede hacer lo imposible, pero uno puede hacer siempre lo posible. No te conviertas en otra de esas personas presas de la amargura, que por el miedo al qué dirán congelan el júbilo. Sólo por ser aceptados, pierden la esencia de la vida, hacen lo que otros esperan que hagan. Conviértete en héroe, sólo es cuestión de hacer lo necesario enfrentando las consecuencias.
Haz lo que le haga feliz, algunas veces debemos ser egoístas porque como dice Dolina inevitablemente lo que hace la felicidad de unos promueve la desdicha de otros. Por este motivo se tiran piedras; por la envidia malsana de la felicidad y del éxito ajenos.
Pero también cuando veas que las piedras son en mayor cantidad que tus frutos, debes empezar a cuestionar tus propias certezas.
Decisiva estrategia
En “Un gran chico”, el personaje de Hugh Grant (vale la película) dice “lo sabía, pero no podía sentirlo”. La frase fue el punto de partida de un relato acerca del amor, a cargo de Cintia Arighini.
Era claro que él la amaba. Tan sólo con mirarlo, sus ojos lo gritaban. Ella lo sabía, pero sus miedos se apoderaban de sus propias emociones y no se acercaba lo suficiente para que él se lo demostrara.
Había sufrido mucho en relaciones anteriores y ella no quería sentir de nuevo la decepción… Qué triste suerte la del pibe, él vivió de lejos el rigor del llanto y la melancolía que ella había padecido en dichas relaciones. Por miedo al rechazo no se acercó a consolarla y se quedó con la ilusión de amarrarla entre sus brazos.
Ella, frustrada por sus fracasos amorosos, decidió no volver a enamorarse. Era difícil lograrlo ya que en el corazón no se manda, pero su estrategia era no permitir que alguien se acercara lo suficiente como para empezar a sentir algo; y en tiempos de cortos plazos alejarse antes de sentir para luego desilusionarse. El la amaba, ella lo sabía, pero no podía sentirlo por miedo a luego perderlo.
Un blog variopinto, con textos ligados a pensamientos, sensaciones, descripciones, narraciones, sentimientos, ocurrencias y reflexiones sobre temas periodísticos sin correr tras primicias. Miradas acerca de lo que nos pasa, lo que nos gustaría, lo que perdimos y lo que soñamos.
29/7/10
De bocas cerradas a objetos perdidos
Un grupo de riosaucenses se juntó a conversar. Salieron temas tales como las palabras a contramano de lo deseado, el valor más allá del precio, la libertad y los rumbos del amor.
¿Para qué preguntas?
Por Susana López
Muchas veces sentimos la necesidad de hablar con alguien, de contar y compartir lo que nos pasa. Buscamos la opinión de otro ante una situación compleja que nos inquieta. Cuando encontramos ese alguien dispuesto a escucharnos, no siempre aceptamos sus respuestas o comentarios si no están acorde a lo que deseamos escuchar. Nos molestamos con quien es generoso en brindarnos su atención. Somos egoístas en nuestra forma de pensar si no somos capaces de aceptar opiniones, más aun si son sinceras y dadas desde el corazón.
Tristeza otoñal en plena primavera
Por Lucy Bringas
El otoño brindaba el marco ideal para un encuentro deseado durante días, meses tal vez.
El camino bordeado de árboles dorados, rojizos y otros ya casi desnudos alzaban sus ramas al cielo. La tibieza del sol envolvía acariciante la frágil figura de Lara. Sus pasos vacilantes e inseguros hacían crujir la alfombra de hojas secas. Para sus oídos, era dulce melodía.
Va acariciando su vientre abultado sintiéndose plena y feliz a los 17 años. Se confundiría en un eterno abrazo con Saturnino y al oído le susurraría con timidez la noticia. Se apoyó en el tronco de un sauce añoso y respiró profundamente para controlar su emoción.
De pronto, el hombre amado se acercó nervioso, prepotente… Un mechón canoso caía rebelde sobre la frente y su mirada torva denotaba preocupación. Su esposa había regresado impensadamente trayendo al primogénito en sus brazos.
Las preguntas quedaron silenciadas en el corazón de Lara.
Sólo el silencio profundo, interminable los tapó en el dorado atardecer.
Libres ante el mundo
Por José Ernesto Gómez
Tras muchas luchas de ideales se consiguió lo que se buscaba. Por eso, la libertad no es tarea sencilla de lograr. Para llegar a ella se necesita convicción y fortaleza.
Entre los cultores de esa libertad está Martí. En su elocuencia él luchó por conseguirla. Desde su sensibilidad característica lo hizo.
De hombres así se aprende. Con ellos nos identificamos. Bajo sus influencias. ¿Ante quién?
Caracolas
Por Carmen Fano
Otras vacaciones junto al mar.
Rogó: “Señor, por tu misericordia, haz que lo encuentre”.
Volvió sobre sus pasos varias veces. Nada. Buscó durante días y días sin lograr reprimir las lágrimas. Ni el amor de su padre y hermanos consolaban su pérdida.
Pasaron otras vacaciones. Llegó su cumpleaños número quince, el vestido, la fiesta, los regalos… En un estuche, un collar de perlas. Alguien gastó todos sus ahorros. Al verlo, no pudo contenerse, recordó el día cuando, con su mamá, juntaron caracolitas en la playa e hicieron el collarcito. Fue la víspera del accidente.
¿Para qué preguntas?
Por Susana López
Muchas veces sentimos la necesidad de hablar con alguien, de contar y compartir lo que nos pasa. Buscamos la opinión de otro ante una situación compleja que nos inquieta. Cuando encontramos ese alguien dispuesto a escucharnos, no siempre aceptamos sus respuestas o comentarios si no están acorde a lo que deseamos escuchar. Nos molestamos con quien es generoso en brindarnos su atención. Somos egoístas en nuestra forma de pensar si no somos capaces de aceptar opiniones, más aun si son sinceras y dadas desde el corazón.
Tristeza otoñal en plena primavera
Por Lucy Bringas
El otoño brindaba el marco ideal para un encuentro deseado durante días, meses tal vez.
El camino bordeado de árboles dorados, rojizos y otros ya casi desnudos alzaban sus ramas al cielo. La tibieza del sol envolvía acariciante la frágil figura de Lara. Sus pasos vacilantes e inseguros hacían crujir la alfombra de hojas secas. Para sus oídos, era dulce melodía.
Va acariciando su vientre abultado sintiéndose plena y feliz a los 17 años. Se confundiría en un eterno abrazo con Saturnino y al oído le susurraría con timidez la noticia. Se apoyó en el tronco de un sauce añoso y respiró profundamente para controlar su emoción.
De pronto, el hombre amado se acercó nervioso, prepotente… Un mechón canoso caía rebelde sobre la frente y su mirada torva denotaba preocupación. Su esposa había regresado impensadamente trayendo al primogénito en sus brazos.
Las preguntas quedaron silenciadas en el corazón de Lara.
Sólo el silencio profundo, interminable los tapó en el dorado atardecer.
Libres ante el mundo
Por José Ernesto Gómez
Tras muchas luchas de ideales se consiguió lo que se buscaba. Por eso, la libertad no es tarea sencilla de lograr. Para llegar a ella se necesita convicción y fortaleza.
Entre los cultores de esa libertad está Martí. En su elocuencia él luchó por conseguirla. Desde su sensibilidad característica lo hizo.
De hombres así se aprende. Con ellos nos identificamos. Bajo sus influencias. ¿Ante quién?
Caracolas
Por Carmen Fano
Otras vacaciones junto al mar.
Rogó: “Señor, por tu misericordia, haz que lo encuentre”.
Volvió sobre sus pasos varias veces. Nada. Buscó durante días y días sin lograr reprimir las lágrimas. Ni el amor de su padre y hermanos consolaban su pérdida.
Pasaron otras vacaciones. Llegó su cumpleaños número quince, el vestido, la fiesta, los regalos… En un estuche, un collar de perlas. Alguien gastó todos sus ahorros. Al verlo, no pudo contenerse, recordó el día cuando, con su mamá, juntaron caracolitas en la playa e hicieron el collarcito. Fue la víspera del accidente.
Bienvenido sea el miedo
Desde una sensación que a menudo paraliza, textos que movilizan desde Río de los Sauces
El miedo. Algo que parece ser un limitante casi ingenuo de una persona. Pareciera que el miedo no tiene ninguna injerencia en los demás, mi miedo es sólo mío.
Sin embargo el miedo produce silencios, a veces silencios cómplices. Hubo un tiempo en que el miedo de muchos se transfiguró en algo llamado indiferencia. Sus consecuencias fueron trágicas: miles de desaparecidos, miles de torturados, muchas personas privadas de su identidad, de su verdadera familia.
También el miedo estaba instalado en algunas personas con trajes con charreteras y condecoraciones prolijamente vestidos. Ellos manifestaban su terrible miedo matando. Mataban personas, creían que también mataban ideales. Pero tenían mucho miedo a los que no les tenían miedo.
El miedo puede llegar a ser un peligroso asesino. Por eso hay que lograr que el miedo nos tenga terror, pánico a nosotros y no al revés.
El color del temor
La noche es oscura, un sonido casi imperceptible causa estupor, quietud. Tal vez la belleza en el aspecto y en el trino de un ave que puede deleitar en nosotros el sentido de la vista y del oído a la luz del día, bajo la oscuridad de la noche puede causar una sensación diametralmente opuesta.
Detrás de una oscura y horripilante máscara puede estar el rostro más dulce y tierno.
El miedo también es prejuicioso. Pasamos al lado de una persona de piel y cabellos claros, de elegante vestir sin sentir necesariamente temor. Pasamos al lado de otra persona, de mirar penetrante que emana de unos negrísimos ojos. Persona de cabellos también oscuros y ensortijados. De piel opacada por la dureza de la vida. Y sentimos temor, desconfianza, nos ponemos a la defensiva.
Cuando no tememos nos sentimos radiantes, iluminados. Cuando el miedo nos invade estamos hoscos, sombríos, callados; oscuro y turbado el pensamiento.
¿Será que el miedo es la ausencia de toda luz y color?
Autor de ambos textos: Beto Gómez
No me persigas, déjame ser libre
Por Rosana Mazzoni
Un día llegaste a mí para quedarte, pero yo no puedo compartir muchas cosas contigo, me acostumbré a manejarme con total libertad, por lo tanto tendrás que quedarte solo.
Difícilmente podremos llevarnos de acuerdo, somos muy distintos, aunque te confieso que en ocasiones te apoderas de mí y no sé qué hacer.
Tú eres muy posesivo, dominante e imponente, no me dejas ser quien soy; esto no me sirve, yo amo la libertad, no me gusta que me digas qué tengo que hacer y que tenga cuidado. Debes buscar otro lugar para quedarte, éste no es el adecuado, no podrás cambiar mi forma de ser y sólo en algunas cosas estaré de acuerdo o seré tu cómplice, pero no siempre. Piénsalo.
No me decido a aceptar este desafío
Por Lucy Bringas
El silencio en el auditorio marca el tiempo para iniciar la exposición. Me había esforzado mucho para lograr un buen trabajo. Estoy satisfecha. Conozco el tema.
Sin embargo, siento que el miedo va ganando mi ánimo, se mete en mi sangre, recorre mi cerebro. ¿Qué me está pasando? Mi corazón late alocado en la boca de mi estómago y mis manos se están humedeciendo. ¿Por qué mi voz queda atrapada?
Inseguridad, angustia, temor al ridículo o a la fragilidad de mi memoria. Todo esto contribuye a paralizarme pese al enorme deseo de salir corriendo.
Obnubilada, no atino a buscar en mi psiquis la mínima posibilidad de salir del atolladero que me ahoga.
De pronto, desde la más intrincada zona cerebral, comienza a hacerse presente un pensamiento fuerte, contundente: “Piensa que puedes y podrás”. Respiro profundamente. Siento que poco a poco me oxigeno y puedo dominar esta fobia incipiente.
Una vez más respiro para dar lugar a una exposición que provocó insomnios en largas noches invernales.
El miedo. Algo que parece ser un limitante casi ingenuo de una persona. Pareciera que el miedo no tiene ninguna injerencia en los demás, mi miedo es sólo mío.
Sin embargo el miedo produce silencios, a veces silencios cómplices. Hubo un tiempo en que el miedo de muchos se transfiguró en algo llamado indiferencia. Sus consecuencias fueron trágicas: miles de desaparecidos, miles de torturados, muchas personas privadas de su identidad, de su verdadera familia.
También el miedo estaba instalado en algunas personas con trajes con charreteras y condecoraciones prolijamente vestidos. Ellos manifestaban su terrible miedo matando. Mataban personas, creían que también mataban ideales. Pero tenían mucho miedo a los que no les tenían miedo.
El miedo puede llegar a ser un peligroso asesino. Por eso hay que lograr que el miedo nos tenga terror, pánico a nosotros y no al revés.
El color del temor
La noche es oscura, un sonido casi imperceptible causa estupor, quietud. Tal vez la belleza en el aspecto y en el trino de un ave que puede deleitar en nosotros el sentido de la vista y del oído a la luz del día, bajo la oscuridad de la noche puede causar una sensación diametralmente opuesta.
Detrás de una oscura y horripilante máscara puede estar el rostro más dulce y tierno.
El miedo también es prejuicioso. Pasamos al lado de una persona de piel y cabellos claros, de elegante vestir sin sentir necesariamente temor. Pasamos al lado de otra persona, de mirar penetrante que emana de unos negrísimos ojos. Persona de cabellos también oscuros y ensortijados. De piel opacada por la dureza de la vida. Y sentimos temor, desconfianza, nos ponemos a la defensiva.
Cuando no tememos nos sentimos radiantes, iluminados. Cuando el miedo nos invade estamos hoscos, sombríos, callados; oscuro y turbado el pensamiento.
¿Será que el miedo es la ausencia de toda luz y color?
Autor de ambos textos: Beto Gómez
No me persigas, déjame ser libre
Por Rosana Mazzoni
Un día llegaste a mí para quedarte, pero yo no puedo compartir muchas cosas contigo, me acostumbré a manejarme con total libertad, por lo tanto tendrás que quedarte solo.
Difícilmente podremos llevarnos de acuerdo, somos muy distintos, aunque te confieso que en ocasiones te apoderas de mí y no sé qué hacer.
Tú eres muy posesivo, dominante e imponente, no me dejas ser quien soy; esto no me sirve, yo amo la libertad, no me gusta que me digas qué tengo que hacer y que tenga cuidado. Debes buscar otro lugar para quedarte, éste no es el adecuado, no podrás cambiar mi forma de ser y sólo en algunas cosas estaré de acuerdo o seré tu cómplice, pero no siempre. Piénsalo.
No me decido a aceptar este desafío
Por Lucy Bringas
El silencio en el auditorio marca el tiempo para iniciar la exposición. Me había esforzado mucho para lograr un buen trabajo. Estoy satisfecha. Conozco el tema.
Sin embargo, siento que el miedo va ganando mi ánimo, se mete en mi sangre, recorre mi cerebro. ¿Qué me está pasando? Mi corazón late alocado en la boca de mi estómago y mis manos se están humedeciendo. ¿Por qué mi voz queda atrapada?
Inseguridad, angustia, temor al ridículo o a la fragilidad de mi memoria. Todo esto contribuye a paralizarme pese al enorme deseo de salir corriendo.
Obnubilada, no atino a buscar en mi psiquis la mínima posibilidad de salir del atolladero que me ahoga.
De pronto, desde la más intrincada zona cerebral, comienza a hacerse presente un pensamiento fuerte, contundente: “Piensa que puedes y podrás”. Respiro profundamente. Siento que poco a poco me oxigeno y puedo dominar esta fobia incipiente.
Una vez más respiro para dar lugar a una exposición que provocó insomnios en largas noches invernales.
28/7/10
Al que le quepa el sayo
“Elogio del fracaso” es uno de los textos de Alejandro Dolina en su libro “Crónicas del Angel Gris”. Refiere a varias iniciativas cuyo final distó del soñado por los autores. Una de ellas es la del director Enrique Argenti, que superó las mil representaciones de “La Duquesa de Padua”, de Oscar Wilde, sin un solo espectador.
A la admiración por el amor del director que dedicó su dinero al teatro se suma otra hacia Dolina por lo que a continuación se transcribe: “Después de tres años de obra sin público, Enrique Argenti concibió la idea del público sin obra, nulo espectáculo con el que llenó salas teatrales en todo el país. La gente iba, pero los actores no, y ante el escenario desierto, el público se emocionaba, lloraba o reía y aplaudía, imaginando a capricho situaciones geniales. Pero esto ya pertenece al mundo de los éxitos”.
Si esto fuera un trabajo práctico, una de las preguntas sería: ¿Los programas que bailan o cantan por un sueño se parecen a la primera o a la segunda versión de Argenti?
La pantalla de televisión también contiene envíos que comen de los errores ajenos. Por cómo conjugan los verbos y repiten palabras, está claro que la crítica de los conductores golea a su autocrítica. Tal vez éste sea el sustento de la continuidad. Lamentablemente, otro es la audiencia masiva, tan ávida de crueles referencias a los demás que posibilita no una sino varias emisiones de este molde.
Las mofas al inglés de Carlos Tévez colman la medida. ¿Será tan bueno el inglés de editores y presentadores de ese programa? Y si lo fuera, ¿no correspondería a tan elevados intelectos la consideración hacia las condiciones en que el futbolista desarrolló su vida? Dos dedos de frente bastan para concluir que Tévez no merece ser evaluado por su idioma como si fuera embajador ante el Reino Unido.
A la admiración por el amor del director que dedicó su dinero al teatro se suma otra hacia Dolina por lo que a continuación se transcribe: “Después de tres años de obra sin público, Enrique Argenti concibió la idea del público sin obra, nulo espectáculo con el que llenó salas teatrales en todo el país. La gente iba, pero los actores no, y ante el escenario desierto, el público se emocionaba, lloraba o reía y aplaudía, imaginando a capricho situaciones geniales. Pero esto ya pertenece al mundo de los éxitos”.
Si esto fuera un trabajo práctico, una de las preguntas sería: ¿Los programas que bailan o cantan por un sueño se parecen a la primera o a la segunda versión de Argenti?
La pantalla de televisión también contiene envíos que comen de los errores ajenos. Por cómo conjugan los verbos y repiten palabras, está claro que la crítica de los conductores golea a su autocrítica. Tal vez éste sea el sustento de la continuidad. Lamentablemente, otro es la audiencia masiva, tan ávida de crueles referencias a los demás que posibilita no una sino varias emisiones de este molde.
Las mofas al inglés de Carlos Tévez colman la medida. ¿Será tan bueno el inglés de editores y presentadores de ese programa? Y si lo fuera, ¿no correspondería a tan elevados intelectos la consideración hacia las condiciones en que el futbolista desarrolló su vida? Dos dedos de frente bastan para concluir que Tévez no merece ser evaluado por su idioma como si fuera embajador ante el Reino Unido.
Marche preso directamente
En una cárcel nigeriana de Enugu hay internos que cometieron delitos y otros cuyos delitos consisten en padecer alguna enfermedad mental o en decir lo que a quienes mandan no les cae bien. Para pensar cómo es el lugar basta decir que está construido desde un criterio equivalente.
A partir de la nota de la BBC, Pilar Jerabek, estudiante de 4º año del colegio San Ignacio, produjo este texto durante una clase de Sociología:
El control social formal está incorrectamente aplicado. Es importante considerar que el poder que debería proteger a los ciudadanos mediante el castigo a quienes han quebrantado la ley hacen exactamente lo contrario; están siendo injustos al encarcelar a gente que no cometió delitos sólo porque sufren una enfermedad mental.
Cabe mencionar que el tema está muy relacionado con los conceptos de legalidad y legitimidad. Para analizarlos hay que distinguirlos. La legalidad refiere a lo que está conforme a la ley, mientras que la legitimidad contempla lo que respeta los derechos humanos. Por ello se puede decir que el sistema de prisión de Enugu es legal en tanto es aprobado por el gobierno y la ley, pero es ilegítimo pues la pobre gente enferma no merece ir a la cárcel sin tener la menor chance de mejorar su condición.
Además se puede considerar el contexto en el cual se aplica el sistema. Hace largo tiempo no se conocía demasiadas medicinas ni enfermedades mentales, pero hoy existen muchos métodos que nos ayudan a reconocerlas y tratamientos que realmente pueden mejorar su condición. Por eso es importante construir una sociedad mejor, sin egoísmo, para tratar de ayudar a quienes nada hicieron para ser castigados ni son culpables de tener una enfermedad mental.
También deberíamos reflexionar un poco más sobre las consecuencias severas de este sistema sobre los enfermos y la comunidad toda. Primero se puede decir que la prisión puede agravar enormemente la condición de la gente. Quizás algunos podrían sentirse bajo presión o tan mal que cometan suicidio o matar a sus compañeros o a quienes están a cargo de la cárcel. No es un muy buen ejemplo a seguir. Por otra parte, como al aplicar este tipo de sistema podría decrecer notablemente la densidad de población, existirían consecuencias económicas. Con ello, la sociedad sería incapaz de progresar porque no desarrollaría tecnología, infraestructura ni remedios para los enfermos mentales.
En este caso es muy importante el rol de las organizaciones no gubernamentales para luchar por los derechos de la gente y de este modo ayudar a cambiar la sociedad y el gobierno.
Asimismo se puede hacer una referencia a las chances de vida de esta pobre gente que es encarcelada por sufrir una enfermedad mental. De por sí, sus posibilidades están muy reducidas y mucho más si van a prisión; se agrava la enfermedad y decrecen sus chances. Más aun disminuyen, por ejemplo a la hora de pedir un trabajo, ya que queda constancia en sus registros personales de haber estado en la cárcel.
Finalmente vale señalar que lo antedicho se relaciona con un concepto gigantesco e importante: cultura. Aunque para nosotros es muy cruel este sistema carcelario, cuesta decir que está mal pues para nuestra cultura lo es, pero no necesariamente para otra. Por ejemplo, la población de Nigeria podría pensar que estamos locos por dejar libres o en hospitales psiquiátricos a quienes son enfermos mentales, tratándolos como niños o muy cuidadosamente.
A partir de la nota de la BBC, Pilar Jerabek, estudiante de 4º año del colegio San Ignacio, produjo este texto durante una clase de Sociología:
El control social formal está incorrectamente aplicado. Es importante considerar que el poder que debería proteger a los ciudadanos mediante el castigo a quienes han quebrantado la ley hacen exactamente lo contrario; están siendo injustos al encarcelar a gente que no cometió delitos sólo porque sufren una enfermedad mental.
Cabe mencionar que el tema está muy relacionado con los conceptos de legalidad y legitimidad. Para analizarlos hay que distinguirlos. La legalidad refiere a lo que está conforme a la ley, mientras que la legitimidad contempla lo que respeta los derechos humanos. Por ello se puede decir que el sistema de prisión de Enugu es legal en tanto es aprobado por el gobierno y la ley, pero es ilegítimo pues la pobre gente enferma no merece ir a la cárcel sin tener la menor chance de mejorar su condición.
Además se puede considerar el contexto en el cual se aplica el sistema. Hace largo tiempo no se conocía demasiadas medicinas ni enfermedades mentales, pero hoy existen muchos métodos que nos ayudan a reconocerlas y tratamientos que realmente pueden mejorar su condición. Por eso es importante construir una sociedad mejor, sin egoísmo, para tratar de ayudar a quienes nada hicieron para ser castigados ni son culpables de tener una enfermedad mental.
También deberíamos reflexionar un poco más sobre las consecuencias severas de este sistema sobre los enfermos y la comunidad toda. Primero se puede decir que la prisión puede agravar enormemente la condición de la gente. Quizás algunos podrían sentirse bajo presión o tan mal que cometan suicidio o matar a sus compañeros o a quienes están a cargo de la cárcel. No es un muy buen ejemplo a seguir. Por otra parte, como al aplicar este tipo de sistema podría decrecer notablemente la densidad de población, existirían consecuencias económicas. Con ello, la sociedad sería incapaz de progresar porque no desarrollaría tecnología, infraestructura ni remedios para los enfermos mentales.
En este caso es muy importante el rol de las organizaciones no gubernamentales para luchar por los derechos de la gente y de este modo ayudar a cambiar la sociedad y el gobierno.
Asimismo se puede hacer una referencia a las chances de vida de esta pobre gente que es encarcelada por sufrir una enfermedad mental. De por sí, sus posibilidades están muy reducidas y mucho más si van a prisión; se agrava la enfermedad y decrecen sus chances. Más aun disminuyen, por ejemplo a la hora de pedir un trabajo, ya que queda constancia en sus registros personales de haber estado en la cárcel.
Finalmente vale señalar que lo antedicho se relaciona con un concepto gigantesco e importante: cultura. Aunque para nosotros es muy cruel este sistema carcelario, cuesta decir que está mal pues para nuestra cultura lo es, pero no necesariamente para otra. Por ejemplo, la población de Nigeria podría pensar que estamos locos por dejar libres o en hospitales psiquiátricos a quienes son enfermos mentales, tratándolos como niños o muy cuidadosamente.
27/7/10
Volver a las aulas
Por Guadalupe Abrile y Micaela Jaule, 4º año Colegio San Ignacio
Desde una nota basada en el retorno de los mayores a la educación formal, las alumnas
expresaron antes del final de la hora que la edad puede dificultar esta decisión.
Una de las razones por las que no es fácil volver es que buena parte de la sociedad espera que en la adultez ya se haya terminado con los estudios secundarios o universitarios y se tenga un trabajo. De allí que quienes vuelven puedan sentirse avergonzados –un ejemplo de control social informal- por lo que dirán las personas que se enteren de que ellos aún no han concluido sus estudios. Según cuán fuerte sea uno para atender a quienes valoran el hecho de aprender y para reducir la importancia de las pavadas que otros digan, las palabras ajenas pueden generar consecuencias favorables.
Las creencias de los adultos en función de su edad también suelen influir en la decisión de reanudar la educación formal. Por ejemplo, mucha gente tiende a pensar que después de una cierta edad es imposible aprender. Entonces, deciden no retornar a la escuela.
Finalmente, las obligaciones derivadas de la condición de jefe de familia a menudo tornan aun más difícil la vuelta a clases. Al fin y al cabo, los adultos deben llevar adelante otras obligaciones tales como trabajar para mantener a su gente y cuidar a sus hijos si los tienen. De allí que estudiar, que es una actividad que insume tiempo, pueda causar estrés a quienes dividen su tiempo en varias responsabilidades.
Desde una nota basada en el retorno de los mayores a la educación formal, las alumnas
expresaron antes del final de la hora que la edad puede dificultar esta decisión.
Una de las razones por las que no es fácil volver es que buena parte de la sociedad espera que en la adultez ya se haya terminado con los estudios secundarios o universitarios y se tenga un trabajo. De allí que quienes vuelven puedan sentirse avergonzados –un ejemplo de control social informal- por lo que dirán las personas que se enteren de que ellos aún no han concluido sus estudios. Según cuán fuerte sea uno para atender a quienes valoran el hecho de aprender y para reducir la importancia de las pavadas que otros digan, las palabras ajenas pueden generar consecuencias favorables.
Las creencias de los adultos en función de su edad también suelen influir en la decisión de reanudar la educación formal. Por ejemplo, mucha gente tiende a pensar que después de una cierta edad es imposible aprender. Entonces, deciden no retornar a la escuela.
Finalmente, las obligaciones derivadas de la condición de jefe de familia a menudo tornan aun más difícil la vuelta a clases. Al fin y al cabo, los adultos deben llevar adelante otras obligaciones tales como trabajar para mantener a su gente y cuidar a sus hijos si los tienen. De allí que estudiar, que es una actividad que insume tiempo, pueda causar estrés a quienes dividen su tiempo en varias responsabilidades.
19/7/10
Sensaciones
Tarde en el café
El hombre estaba contra la ventana en el café que desde su nombre invitaba a dejar una marca. Tres lápices de color alcanzaron para lograrlo: “Boca mi Buen Amigo”, “Los Mil Rayitas” y “Los Andes Querido” dieron cuenta de que la identidad está más allá de la geografía cuando se trata de asuntos importantes.
En ese café norteño sonaban dulce las expresiones de dos brasileñas; la nostalgia afina voces y borronea fronteras.
“Garota de Ipanema”, “Volare” y “She’s leaving home” entre otras canciones creaban un contexto para saborear la nublada y húmeda tarde. El paisaje de belleza se completaba con el recuerdo de las palabras y la cara de la mujer que le había hablado de la felicidad.
Desigual
El sabía que ella tenía novio. Un sábado a la noche, frente a una vidriera, le quedó clarita la diferencia entre saber y percibir: sintió una puntada inédita e irrepetible cerca del estómago.
El hombre estaba contra la ventana en el café que desde su nombre invitaba a dejar una marca. Tres lápices de color alcanzaron para lograrlo: “Boca mi Buen Amigo”, “Los Mil Rayitas” y “Los Andes Querido” dieron cuenta de que la identidad está más allá de la geografía cuando se trata de asuntos importantes.
En ese café norteño sonaban dulce las expresiones de dos brasileñas; la nostalgia afina voces y borronea fronteras.
“Garota de Ipanema”, “Volare” y “She’s leaving home” entre otras canciones creaban un contexto para saborear la nublada y húmeda tarde. El paisaje de belleza se completaba con el recuerdo de las palabras y la cara de la mujer que le había hablado de la felicidad.
Desigual
El sabía que ella tenía novio. Un sábado a la noche, frente a una vidriera, le quedó clarita la diferencia entre saber y percibir: sintió una puntada inédita e irrepetible cerca del estómago.
2/7/10
Pescadores
Por Artemio Corbalán
Un periodista no es un científico, es un relator de la vida con algún rigor y mucha pimienta. Digo un buen periodista.
Un mal periodista, es por lo menos, un burócrata, con la cola como tabla tanto estar sentado y andar sin brújula lejos de los recovecos de las noticias. Sin embargo, a veces, un mal periodista, ve la vida desde su silla le pone pimienta y tira una que otra buena nota.
Por lo demás, por ejemplo, ya no le mintamos a los chicos. Sí es muy importante venir a la Universidad, ir a la Universidad, conocer los claustros, participar de sus enriquecedores debates o enseñanzas en cualquier carrera. Si uno se recibe mucho mejor, pero si no lo mismo. La Universidad es una cantera de ideas, de sueños y utopías y también de otras cosas… ya no tan buenas.
Sí es importante para una persona venir a la Universidad pero no es importante ir a la Universidad para ser periodista. Tendríamos que estar pensando, digo analizando, si no es hora de cerrar las escuelas de periodismo y mandarlos a que aprendan el oficio directamente en el taller de la noticia: la calle, la gente y las salas de redacción.
Por transición que aprendan la sagacidad de este oficio, la sagacidad para calcar la realidad desde tal o cual perspectiva para que por algún lado le duela, lo afecte, lo enganche al lector.
Creo que como Jesús dijo a Pedro “no temas os haré pescador de hombres”, un director de diarios cuando un joven ingresa a los medios debería decirle esas simples palabras: “No temas os haré pescador de lectores”.
Artemio Corbalán
Un periodista no es un científico, es un relator de la vida con algún rigor y mucha pimienta. Digo un buen periodista.
Un mal periodista, es por lo menos, un burócrata, con la cola como tabla tanto estar sentado y andar sin brújula lejos de los recovecos de las noticias. Sin embargo, a veces, un mal periodista, ve la vida desde su silla le pone pimienta y tira una que otra buena nota.
Por lo demás, por ejemplo, ya no le mintamos a los chicos. Sí es muy importante venir a la Universidad, ir a la Universidad, conocer los claustros, participar de sus enriquecedores debates o enseñanzas en cualquier carrera. Si uno se recibe mucho mejor, pero si no lo mismo. La Universidad es una cantera de ideas, de sueños y utopías y también de otras cosas… ya no tan buenas.
Sí es importante para una persona venir a la Universidad pero no es importante ir a la Universidad para ser periodista. Tendríamos que estar pensando, digo analizando, si no es hora de cerrar las escuelas de periodismo y mandarlos a que aprendan el oficio directamente en el taller de la noticia: la calle, la gente y las salas de redacción.
Por transición que aprendan la sagacidad de este oficio, la sagacidad para calcar la realidad desde tal o cual perspectiva para que por algún lado le duela, lo afecte, lo enganche al lector.
Creo que como Jesús dijo a Pedro “no temas os haré pescador de hombres”, un director de diarios cuando un joven ingresa a los medios debería decirle esas simples palabras: “No temas os haré pescador de lectores”.
Artemio Corbalán
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