27/7/10

Volver a las aulas

Por Guadalupe Abrile y Micaela Jaule, 4º año Colegio San Ignacio

Desde una nota basada en el retorno de los mayores a la educación formal, las alumnas
expresaron antes del final de la hora que la edad puede dificultar esta decisión.


Una de las razones por las que no es fácil volver es que buena parte de la sociedad espera que en la adultez ya se haya terminado con los estudios secundarios o universitarios y se tenga un trabajo. De allí que quienes vuelven puedan sentirse avergonzados –un ejemplo de control social informal- por lo que dirán las personas que se enteren de que ellos aún no han concluido sus estudios. Según cuán fuerte sea uno para atender a quienes valoran el hecho de aprender y para reducir la importancia de las pavadas que otros digan, las palabras ajenas pueden generar consecuencias favorables.
Las creencias de los adultos en función de su edad también suelen influir en la decisión de reanudar la educación formal. Por ejemplo, mucha gente tiende a pensar que después de una cierta edad es imposible aprender. Entonces, deciden no retornar a la escuela.
Finalmente, las obligaciones derivadas de la condición de jefe de familia a menudo tornan aun más difícil la vuelta a clases. Al fin y al cabo, los adultos deben llevar adelante otras obligaciones tales como trabajar para mantener a su gente y cuidar a sus hijos si los tienen. De allí que estudiar, que es una actividad que insume tiempo, pueda causar estrés a quienes dividen su tiempo en varias responsabilidades.