Cuántas sensaciones. Le escribo, no le escribo; le escribo, no le escribo.
La prudencia gana. Hay tiempo para volver a preguntarse por qué no dio frutos aquello que tanto se había anhelado. En voz alta va saliendo la respuesta.
Mientras Edgardo Meza habla por Radio Mitre al día siguiente, los motivos aparecen escritos:
Pensar sólo en presente puede ser útil para elegir gustos de helado, no para grandes empresas.
Algo hay que pagar; pues bien, elijo los costos de la responsabilidad, uno de cuyos beneficios es el de estar tranquilo.
Claro que a veces la ausencia de sobresaltos se hace aburrimiento, pero no por eso cabe optar por diversiones que vienen con yapa de culpa.
Lectura de tapa de los diarios del domingo. Anuncio de una nota sobre barras bravas. Las 4 y 21.
Judith Viorst dice, y dice bien, que las conexiones entre las personas son imperfectas. Para algunos, esto abre las puertas a la resignación: habrá momentos felices en la pareja. Para otros, justifica alargar la espera.
Ya habrá imperfecciones afines a quienes escribirle.
Más allá del cantor
El dedo mayor dentro y el pulgar del lado de afuera al igual que el anular, que toquetea el asa. Conseguido el equilibrio de la taza inclinada, la mano derecha se apoya en la cabeza y cada tanto frota el pelo.
¿Sabrá Luis Miguel el efecto de “Hasta que me olvides” sobre los gestos visibles e invisibles de un oyente de radio?