28/4/12

Alguien llama
Un joven y una adolescente unidos para configurar cuentos que golpean a nuestra puerta.

La piedra depresiva
Por Martín Búfali, estudiante de Periodismo, Fundación Cervantes.
Había una vez una piedra que se había aburrido de serlo. Que renegaba cada amanecer por tener que estar tan quieta, tan inerte. Sintió pena por ella misma, solo un viento fuerte o un torrencial podrían llevarla lejos, a otro lugar.
Cansada del mismo paisaje que pesaba en su duro ser aquella mañana decidió irse, lejos. Pronto entendió que era una piedra, que no podía decidir por ella misma, y envidió a quines sí podían hacerlo, sabía de los humanos, raros seres que a veces parecían tan estancados como ella, con la mínima diferencia de que ellos sí podían hacer algo por cambiarlo.

El amor en estos tiempos
Por Julieta Gigena, alumna de sexto año, IPEM 252 Río de los Sauces.
Nota del editor: el texto es el producto de una tarea en la cual había que emplear términos poco comunes. El resultado fue diez.

Cuenta la historia que un día, cuatro dioses del amor desataban una controversia buscando el porqué a que muchas personas que se amaban no podían o decidían estar juntas.

Himero y Milda sentían recelo de que sus pociones ya no daban resultado, había algo que estaba saliendo mal. Por otro lado Eros y Venus, que a veces se llevaban mal, en este caso estaban de acuerdo en que es duro aprender a amar, y que no era por cuestión de maldad. A estos dos últimos dioses se los conocía por la virulencia en sus discursos.

Seguía la discusión y llegaron a la conclusión de que una de las razones por las cuales las personas deciden no estar juntas es la actitud de revanchismo que enfrenta a hombres y mujeres o de igual sexo. Himero, airado por no encontrarle solución al problema, se retiró sin dar explicaciones. Entonces Milda, una diosa para nada introvertida, se acercó a él para tranquilizarlo.

Himero, una vez desenfadado gracias a Milda y su afable actitud, volvió a encontrarse con los otros dioses mostrándose muy obsequioso.

Eros, adoptando una posición de dirigente, comenzó a tratar el tema de la infidelidad en las parejas. El pensaba que solo una persona que se creía ladina y taimada podía hacer esas cosas. Entonces los cuatro buscaban la forma de precaver esta situacion tan desagradable que hace sentir a las personas inferiores, tristes, con la autoestima muy baja. Hasta llegan a creer que después de eso es imposible exteriorizar sus sentimientos sin ser lastimados otra vez, les cuesta muchísimo volver a confiar y también tienden a soliviantar a otras personas.

Los dioses no podían entender cómo es que alguien podía desentrañar de los brazos a otra persona la cual está en una relacion o comprometida. Se dieron cuenta de que hoy en día, una miríada de parejas se eran infieles y era una gran diáspora por todo el mundo.

Luego de una larga charla, crearon una poción. Se trataba de que una vez que la persona esté enamorada de otra, nunca volverá ni podrá fijarse en alguien más que no fuera la primera. De esta forma terminaron dando una buena solución.



24/4/12

Bellos retratos Vulnerables

Gracias, gracias y más gracias a quienes escribieron, actuaron, filmaron, dirigieron y demás verbos que dieron luz a Vulnerables, una serie que desde la pantalla de Canal 13 regaló escenas conmovedoras, amargas, rebosantes de alegría, de drama, de vida cotidiana.

Gracias, gracias y más gracias por la permanente confusión de Antonio Ernesto López, el dubitativo desplegado por el artista Gustavo Garzón, tan capaz de lanzar un "eso no te lo voy a poder permitir" como de señalar de inmediato "está bien, te lo permito" al intuir que Enzo (Emilio Bardi) no tolera prohibiciones. Por eso no sorprende que días después afirme "me voy" del grupo de terapia psicológica segundos previos a ¿asegurar? "me quedo".

Muy difícil no reír con la desopilante primera frase que el paciente Leopoldo (Alfredo Alcón) le dice al terapeuta Guillermo Segura: "Y bien, amigo, ¿en qué puedo ayudarlo?". Brillante carta de presentación de un hombre que a través de su sorprendente sentido del humor esquiva profundizar en sus emociones.
Acaso la cara del psicólogo Segura haya expuesto la sorpresa del personaje y la admiración del actor Jorge Marrale por Alfredo Alcón, que sobresale entre excelentes pares.


"Yo me río en el día y a la noche duermo bien", dice Roberto Chitti, el hombre de términos simples y existencia complicada al que Alfredo Casero le pone cuerpo, mente y alma.


"¿Si yo bajara de peso, ustedes se pelearían menos?", le pregunta Lucas (Brian Yampolsky) el hijo de 12 años, a su papá Guillermo Segura, a punto de separarse de la esposa (Mónica Galán). En igual contexto, este diálogo del psicólogo con Calabrese, su médico amigo encarnado por Carlos Bermejo:
-Ultimamente, todas las mujeres que me rodean me rompen soberanamente las pelotas. ¿A vos no te pasa igual?
-No.

-Es como si nunca pudiera terminar de ser feliz -siente Lucía (Julieta Ortega) sobre sí misma.
-Preferís no desear nada para evitar la tristeza de las frustraciones -replica su psicólogo.

Jimena Soria (formidable Inés Estévez) lucha contra la influencia de su madre, quien refiere al psicólogo como "licenciado brujo". De ahí esta sensación de la pobre joven: "Yo creo que le soy infiel a mi mamá viniendo acá. Y creo que es horrible serle infiel a la persona que uno más quiere". Tan brava es mamá María Elena Soria (Leonor Manso) que un día va a ver al psicólogo para pedirle que le pase información sobre su hija. Ante la previsible negativa, lo trata de "mafioso" y lo amenaza con acudir a la Justicia.
Manipuladora vieja, mamá María Elena Soria monologa ante su hija Jimena: "Yo sé que esta doctrina psicoanalítica es antimadre por naturaleza. No hay ningún lugar para la madre (...) ¿Ves? Que vos no le puedas contar a tu mamá -lo hablado en terapia- está mal; la madre es todo en la vida".


El psicólogo Guillermo Segura sienta principios en la terapia grupal que coordina: "Cuando uno quiere a otra persona, también toma una responsabilidad porque si no el amor se transforma en algo cómodo".


Estimado lector: si los párrafos previos te suscitan interés por la serie, 
en este mismo blog encontrás más material con un clic aquí al lado: Vulnerables

Fuentes consultadas para nombres de actores: www.nuestrosactores.com y Wikipedia.
Una ovación para y por Esperando la Carroza

Las preguntas en la clase de Sociología de tercer año del colegio San Ignacio dieron lugar a una notable producción de Sofía Zamanillo y Lucía Caramuti que hace honor a una película inolvidable.
En cursiva, algunas notas del editor, quien agradece a todos los realizadores de la obra, del director Santiago Doria al guionista Jacobo Langsner, pasando por técnicos y cada uno de los actores.
-El rol de los maridos en Esperando la Carroza no es el que se espera. El trabajo cooperativo en el hogar no existe. Sólo se ocupan de proveer dinero y son las esposas quienes hacen las tareas domésticas. ¡El dinero es muy útil, pero no suficiente!
-Valores que se rompen en la historia. 
Honestidad: las tres principales mujeres (Nora, Elvira y Susana, protagonizadas por Betiana Blum, China Zorrilla y Mónica Villa) se mienten mutuamente así como a sus maridos y al resto del vecindario. Matilde (Andrea Tenuta) tampoco es honesta con su madre.
Cooperación: los esposos no colaboran en el hogar. No hacen nada. Gloria a la escena en la que Sergio, leyendo el diario en camiseta, les reclama a las mujeres de la casa "Atiendan el teléfono" pese a tenerlo al alcance de la mano.
Discreción: no la hay en la familia. Todos gritan y se dicen de todo. Claramente, no les da vergüenza.
Justicia: este valor se rompe porque no es justo en absoluto que el hijo mayor (Jorge, por Julio De Grazia) tenga que hacerse cargo de su madre sin ninguna ayuda de sus hermanos por el solo hecho de ser el mayor. Es el único que se ocupa de la madre y resulta muy injusto ya que sus dos hermanos ni siquiera lo ayudan con plata, simplemente olvidan el asunto.
Hospitalidad: su falta es evidente porque ni Antonio (Luis Brandoni) ni Sergio (Juan Manuel Tenuta) quieren que Mamá Cora (Antonio Gasalla) se quede en sus casas.
En cuanto a género se puede decir que los hombres aportan dinero para mantener a la familia y piensan que con eso alcanza, pero no era así. Las mujeres tienen que atender a los hijos, limpiar y cocinar. Están al servicio de los esposos.
Los prejuicios ligados a la edad se advierten cuando Matilde le habla a Sergio antes de la llegada de Nora y Antonio. Sergio tiene algunas revistas (en las cuales la mujer es carne para degustar) en su mesa de luz y no quiere que Matilde las lea porque es muy joven. Matilde y su madre piensan que ella tiene edad suficiente para leerlas.
Socialización primaria. El ambiente es de peleas, mentiras, malos tratos y nervios. Esta familia, especialmente Sergio y Elvira, no les da buenos valores a sus hijos.
Las relaciones cambian según el contexto. Cuando la pobre anciana está viva, nadie la acepta. Cuando "muere", todos la quieren de vuelta, empiezan a recordar todas sus buenas acciones.
La historia se desarrolla en una cultura patriarcal, en la que los hombres son más poderosos que las mujeres.

20/4/12

Hija, pórtese bien


Martín Búfali divierte con un padre que debe creerse bueno.

La nota estaba sobre la mesa. Samira puso la pava al fuego y se sentó a leerla. "Hija: salí muy temprano no quise despertarte, ya sabes casi todo pero resumo lo mas importante. No llegues tarde a la escuela, no compres comida hecha, tienes todo para cocinarte. Rinde bien esa matemática, si ves que vas a reprobar haz un poco de llanto y hablale a la maestra de la muerte de tu madre que seguro te aprueba, si no funciona ya sabes, ponte en penitencia dos o tres días, depende cómo te hayas portado, nada de compu, nada de salidas. Si te aburres aprovecha y arregla el jardín que hace tres meses nadie lo toca. Te dejé muy poco dinero, sabes que el Caribe no es nada barato y viste cómo es Miriam, quiere comprarse todo lo que ve. Le dije a la vecina que estarías sola así que a lo sumo llámala por teléfono, dile que tienes ataques de pánico por el hambre, que no has comido, seguro te cocinará o llevará algo. Bueno, en fin, no te hagas renegar, no te dejes mirar tanta tv, si hay que firmar algo ya sabes mi firma, ¡ojo! Solo los comunicados del colegio. Por ultimo no dejes entrar al chico ese que va siempre y te quiere tocar, y si alguna vez haces algo, no hagas nada gratis nena. Bueno, bebé, se me va el avión así que me apuro, cuida de Rambo y bañalo, si no que se quede afuera. Cuidate, portate bien, y hacete caso. Papá estará de vuelta en quince dias.

Pd: no me llames o me consumirás mi crédito. Está la vecina ahí, no me necesitás. Con mucho amor, Papá".
 
Terminó de leer y se le pasó el tiempo para desayunar, se apuró a ir a la escuela, si no tendría que ponerse en penitencia y todo eso. 
 

11/4/12

La escritura

Por Florencia Tambone, estudiante de tercer año, Colegio San Ignacio

Se la puede hallar de muchas formas, cuando se trata de escribir por gusto... ésta causa placer.
Esta llega y tan solo te llena la cabeza de ideas aunque algunas personas no sepan apreciarla.
La escritura pareciere tener una textura sedosa y muy delicada y la inspiración es tan pesada que debes sacarla afuera para que su peso no te aplaste.
Esta puede ser de un rojo intenso, puede causarte felicidad o puede ser negra y gris y causarte tristeza.
El hecho de escribir por gusto es una experiencia majestuosa. Sin embargo no todas las personas pueden comprenderla.
Es intensa, inspiradora y despierta increíbles sentimientos.
Escribir una historia te puede hacer sentir que estás creando un mundo paralelo al tuyo, en el que puedes ser quien quieras y hacer solo lo que te plazca, en momentos hasta puedes llegar a perder noción de quién eres y en dónde estás en realidad, gracias a que te introduces tanto en la historia, tu personaje, que no notas que es ficción.

Nota del editor: ¡Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir..!
Señores, es tiempo de admiración

"Bienvenidos al mundo de la música y la poesía", decía la voz serena de Saúl Erman, un caballero profundamente enamorado de su esposa que regalaba por FM 97.7 piezas de Pablo Neruda y Gustavo Adolfo Becquer, entre otros. Las canciones que escogía este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Río Cuarto eran tan poco conocidas como envolventes, de modo que era inevitable gozar de los textos.
Lo que leerás no es música, ni poesía. Sin embargo, es artístico. A partir del cuento de Jorge Luis Borges llamado "Biografía de Tadeo Isidoro Cruz", Franco Malpassi contestó reflexivamente un cuestionario en la clase de Sociología.
A Saúl y a Franco, estudiante de cuarto año del colegio San Ignacio, los une el interés por compartir expresiones ricas. Un hombre de más de 70 años y un pibe de menos de 17 demuestran cuán equivocados están los que estereotipan a los unos por no servir más y a los otros por tener la cabeza llena de pavadas.
Gracias a ambos. Y a vos por dedicar tiempo a este material.

La primera impresión sobre el personaje: el relato hace que a uno le guste Tadeo Isidoro Cruz. Como pasa con todo protagonista de una historia, tendemos a identificarlo como bueno, quizás por el contexto general en el que hemos vivido y por los medios de comunicación masiva. Aunque pensándolo con más detenimiento, este hombre dejó a su familia para, al final, luchar codo a codo con Martín Fierro. Dejó librados a su suerte a su mujer y su hijo, lo cual visibiliza una importante falta de valores, tal vez causada por su socialización primaria; dado que creció sin padre puede haber pensado que el niño no lo necesitaría demasiado. Otro acto que evidencia carencia de valores es que mató de una puñalada a un hombre sin siquiera advertírselo.

Mañana y ayer
Al final del texto, cuando empieza a pelear contra sus propios hombres, Tadeo "mata" sus chances
de vida y también las de su hijo, porque con un padre en el ejército podría haber tenido un gran 
futuro.
En cuanto a si el contexto determina la vida, puede ser pero hasta cierto punto. Si sos un hombre como Tadeo Isidoro Cruz, que creía que no podía torcer su destino, tratarás de hacer lo que pensás que debés hacer incluso si eso significa dejar a tu familia y amigos. Ahora bien, dado que todos somos humanos (y también animales), tendemos a proteger a nuestra gente y esa puede ser una influencia poderosa, de allí que estemos condicionados en cierta medida por nuestra procedencia familiar y no todos seamos iguales.
El vuelve a su rol de fugitivo de la justicia porque era su identidad. Tadeo no podía cambiar lo que era (o lo que creía que era, ya que eso es la identidad, una serie de ideas de lo que consideramos que somos). El se veía a sí mismo como un lobo, un animal libre, no una mascota de la sociedad a la que le dicen qué tiene que hacer.
La relación que Tadeo Isidoro Cruz con el control social formal influye sobre su vida. Si él no hubiera quebrantado la ley en primera instancia, no habría tenido la obligación de unirse al ejército, lo cual lo condujo a un importante incremento en sus chances de vida ya que ahí no importaba quién había sido y podía ascender en la escala social.



7/4/12

Sin cortinas

Hay relaciones cimentadas en la falsedad. Chocolate por la noticia.
De acuerdo, a modo de disculpas por haber dicho algo que el universo entero sabía, algunas citas textuales tomadas de "Cena de Amigos", película francesa relativa a un grupo de personas que anualmente se sienta a la misma mesa.
-Señor, dame fuerzas para superar esta cena. Para fingir, para reír, para hacer preguntas aunque no me importen las respuestas, fingir que estoy ahí aunque esté muy lejos, y para romperle el corazón a mi esposo. Hoy le diré todo. Estoy perdida: '¿miento o digo la verdad'?
La anfitriona señala que nunca les dice a los invitados quiénes serán los demás comensales "así vienen todos".
-Noche de mierda, comida de mierda, llena de idiotas -es la conclusión de una de las mujeres, cierto es que la formula tras haber visto a su padre, con quien llevaba años sin hablarse.
En "Cine", uno de sus textos de "El Libro del Fantasma", Alejandro Dolina también aborda la doble faz. Lo hace a través del "director húngaro Laszlo Martok" y su película "Bajo la mesa", algunos de cuyos tramos se transcriben:
"La historia se desarrolla en el transcurso de una cena. En la parte superior de la pantalla, es decir, sobre la mesa, suceden los hechos evidentes, diurnos, racionales. Los personajes dialogan y se presentan de un modo mundano y superficial (...)
Mientras tanto, en la parte inferior de la pantalla, se nos presentan unos sucesos oscuros, pasionales, nocturnos, que acaso desmienten lo que se dice en el distrito superior: las manos del protagonista acarician las piernas de su cuñada, en el mismo momento en que el hombre le dice a su esposa que jamás la ha engañado".
Ojalá supiera

¿Cuál es el santo de las decisiones? Adrián Ramírez se lo preguntó tras días feos de cavilaciones. Intuía cuál era el camino a tomar, pero el miedo lo golpeaba.
Hay cambios que significan continuidades, mas otros implican rupturas y provocan de todo, desde parálisis a dolor por la pena que se causa a terceros.
Ejemplos: elegir una carrera universitaria es complicado, de ahí la necesidad de orientación vocacional para beneficio de psicopedagogos y vacilantes. Quien no sufre por el prejuicio de "no me va a dar la cabeza" padece al calcular el dinero que el estudio les costará a sus padres cuando no el desarraigo. A otros los asusta graduarse y no conseguir empleo. Hay un grupo que le da de comer al dicho "guarda con lo que deseas, puede cumplirse" y teme trabajar en su profesión. Al margen de dudas hay una certeza y es que se trata de seguir un camino conocido, el de estudiar.
Adrián Ramírez estaba a pasos de otro tipo de cambios, de los que muchos desean, de los que suelen concluir en fiestas, bailes, brindis. Aparte la inercia en el estilo de vida, no hallaba ninguna razón para negarse al cambio. Un solo motivo alcanzaba para frenarlo: el miedo se lo llevaba puesto.